Embarca Marcelo al PRD

Adrián Rueda / Capital Político

Mostrando toda su perversidad, Marcelo Ebrard ganó por todos lados el debate sobre la iniciativa de los Establecimientos Mercantiles y logró para sus amigos antreros la ampliación de horarios, pero sin pagar el costo político.

Por un lado declaró que estaba en contra de que los antros cerrarán a las cinco de la mañana, incluso mandó a sus funcionarios a publicar datos duros sobre muertes provocadas por el alcoholismo nocturno.

O sea, ante la opinión pública dejó claro que su gobierno estaba en contra de lo que sus amigos empresarios pedían, pero en lo oscurito dejó que sus diputados aprobaran la propuesta.

Claro, el primer muerto por la ampliación de horarios se lo cargarán al PRD, no al gobierno del DF, que advirtió de las consecuencias nocivas de esa medida.

Bastante raro que los diputados perredistas desoyeran en esta ocasión las indicaciones de su jefe y que actuaran con autonomía, pues todo mundo sabe que eso no ocurre en esta ciudad desde 1997 que llegó el PRD, y por supuesto antes, con el PRI.

La jugada de Ebrard fue excelente, ayudó a sus amigos empresarios a hacer de esta capital una gigantesca cantina, pero sin asumir ninguna responsabilidad política; bien por el muchacho.

Su perversidad llegó al grado de hacer que los bejaranistas torcieran el rabo y quedaran ante la opinión pública como lo que son: uno auténticos bandoleros.

No fue una ni dos, sino tres conferencias de prensa en los que Alejandro El Sombrita Sánchez dijo a todo pulmón que ocho diputados del PRD, encabezados por él, votarían en contra del aumento a los horarios de los antros.

Casi juró que sólo sobre su cadáver pasaría la ley, pero como siempre ocurre, se tuvo que tragar sus palabras, agachar la cabeza, meter el rabo entre las patas y votar a favor.

¿A cambio de qué?, pues de que Marcelo aprobara para su corriente la Ley de Participación Ciudadana, como ocurrió el martes pasado.

En su misa de los lunes, René Bejarano les dijo a sus legisladores que deberían apoyar las propuestas de los antreros, pues Marcelo se había comprometido a que habría elecciones vecinales en octubre.

La votación fue seis votos a dos a favor de apoyar a los antreros y El Sombrita tuvo que tragar camote.

Los únicos perredistas que se vieron congruentes fueron Carlos Augusto Morales y Valentina Batres, quienes defendieron, incluso contra su partido, su oposición a la propuesta antrera.

A ver quién le cree a Marcelo que no quería fomentar el alargamiento de la vida nocturna, cuando fueron él y Manuel Camacho quienes hicieron de la Roma y la Condesa un gran corredor de bares.

Cuando gobernaron el DF con Carlos Salinas de Gortari de 1988 a 1993, trajeron al DF, las costumbres españolas, sobre todo de Barcelona, para llenar de ramblas la ciudad de México.

Pero en el teatro armado en Donceles participó activamente el PRI, que acordó con el PRD hacer como que debatían, pero en el fondo apoyarían el dictamen y entre todos impondrían su mayoría.

En concreto, todo estaba planchado y el debate fue nada más para las cámaras, pues entre Marcelo, los antreros y el PRD ya lo habían decidido.

CENTAVITOS… Ahora resulta que la ciudad cuenta con un superhéroe al frente de la Procuraduría de Justicia, pues luego del rescate de dos rehenes el miércoles pasado al procurador le andan diciendo supermam… cera. Quizá para tratar de contrarrestar un poco su pésima imagen como servidor público, donde todos los casos importante se le van de las manos, sus estrategas lo vistieron de superhéroe, con chalequito blanco inmaculado para que hiciera juego con su traje y su cabello, y lo pusieron ante las cámaras a negociar con dos pillos. Ninguno de los delincuentes se impresionó en lo más mínimo con Miguelito. Si ni a sus propios empleados intimida, pues menos a los malandrines. Buen intento, pero Mancera sigue siendo un procurador de risa.

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