Álvaro Cepeda Neri
Como “nadie es profeta en su tierra”, fue que Fernando Larrazábal Bretón, egresado del ITESM (en cuyo campus los soldados no hace mucho intencionalmente cometieron el homicidio de dos estudiantes), decidió quedarse en la capital de Nuevo León, donde nada como un braguetazo le permitiera meterse tierra adentro de la oligarquía, afiliarse al PAN y con un ganchito, ser presidente municipal de San Nicolás de los Garza (el más lujoso lugar para mansiones –y Larrazábal tiene su enorme residencia–, donde se han establecido además de los ricos, los narcos). Después Creel y Tamez (el burro que llegó a secretario de Educación Pública con Fox) lo hicieron director de CAPFCE (Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas) y encargado de construir la Biblioteca José Vasconcelos, donde por mil y un fraudes, salió raspado y Emilio Gamboa (ahora impuesto en la CNOP) lo ayudó para limpiar su currículum.
Brincó después a diputado panista del Congreso de Nuevo León, pues sus padrinos no lo pudieron hacer diputado federal. Se hizo de la presidencia municipal de Monterrey, y despacha en una súper lujosa oficina que ordenó remodelar, adjudicándole la obra “por invitación” a una empresa de su amigo Víctor Hugo García Cantú (amigo también de Jaime Larrazábal Bretón, hermano del alcalde). La inversión para esa obra llegó casi a los dos millones de pesos, no obstante que la oficina estaba en óptimas condiciones. A la mejor el presidente municipal, como tiene licenciatura en arquitectura, al igual que su hermano, le dio por “cambios estructurales” para adecuar a su exquisito gusto la instalación, desde donde no atiende los problemas de Monterrey.
Los azules (sinónimos: panistas, panuchos, clericales, yunquistas, persignados, mochos, reaccionarios, etc.), salieron buenos para el despilfarro, corrupción, mañas y vicios de quienes abusan del poder administrativo. El ya desgobernador sonorense Guillermo Padrés (golpeador de los mineros de Cananea), también ordenó remodelar la casa que le prestan durante su permanencia en el cargo (y hay rumores de que no dura un año), para lo cual echó mano de los dineros del pueblo en una suma de cuatro millones de pesos para el decorado y 40 para muebles, alfombras, calefacción y refrigeración.
Lo mismo acaba de hacer el alcalde de Monterrey. Sin concurso para adjudicar la obra; simplemente la otorgó a su amigo. Mientras la ciudad de Monterrey carece de cientos de reparaciones, mantenimiento y nuevas obras, para las cuales Larrazábal ya solicitó un préstamo de 433 millones de pesos. Como arquitecto, le da por construcciones, en donde siempre que él ha estado al frente existen desfalcos, porque las empresas contratadas hacen mal las obras para reducir costos y repartir sobornos. Una de las nuevas oficinas, por la remodelación se denomina: Planeación y Comunicación. Esperamos que ésta informe sobre los abusos de Larrazábal Bretón quien, por cierto, tiene intereses e inversiones en Oaxaca, la tierra donde vive su familia materna y su hermano Jaime, quien la hace de su asesor y socio.
Como “nadie es profeta en su tierra”, fue que Fernando Larrazábal Bretón, egresado del ITESM (en cuyo campus los soldados no hace mucho intencionalmente cometieron el homicidio de dos estudiantes), decidió quedarse en la capital de Nuevo León, donde nada como un braguetazo le permitiera meterse tierra adentro de la oligarquía, afiliarse al PAN y con un ganchito, ser presidente municipal de San Nicolás de los Garza (el más lujoso lugar para mansiones –y Larrazábal tiene su enorme residencia–, donde se han establecido además de los ricos, los narcos). Después Creel y Tamez (el burro que llegó a secretario de Educación Pública con Fox) lo hicieron director de CAPFCE (Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas) y encargado de construir la Biblioteca José Vasconcelos, donde por mil y un fraudes, salió raspado y Emilio Gamboa (ahora impuesto en la CNOP) lo ayudó para limpiar su currículum.
Brincó después a diputado panista del Congreso de Nuevo León, pues sus padrinos no lo pudieron hacer diputado federal. Se hizo de la presidencia municipal de Monterrey, y despacha en una súper lujosa oficina que ordenó remodelar, adjudicándole la obra “por invitación” a una empresa de su amigo Víctor Hugo García Cantú (amigo también de Jaime Larrazábal Bretón, hermano del alcalde). La inversión para esa obra llegó casi a los dos millones de pesos, no obstante que la oficina estaba en óptimas condiciones. A la mejor el presidente municipal, como tiene licenciatura en arquitectura, al igual que su hermano, le dio por “cambios estructurales” para adecuar a su exquisito gusto la instalación, desde donde no atiende los problemas de Monterrey.
Los azules (sinónimos: panistas, panuchos, clericales, yunquistas, persignados, mochos, reaccionarios, etc.), salieron buenos para el despilfarro, corrupción, mañas y vicios de quienes abusan del poder administrativo. El ya desgobernador sonorense Guillermo Padrés (golpeador de los mineros de Cananea), también ordenó remodelar la casa que le prestan durante su permanencia en el cargo (y hay rumores de que no dura un año), para lo cual echó mano de los dineros del pueblo en una suma de cuatro millones de pesos para el decorado y 40 para muebles, alfombras, calefacción y refrigeración.
Lo mismo acaba de hacer el alcalde de Monterrey. Sin concurso para adjudicar la obra; simplemente la otorgó a su amigo. Mientras la ciudad de Monterrey carece de cientos de reparaciones, mantenimiento y nuevas obras, para las cuales Larrazábal ya solicitó un préstamo de 433 millones de pesos. Como arquitecto, le da por construcciones, en donde siempre que él ha estado al frente existen desfalcos, porque las empresas contratadas hacen mal las obras para reducir costos y repartir sobornos. Una de las nuevas oficinas, por la remodelación se denomina: Planeación y Comunicación. Esperamos que ésta informe sobre los abusos de Larrazábal Bretón quien, por cierto, tiene intereses e inversiones en Oaxaca, la tierra donde vive su familia materna y su hermano Jaime, quien la hace de su asesor y socio.
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