Raymundo Riva Palacio / Estrictamente Personal
La gente que lo vio nunca lo olvida. Se veía como una víbora serpenteante con ojos rojos y cuerpo negro que se acercaba a toda velocidad. Cuando pasaba frente a uno, ya venía convertida en un convoy de cuatro Suburban negras con los vidrios polarizados, escoltando a una blanca y resguardadas por dos patrullas a las que les abrían paso dos motocicletas con luces intermitentes a toda velocidad por la principal avenida en la zona hotelera de Cancún. A cualquier lugareño que uno le preguntara quién era, la respuesta contundente era la misma: El Greg.
Capricho existencial el de Gregorio Sánchez el hacerse llamar Greg, el acrónimo anglosajón de Gregory cuando ni inglés habla inglés. Pero es muy propio de clases de origen humilde en zonas costeras, como él mismo, que nació en la Costa Grande de Guerrero, en Tecpan de Galeana, en 1963, a donde llegaron sus padres chiapanecos huyendo de la pobreza, y formaron una familia numerosa de14 hijos, de los cuales tres, incluido hoy El Greg, tuvieron problemas con la justicia.
El Greg, candidato del PRD al gobierno de Quintana Roo, fue detenido esta semana acusado de delitos relacionados con la delincuencia organizada. Se dice inocente, pero las autoridades federales, que tienen el historial de cómo fue acumulando dígitos en sus cuentas bancarias en Cancún y el Distrito Federal, mientras se hacía de una fortuna en el negocio inmobiliario y con el aeropuerto internacional del principal balneario mexicano, están seguras de su caso.
Sánchez se hizo millonario en esos sectores en Cancún en los tiempos que fluía el dinero del Cártel de Juárez primero, y luego el del Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva a esa plaza, y desde el periodo en el cual el ex gobernador Mario Villanueva se involucró con la delincuencia organizada y en el tráfico de personas procedentes de Cuba. Por lo primero, Villanueva fue extraditado a Estados Unidos; y por lo segundo, Roberto Robaina, una de las promesas para tomar el lugar de Fidel Castro, fue removido de su cargo de canciller hace algunos años.
El Greg, en cuya investigación también se encuentran imputaciones de tráfico de personas desde Cuba, junto con su esposa Niurka Sáliva (en la averiguación aparece como Silvia Benítez Niurka Alba), una cubana de nacimiento hija de un coronel del poderoso Ministerio del Interior cubano, no se manchó durante todos esos años. En cambio, se mezcló con los grandes empresarios de la zona y fue tutelado por la familia Joaquín, prolífica en políticos. Millonario, conocido y con influencia, hace casi tres años ganó la presidencia municipal de Cancún con el PRD, el PT y Convergencia, que sólo dejó para buscar la gubernatura.
El Greg fue un alcalde popular, al que también le ayudó la belleza de su esposa Niurka, una mujer alta, rubia y muy articulada. Sus mayores aspiraciones políticas comenzaron a coincidir con la sucesión de delitos donde cada vez más caían presos personas muy cercanas a él. El primer caso notable fue el asesinato del general retirado, Mauro Enrique Tello Quiñones, a semanas de haber llegado a Cancún como secretario de Seguridad Pública recomendado directamente por el secretario de la Defensa, Guillermo Galván.
Las investigaciones arrojaron culpables. Se fueron a la cárcel por ese asesinato, entre otros, Marco Antonio Mejía López, que era su jefe de la cárcel de Cancún, y Boris del Valle Alonso, su asesor en materia de seguridad pública, que había sido su socio en los negocios inmobiliarios. Poco antes había sido arrestado otro de sus socios, Mariano Herrán Salvati, quien durante largo tiempo fue uno de los zares en la lucha contra las drogas y ex funcionario del gobierno de Chiapas, por los delitos de asociación delictuosa y desvío de recursos en aquél estado.
El entorno de El Greg estaba sacudido pero él siguió adelante con su carrera política. El pastor cristiano que se hizo famoso cantando música cristiana en Cancún, parecía un gran aspirante para la gubernatura. Lo que pasaba con sus cercanos, no inquietó a muchos, por lo que se ve, dentro de la izquierda. Error o sobre confianza. Desde enero de este año, dentro de las investigaciones sobre el asesinato del general Tello Quiñones, su nombre comenzó a aparecer de manera más que circunstancial.
La PGR comenzó a integrar una investigación al tiempo que un empresario, Steve Santander Reyes, lo acusó por incumplimiento del pago de 10 millones de dólares, que dijo le había dado para su campaña por la alcaldía de Cancún. El Greg dijo que no era cierto y que le habían falsificado su firma, pero el abogado del empresario, Javier Coello, quien también trabajó por años en los organismos que combatían al narcotráfico, demostró que quien mentía era el ex alcalde.
Para marzo, el calor federal estaba demasiado cerca de El Greg, quien comenzó a dar señales de que resentía la presión. Trató de vacunarse con afirmaciones que querían involucrarlo con la delincuencia organizada por razones políticas y gradualmente se fue convenciendo de que lo iban a arrestar. Estaba tan seguro de ello que grabó una serie de videos donde asegura su inocencia ante las imputaciones de lavado de dinero y relación con el narcotráfico. El primero video fue colocado en YouTube horas después de haber sido arrestado.
La vacuna fue rápida, la enfermedad tiene un diagnóstico que parece letal. Para defenderse de que no es un caso político, la PGR ha ido revelando detalles de su investigación. No fue sólo la denuncia anónima la causa del arresto, dice, sino declaraciones de antiguos colaboradores que lo han señalado directamente al Cártel de los Beltrán Leyva, y testigos protegidos que lo relacionan con Los Zetas y el tráfico humano. Ellos narran cómo les brindaba protección y les ayudaba a transportar drogas, por lo cual cobraba en dos nóminas más de 100 mil pesos mensuales, y cómo era socio en el tráfico humano de cubanos, rusos y chinos.
La información en el expediente menciona también pagos extraordinarios, hasta por un millón de pesos en una ocasión, que no ha probado su origen. La acusación señala que ante el fisco no pudo documentar la procedencia de 27 millones de pesos entre 2002 y 2008, cuando reportó ingresos por menos de tres millones. Es amplia y voluminosa la documentación en su contra, y le toca ahora probar que la PGR y Hacienda, que investigó la parte financiera del caso, están equivocados. ¿Qué resultará? Judicialmente se verá. Políticamente, que la gubernatura de Quintana Roo, en el mejor de los casos, será para dentro de seis años.
La gente que lo vio nunca lo olvida. Se veía como una víbora serpenteante con ojos rojos y cuerpo negro que se acercaba a toda velocidad. Cuando pasaba frente a uno, ya venía convertida en un convoy de cuatro Suburban negras con los vidrios polarizados, escoltando a una blanca y resguardadas por dos patrullas a las que les abrían paso dos motocicletas con luces intermitentes a toda velocidad por la principal avenida en la zona hotelera de Cancún. A cualquier lugareño que uno le preguntara quién era, la respuesta contundente era la misma: El Greg.
Capricho existencial el de Gregorio Sánchez el hacerse llamar Greg, el acrónimo anglosajón de Gregory cuando ni inglés habla inglés. Pero es muy propio de clases de origen humilde en zonas costeras, como él mismo, que nació en la Costa Grande de Guerrero, en Tecpan de Galeana, en 1963, a donde llegaron sus padres chiapanecos huyendo de la pobreza, y formaron una familia numerosa de14 hijos, de los cuales tres, incluido hoy El Greg, tuvieron problemas con la justicia.
El Greg, candidato del PRD al gobierno de Quintana Roo, fue detenido esta semana acusado de delitos relacionados con la delincuencia organizada. Se dice inocente, pero las autoridades federales, que tienen el historial de cómo fue acumulando dígitos en sus cuentas bancarias en Cancún y el Distrito Federal, mientras se hacía de una fortuna en el negocio inmobiliario y con el aeropuerto internacional del principal balneario mexicano, están seguras de su caso.
Sánchez se hizo millonario en esos sectores en Cancún en los tiempos que fluía el dinero del Cártel de Juárez primero, y luego el del Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva a esa plaza, y desde el periodo en el cual el ex gobernador Mario Villanueva se involucró con la delincuencia organizada y en el tráfico de personas procedentes de Cuba. Por lo primero, Villanueva fue extraditado a Estados Unidos; y por lo segundo, Roberto Robaina, una de las promesas para tomar el lugar de Fidel Castro, fue removido de su cargo de canciller hace algunos años.
El Greg, en cuya investigación también se encuentran imputaciones de tráfico de personas desde Cuba, junto con su esposa Niurka Sáliva (en la averiguación aparece como Silvia Benítez Niurka Alba), una cubana de nacimiento hija de un coronel del poderoso Ministerio del Interior cubano, no se manchó durante todos esos años. En cambio, se mezcló con los grandes empresarios de la zona y fue tutelado por la familia Joaquín, prolífica en políticos. Millonario, conocido y con influencia, hace casi tres años ganó la presidencia municipal de Cancún con el PRD, el PT y Convergencia, que sólo dejó para buscar la gubernatura.
El Greg fue un alcalde popular, al que también le ayudó la belleza de su esposa Niurka, una mujer alta, rubia y muy articulada. Sus mayores aspiraciones políticas comenzaron a coincidir con la sucesión de delitos donde cada vez más caían presos personas muy cercanas a él. El primer caso notable fue el asesinato del general retirado, Mauro Enrique Tello Quiñones, a semanas de haber llegado a Cancún como secretario de Seguridad Pública recomendado directamente por el secretario de la Defensa, Guillermo Galván.
Las investigaciones arrojaron culpables. Se fueron a la cárcel por ese asesinato, entre otros, Marco Antonio Mejía López, que era su jefe de la cárcel de Cancún, y Boris del Valle Alonso, su asesor en materia de seguridad pública, que había sido su socio en los negocios inmobiliarios. Poco antes había sido arrestado otro de sus socios, Mariano Herrán Salvati, quien durante largo tiempo fue uno de los zares en la lucha contra las drogas y ex funcionario del gobierno de Chiapas, por los delitos de asociación delictuosa y desvío de recursos en aquél estado.
El entorno de El Greg estaba sacudido pero él siguió adelante con su carrera política. El pastor cristiano que se hizo famoso cantando música cristiana en Cancún, parecía un gran aspirante para la gubernatura. Lo que pasaba con sus cercanos, no inquietó a muchos, por lo que se ve, dentro de la izquierda. Error o sobre confianza. Desde enero de este año, dentro de las investigaciones sobre el asesinato del general Tello Quiñones, su nombre comenzó a aparecer de manera más que circunstancial.
La PGR comenzó a integrar una investigación al tiempo que un empresario, Steve Santander Reyes, lo acusó por incumplimiento del pago de 10 millones de dólares, que dijo le había dado para su campaña por la alcaldía de Cancún. El Greg dijo que no era cierto y que le habían falsificado su firma, pero el abogado del empresario, Javier Coello, quien también trabajó por años en los organismos que combatían al narcotráfico, demostró que quien mentía era el ex alcalde.
Para marzo, el calor federal estaba demasiado cerca de El Greg, quien comenzó a dar señales de que resentía la presión. Trató de vacunarse con afirmaciones que querían involucrarlo con la delincuencia organizada por razones políticas y gradualmente se fue convenciendo de que lo iban a arrestar. Estaba tan seguro de ello que grabó una serie de videos donde asegura su inocencia ante las imputaciones de lavado de dinero y relación con el narcotráfico. El primero video fue colocado en YouTube horas después de haber sido arrestado.
La vacuna fue rápida, la enfermedad tiene un diagnóstico que parece letal. Para defenderse de que no es un caso político, la PGR ha ido revelando detalles de su investigación. No fue sólo la denuncia anónima la causa del arresto, dice, sino declaraciones de antiguos colaboradores que lo han señalado directamente al Cártel de los Beltrán Leyva, y testigos protegidos que lo relacionan con Los Zetas y el tráfico humano. Ellos narran cómo les brindaba protección y les ayudaba a transportar drogas, por lo cual cobraba en dos nóminas más de 100 mil pesos mensuales, y cómo era socio en el tráfico humano de cubanos, rusos y chinos.
La información en el expediente menciona también pagos extraordinarios, hasta por un millón de pesos en una ocasión, que no ha probado su origen. La acusación señala que ante el fisco no pudo documentar la procedencia de 27 millones de pesos entre 2002 y 2008, cuando reportó ingresos por menos de tres millones. Es amplia y voluminosa la documentación en su contra, y le toca ahora probar que la PGR y Hacienda, que investigó la parte financiera del caso, están equivocados. ¿Qué resultará? Judicialmente se verá. Políticamente, que la gubernatura de Quintana Roo, en el mejor de los casos, será para dentro de seis años.
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