jueves, mayo 20, 2010

¿Guardar silencio ante el caso Diego?

José Contreras

La televisora adujo respeto a la familia para autoimponerse ese silencio, que se contradice con una de las principales funciones de los medios de comunicación: informar.

Lo que deben hacer los medios de comunicación ante una agresión como la sufrida por el “Jefe Diego” es evitar caer en especulaciones y en la magnificación de datos no confirmados, pues eso puede dañar la integridad física de la persona que se encuentra retenida y la dignidad de su familia.

Pero los medios de comunicación no pueden renunciar a su función de informar sobre los avances concretos en la investigación, sobre la falta de avances, que también es “nota”, y sobre el impacto que genera en el país una agresión de esta naturaleza.

Con su decisión, muy respetable, de guardar silencio, Televisa renuncia a su derecho y obligación como medio de comunicación de indagar acerca de la agresión sufrida por Diego Fernández de Cevallos y se atiene únicamente a esperar pacientemente a que fluya la información oficial.

Una de las funciones del periodismo es buscar, descubrir lo que no se ve, sacar a la luz lo que está oculto, levantar las piedras para sacar a los bichos de su escondite.

Si un medio de comunicación se atiene únicamente a esperar la información oficial, no hará periodismo y se convertirá en correa de transmisión de los comunicados en donde las instituciones del gobierno sólo dicen lo que quieren que se sepa.

Los medios de comunicación no se deben autosilenciar. Los medios deben informar a la sociedad sobre el seguimiento de las investigaciones, aún con las limitantes que ponen los órganos de gobierno.

Deben ser la voz de la ciudadanía para cuestionar por qué ese silencio prolongado del gobierno, que lleva a que hasta la fecha no se tenga información oficial sobre qué le pasó al Jefe Diego.

Por qué la PGR se erige como única vocera del gobierno para informar sobre el caso cuando supuestamente las investigaciones las lleva a cabo la Procuraduría General de Justicia de Querétaro.

Los medios deben estar ahí para señalar errores en la investigación, para reseñar con objetividad el desarrollo de los acontecimientos y para exhibir y repudiar a los profesionales del rumor y la especulación.

Televisa, insistimos, tomó una decisión respetuosa de guardar silencio con el riesgo que ello conlleva para sí misma.

Millones de mexicanos que se interesan por las noticias en el país sintonizan Televisa. Esos millones de televidentes se quedaron a partir del lunes en la noche sin información relacionada con el caso Diego.

¿Qué harán esos millones de televidentes? ¿Le cambiarán de canal para enterarse del caso Diego en la competencia? ¿Optarán por buscar otros medios para estar informados?

Sería irresponsable y aventurado hacer afirmaciones de este tipo en estos momentos, pues como dijimos al inicio de esta entrega, se trata de un hecho inédito que será objeto de muchas valoraciones, incluso técnicas, como lo es la medición de audiencias, en su momento.

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