Pese a lo alarmante que resulta un derrame, existen técnicas para recuperar el petróleo
Con información de Ciudadanía Express.
El derrame de una plataforma petrolera de la empresa British Petroleum, en el Golfo de México, cubre hasta ahora mil 550 kilómetros cuadrados.
Del pozo afectado, emergen unos mil barriles diarios de crudo, equivalentes a 160 mil litros del combustible, que contaminan la superficie con una espesa mancha.
“Las corrientes generales del Golfo de México están apuntando hacia el norte, así que llevan el crudo a Estados Unidos, y no hacia aguas mexicanas. Creo que no habrá una afectación directa a nuestros ecosistemas”, señaló Vázquez Botello, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El oceanógrafo explicó que la expansión del hidrocarburo depende de su densidad (si es ligero o pesado) y de la dinámica oceanográfica, que incluye vientos y radiación solar, dos factores importantes.
“Vamos a seguir teniendo problemas de derrames o de contaminación en tanto seamos dependientes del petróleo. La mayor parte se presenta en zonas profundas del mar, y no en las costeras, y la tecnología para controlarlos en áreas profundas aún no está lo suficientemente avanzada”, reconoció.
Limpieza en altamar
Pese a lo alarmante que resulta un derrame en el océano, existen técnicas para recuperar el petróleo. “La tarea se hace de forma mecánica, con una especie de aspiradoras equipadas en los barcos, que recogen el combustible mediante succión y se introduce en tanques. A veces se separa del agua y puede, incluso, recuperarse”, indicó.
Otra forma es el uso de dispersantes químicos, que a veces resultan más contaminantes que el hidrocarburo. “La quema es la última de las soluciones, porque emite contaminantes, especialmente bióxido de carbono, gas de efecto invernadero. Con esta técnica se limpia el mar, pero se afecta a la atmósfera”, acotó.
También, existen bacterias que degradan petróleo, pero se necesitarían grandes cantidades para abatir las dimensiones del derrame. “Con la conjugación de estos métodos, sí puede llegar a controlarse el incidente en el Golfo de México, aunque no sabemos cuánto va a durar el proceso”.
El investigador apuntó que la plataforma colapsada realizaba perforaciones a mil 500 metros de profundidad, lo que complica los trabajos de limpieza.
Del pozo afectado, emergen unos mil barriles diarios de crudo, equivalentes a 160 mil litros del combustible, que contaminan la superficie con una espesa mancha.
“Las corrientes generales del Golfo de México están apuntando hacia el norte, así que llevan el crudo a Estados Unidos, y no hacia aguas mexicanas. Creo que no habrá una afectación directa a nuestros ecosistemas”, señaló Vázquez Botello, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El oceanógrafo explicó que la expansión del hidrocarburo depende de su densidad (si es ligero o pesado) y de la dinámica oceanográfica, que incluye vientos y radiación solar, dos factores importantes.
“Vamos a seguir teniendo problemas de derrames o de contaminación en tanto seamos dependientes del petróleo. La mayor parte se presenta en zonas profundas del mar, y no en las costeras, y la tecnología para controlarlos en áreas profundas aún no está lo suficientemente avanzada”, reconoció.
Limpieza en altamar
Pese a lo alarmante que resulta un derrame en el océano, existen técnicas para recuperar el petróleo. “La tarea se hace de forma mecánica, con una especie de aspiradoras equipadas en los barcos, que recogen el combustible mediante succión y se introduce en tanques. A veces se separa del agua y puede, incluso, recuperarse”, indicó.
Otra forma es el uso de dispersantes químicos, que a veces resultan más contaminantes que el hidrocarburo. “La quema es la última de las soluciones, porque emite contaminantes, especialmente bióxido de carbono, gas de efecto invernadero. Con esta técnica se limpia el mar, pero se afecta a la atmósfera”, acotó.
También, existen bacterias que degradan petróleo, pero se necesitarían grandes cantidades para abatir las dimensiones del derrame. “Con la conjugación de estos métodos, sí puede llegar a controlarse el incidente en el Golfo de México, aunque no sabemos cuánto va a durar el proceso”.
El investigador apuntó que la plataforma colapsada realizaba perforaciones a mil 500 metros de profundidad, lo que complica los trabajos de limpieza.
Con información de Ciudadanía Express.
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