Arde México, ganan los narcos

Nuri Pimentel y Sandy Guzmán Lázaro (Cortesía Mercurio Digital)

A tres años del gobierno de Calderón, el narcotráfico está ganando la batalla. Más de veinte mil muertos, secuestros y balaceras en las calles dan cuenta de la errada política del gobierno de sacar a los militares a combatir a los cárteles. Uno de los medios que utilizó el presidente de México Felipe Calderón Hinojosa, para legitimarse, después del escandaloso fraude del 2006, fue tratar de combatir el narcotráfico por medio del Ejército, incluso actualmente, utiliza a la Armada, violando con ello, el precepto constitucional que impide a ambas instituciones, realizar funciones de competencia de las fuerzas policiales.

En tres años que lleva en el poder político, su lucha ha sido no solo infructuosa e inefectiva, sino que ha llevado al país a un verdadero charco de sangre con más de 20 mil muertos y a la fecha no está esclarecido cuántos pertenecen al Ejército, cuántos a la Marina, cuántos son civiles y cuántos narcotraficantes. El único dato disponible es que hay alrededor de 10 mil huérfanos y más de mil niños muertos, además de estudiantes y familias enteras asesinadas impunemente.

Hay estados como Tamaulipas, que son imposibles de visitar por las constantes balaceras que hay entre los cárteles narcos y entre estos y el ejército, varias poblaciones viven aterrorizadas por lo que eligen cerrar sus negocios temprano para evitar consecuencias nefastas. Asimismo, el transporte público suspende el servicio diario a las 2 de la tarde. Monterrey, capital de Nuevo León, una de las ciudades más industrializadas del país, es paralizado por el crimen organizado por medio de la toma de autobuses y carros, entre otras prácticas, para impedir que fluya el tráfico.

La situación ha llegado a tal punto que en el Estado de Chihuahua, sólo en un día hubo 90 muertos. Los estados más afectados son los del norte, Guerrero, Morelos, Michoacán y Nayarit; la lucha es férrea entre los distintos cárteles por ganar más territorio que asegure sus ganancias.

Hace un mes, fue secuestrado, sin saber por quiénes, uno de los políticos del partido oficialista PAN con más negro historial, Diego Fernández de Ceballos, sin que hasta la fecha se sepa su paradero. Este año hay elecciones en 12 estados de la República, en todos ellos, se ve involucrado el narcotráfico en las campañas políticas.

Una de las causas por las que se dice que México es una de las democracias fallidas, es precisamente porque no se cumple -entre otras cosas- con el Estado de Derecho, pues en forma continua se buscan pretextos para infringirlo. Como es el caso citado de la salida de los militares de los cuarteles. Calderón parece un presidente sin capacidad de gobernar, obsesionado por la lucha contra el crimen organizado. Se ha olvidado de instrumentar políticas públicas que promuevan el desarrollo económico, político y cultural.

De esta forma hay cero crecimiento económico, solo 28 millones tienen empleo formal y son los que pagan impuestos, la economía informal, 18 millones, pagan derecho de piso y alrededor de 3 millones de desempleo abierto.

Por otro lado parece que México tiene dos Estados: el legal (aparentemente) y el del narcotráfico que cobra por protección a los negocios, acapara la piratería y tiene al país en vilo.

La dualidad del estado legal /narco es el reverso de un estado genuino, es la antítesis de lo que pretendió Felipe Calderón al destinar a las fuerzas armadas como instrumento para su legitimación. Y mientras pasan los años y la pretendida legitimidad no se alcanza, el país es un polvorín. México arde.

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