Álvaro Cepeda Neri
La Constitución, como conquista de los mexicanos que, con su liberalismo político, lucharon por las libertades de pensamiento y de expresión, mantiene el derecho a esas libertades para todos los que sobrevivimos a pesar de las desgracias de todas las inseguridades, comenzando por el escenario de guerra donde mueren militares, policías, delincuentes y hasta niños, mujeres y hombres que nada tienen que ver en ella, y a pesar, de que todavía está vigente, en el desorden, el orden constitucional en medio de un Estado de Derecho en vías de ser un Estado Militar, existen hechos de censura en los medios de comunicación. Así, por ejemplo, en mi caso, el señor Peña Nieto paga “publicidad” a periódicos y revistas para que éstas no publiquen mis críticas a su desempeño y si es posible, como ha sucedido, que me “renuncien”.
Acaba de sucederle al periodista y maestro de la caricatura, que firma como Hernández. Éste le ha dado porque Calderón aparezca más cabezón que un yucateco con disminuido cuerpo al que le queda supergrande el uniforme de general de seis estrellas o sus simples trajes de diario. Circula una caricatura de él donde aparece un pizarrón y un chiquito Calderón –su gorra de militar tirada en el suelo– escribe lo siguiente: “Para que la droga no llegue a tus hijos... TE LOS ESTAMOS MATANDO”. Y en el extremo izquierdo (¿saben que Calderón es zurdo?) el slogan publicitario: “Gobierno Federal”. Con el símbolo calderonista para identificar su mal gobierno y que los calderonistas se mandaron bordar en sus camisas usando los colores de La Bandera.
Circula por Internet y ya la conocen millones de mexicanos que se vieron privados de que apareciera en la prensa escrita. Dice Hernández, en el texto de la misma: “A los que me preguntan si pueden rolar el cartón, por supuesto, para eso es, para difundirlo lo más que se pueda. Yo hago mi trabajo que son los cartones y el diario (donde las publica) hace lo suyo que es aplicar su criterio editorial. No hay razones oscuras”. El caso es que este extraordinario cartón no apareció, pero, a través de Internet se pudo conocer.
Sobre todo porque más de 200 mexicanos jóvenes, incluso niños desde cuatro años, que de la mano de sus padres, entrando a sus escuelas o simplemente circulando, con su derecho al libre tránsito, por las calles, han sido víctimas del tiroteo entre narcotraficantes y militares. Esas víctimas motivaron a Hernández para hacer su trabajo periodístico que fue censurado. Incisiva y crítica, la caricatura puso en evidencia que Calderón con sus militares y policía (de su cuate García Luna, con quien juega futbol), cometiendo cientos de miles de homicidios y los narcos con su virulencia, han ensangrentado a los mexicanos. Y no es que Calderón sea “ingenuo”, como lo llamó (y luego se echó para atrás) el canta-autor Sabina, sino que carece de un plan con estrategia política y económica, y solamente lleva al país a una guerra que huele a golpismo militar.
La Constitución, como conquista de los mexicanos que, con su liberalismo político, lucharon por las libertades de pensamiento y de expresión, mantiene el derecho a esas libertades para todos los que sobrevivimos a pesar de las desgracias de todas las inseguridades, comenzando por el escenario de guerra donde mueren militares, policías, delincuentes y hasta niños, mujeres y hombres que nada tienen que ver en ella, y a pesar, de que todavía está vigente, en el desorden, el orden constitucional en medio de un Estado de Derecho en vías de ser un Estado Militar, existen hechos de censura en los medios de comunicación. Así, por ejemplo, en mi caso, el señor Peña Nieto paga “publicidad” a periódicos y revistas para que éstas no publiquen mis críticas a su desempeño y si es posible, como ha sucedido, que me “renuncien”.
Acaba de sucederle al periodista y maestro de la caricatura, que firma como Hernández. Éste le ha dado porque Calderón aparezca más cabezón que un yucateco con disminuido cuerpo al que le queda supergrande el uniforme de general de seis estrellas o sus simples trajes de diario. Circula una caricatura de él donde aparece un pizarrón y un chiquito Calderón –su gorra de militar tirada en el suelo– escribe lo siguiente: “Para que la droga no llegue a tus hijos... TE LOS ESTAMOS MATANDO”. Y en el extremo izquierdo (¿saben que Calderón es zurdo?) el slogan publicitario: “Gobierno Federal”. Con el símbolo calderonista para identificar su mal gobierno y que los calderonistas se mandaron bordar en sus camisas usando los colores de La Bandera.
Circula por Internet y ya la conocen millones de mexicanos que se vieron privados de que apareciera en la prensa escrita. Dice Hernández, en el texto de la misma: “A los que me preguntan si pueden rolar el cartón, por supuesto, para eso es, para difundirlo lo más que se pueda. Yo hago mi trabajo que son los cartones y el diario (donde las publica) hace lo suyo que es aplicar su criterio editorial. No hay razones oscuras”. El caso es que este extraordinario cartón no apareció, pero, a través de Internet se pudo conocer.
Sobre todo porque más de 200 mexicanos jóvenes, incluso niños desde cuatro años, que de la mano de sus padres, entrando a sus escuelas o simplemente circulando, con su derecho al libre tránsito, por las calles, han sido víctimas del tiroteo entre narcotraficantes y militares. Esas víctimas motivaron a Hernández para hacer su trabajo periodístico que fue censurado. Incisiva y crítica, la caricatura puso en evidencia que Calderón con sus militares y policía (de su cuate García Luna, con quien juega futbol), cometiendo cientos de miles de homicidios y los narcos con su virulencia, han ensangrentado a los mexicanos. Y no es que Calderón sea “ingenuo”, como lo llamó (y luego se echó para atrás) el canta-autor Sabina, sino que carece de un plan con estrategia política y económica, y solamente lleva al país a una guerra que huele a golpismo militar.
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