¿ACASO SE ESTÁ burlando de los veracruzanos? ¿Todavía no “le cae el veinte” de lo que sucedió con quien proclamaba iba a ser “el Presidente del Empleo”, de la seguridad y de los cada vez menos impuestos y alcabalas?
Si Miguel Ángel Yunes Linares no se está mofando de los habitantes de Veracruz, entonces de quien sí está haciendo escarnio es de Felipe Calderón, del que todo mundo se ríe –ya decidimos que es mejor que llorar– por sus constantes metidas de pata. Y lo de “todo mundo” es literal, cual reportan las crónicas de sus constantes viajes al extranjero. Mire usted que ir a decirles a los congresistas de EU qué es lo que tienen que aprobar y que no.
Tal para cual, pues. Uno empastela al otro: lo empina y le embarra la cara con betún. ¡Qué bárbaros! ¡Graciosísimos ambos!
Y ese otro también provoca carcajadas del respetable ahora con su promesa de que apenitas y llegue al señorial Palacio de Gobierno de la capital veracruzana –lo que se ve tan próximo como la obtención de un campeonato mundial de futbol para los “ratoncitos verdes”–, creará 100 mil fuentes de trabajo… luego de que, como director general del ISSSTE ya creara ¡un millón!
Así como lo lee. En sus promocionales, Yunes Linares –a quien en la entidad del Golfo conocen cual “Miyuli”, entre otros apodos–, tiene ahora mismo “al aire” un spot promocional en el que, entre otras linduras, dice que como director del organismo de seguridad social creó esa cantidad de fuentes de trabajo. Un millón. Ni uno más. Ni uno menos.
De haber sabido, en 2006 lo hubiésemos convertido a él en “el Presidente del Empleo”, ¿no cree?
Por eso en tierras jarochas preguntan: ¿Usted le cree a Yunes?
Y aquí: ¿Es válido intentar engañar así a los posibles electores que, en su caso, no son muchos?
¡Venga la alegría! ¡Manden más payasos! Vamos a reírnos de nuestra tragedia, agrandada desde que los bufoncitos de Acción Nacional hacen como que toman las grandes decisiones nacionales, y todas les resultan fallidas.
Sean serios, señores. Compórtense a la altura de una Nación y un estado que, como Veracruz, demanda responsabilidad y aciertos, y no una tras otra payasada.
Porque esa no es la única en el peculio del ex subsecretario de Seguridad Pública, a quien se le cayera el helicóptero donde viajaba su entonces jefe.
Una de las peores es que el ISSSTE vive hoy en la parálisis, cual revelan líderes sindicales de esa institución y lo confirman altos funcionarios de la dependencia federal descentralizada.
Luego de tres años durante los cuales fluyeron abundantes recursos del erario –muchos de ellos “invertidos” en una larga precampaña por la gubernatura de Veracruz–, hoy se advierte una sequía y un inmovilismo contrastantes con el trienio en el que, a todo coste, se intentaba dar la apariencia de que “la gran reforma estructural del ISSSTE” había funcionado.
Hoy se sabe que fue un espejismo. Que la tal reformita resultó fallida. Y que “el pato” va a ser pagado con más recursos fiscales de los contribuyentes, y por supuesto con muchas más penurias de sus derechohabientes y pensionados.
¿Por qué la parálisis?, pregunté a los líderes gremiales.
Pues porque desde el momento mismo en el que Yunes Linares pidió licencia a la dirección general del organismo, nada se firma, nada se autoriza si no es con su venia, responden.
Y hay que ir a alcanzarlo a Boca del Rio. O esperar a que sea lunes, cuando el “licenciado” –por lo de la licencia– despacha asuntos de la seguridad social de la burocracia federal mexicana.
El encargado del despacho, un incondicional de Yunes, está prácticamente pintado. ¿Sabe alguien siquiera cómo se llama? Su papel se reduce a “apartar” la silla de la dirección general del ISSSTE, pues no vaya a ser que, en un descuido, la maestra Elba Esther Gordillo decida dejar a Yunes, literalmente, “como al perro de las dos tortas”.
Índice Flamígero: En febrero, Felipe Calderón presentó su iniciativa de Ley Antisecuestros, donde se proponen castigos a los servidores públicos que “se abstengan de comunicar o de hacer saber de inmediato” a los agentes de las fiscalías evidencias o datos relacionados con algún caso. Se plantea sancionar cualquier acto de intimidación a los familiares de una víctima de secuestro para que no denuncien, así como la participación de intermediarios en negociaciones de rescate “sin causa justificada” o sin “el acuerdo de quienes las representan legalmente”. Pura congruencia, con su decisión, ahora, de retirar ¿ilegalmente?, a la PGR del “caso Diego”, ¿o no?
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