Apro El cártel de La Familia Michoacana vino a llenar el vacío creado en México por la desconfianza pública hacia la policía y los tribunales, señala un texto de la revista estadunidense The New Yorker, que aparecerá publicado en su edición del próximo lunes 31.
Escrito por William Finnegan, el reportaje titulado “Silver or lead” (Plata o plomo) apunta que en la última década el tráfico de drogas floreció en México y que “sus practicantes (los narcos) mantienen relaciones estables con el sector oficial”.
Según Finnegan, la elección de Vicente Fox en el 2000, “cambió el status quo entre narcotraficantes y el gobierno”.
El autor del texto estuvo dos meses en la zona de influencia de La Familia Michoacana, donde pudo constatar el poder “omnipresente” que tiene ese grupo criminal en todo el país.
En su visita a Zitácuaro, por ejemplo, lo primero que encontró al llegar a esa localidad fue el cuerpo desmembrado de un hombre joven que quedó en medio de la intersección principal. “Fue un ejemplo de lo que llaman cadáver de mensajería”, añade.
Y menciona que al lado de los cuerpos mutilados generalmente aparecen “mensajes de terror” escritos a mano “suficientemente claros”, como uno que decía: "Usted consigue lo que usted se merece".
La Familia Michoacana, agrega, es un grupo del crimen organizado “cuyas depredaciones impregnan la vida de la región”, luego de que el presidente de México, Felipe Calderón, declaró la guerra a los traficantes de drogas en el país cuando asumió el cargo, en diciembre de 2006.
De acuerdo con The New Yorker, más de 23 mil personas han muerto desde la declaración de guerra de Calderón. La inseguridad, apunta, se ha vuelto envolvente, y la población mexicana debe cuidarse cada vez más del secuestro, la extorsión, la tortura, el desempleo…
Y, mientras, anota, las grandes organizaciones del crimen organizado, que “se han diversificado de manera rentable”, siguen ganando miles de millones de dólares. En Michoacán, agrega, una estimación reciente encontró que entre 5 y 8% de los negocios legítimos participan de alguna manera con La Familia.
Entre las organizaciones criminales de México, precisa, La Familia ha ganado un lugar preponderante, y recuerda que ganó la atención nacional en septiembre de 2006, cuando cinco cabezas rodaron sobre la pista de baile en un club nocturno de Uruapan, Michoacán.
El periodista de la prestigiada revista señala que entrevistó a un alto funcionario estadunidense en la ciudad de México, quien le dijo que "La Familia se parece cada vez más a una insurgencia y menos a un cártel."
Además, ofrece un resumen sobre otros cárteles mexicanos de la droga, incluido el de Sinaloa y Los Zetas, organización esta última, dice, que antes había ocupado Michoacán.
Escrito por William Finnegan, el reportaje titulado “Silver or lead” (Plata o plomo) apunta que en la última década el tráfico de drogas floreció en México y que “sus practicantes (los narcos) mantienen relaciones estables con el sector oficial”.
Según Finnegan, la elección de Vicente Fox en el 2000, “cambió el status quo entre narcotraficantes y el gobierno”.
El autor del texto estuvo dos meses en la zona de influencia de La Familia Michoacana, donde pudo constatar el poder “omnipresente” que tiene ese grupo criminal en todo el país.
En su visita a Zitácuaro, por ejemplo, lo primero que encontró al llegar a esa localidad fue el cuerpo desmembrado de un hombre joven que quedó en medio de la intersección principal. “Fue un ejemplo de lo que llaman cadáver de mensajería”, añade.
Y menciona que al lado de los cuerpos mutilados generalmente aparecen “mensajes de terror” escritos a mano “suficientemente claros”, como uno que decía: "Usted consigue lo que usted se merece".
La Familia Michoacana, agrega, es un grupo del crimen organizado “cuyas depredaciones impregnan la vida de la región”, luego de que el presidente de México, Felipe Calderón, declaró la guerra a los traficantes de drogas en el país cuando asumió el cargo, en diciembre de 2006.
De acuerdo con The New Yorker, más de 23 mil personas han muerto desde la declaración de guerra de Calderón. La inseguridad, apunta, se ha vuelto envolvente, y la población mexicana debe cuidarse cada vez más del secuestro, la extorsión, la tortura, el desempleo…
Y, mientras, anota, las grandes organizaciones del crimen organizado, que “se han diversificado de manera rentable”, siguen ganando miles de millones de dólares. En Michoacán, agrega, una estimación reciente encontró que entre 5 y 8% de los negocios legítimos participan de alguna manera con La Familia.
Entre las organizaciones criminales de México, precisa, La Familia ha ganado un lugar preponderante, y recuerda que ganó la atención nacional en septiembre de 2006, cuando cinco cabezas rodaron sobre la pista de baile en un club nocturno de Uruapan, Michoacán.
El periodista de la prestigiada revista señala que entrevistó a un alto funcionario estadunidense en la ciudad de México, quien le dijo que "La Familia se parece cada vez más a una insurgencia y menos a un cártel."
Además, ofrece un resumen sobre otros cárteles mexicanos de la droga, incluido el de Sinaloa y Los Zetas, organización esta última, dice, que antes había ocupado Michoacán.
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