Justo en el día de las madres, el gobierno de la ciudad demostró que no tiene al hacer oficial la obligación de pagar 220 pesos por auto a los capitalinos, para obtener su nueva tarjeta inteligente de circulación.
El argumento de Marcelo Ebrard es que con ese nuevo documento se mejorará la seguridad, evitando el mercado negro en la compra-venta de autos y su uso para cometer delitos.
¿Qué a Marcelo no se le hace suficiente todo lo que su gobierno les saca a los ciudadanos para que, según él, garantice la seguridad y los servicios?
Claro que no, Ebrard no es capaz de garantizar la integridad de ningún ciudadano, por lo cual debió irse desde hace mucho, como lo prometió a nivel nacional luego del secuestro y muerte de Fernando Martí.
¿Alguien ha olvidado el “si no puedo me voy” con el que el jefe de Gobierno se lució -en un acto oportunista de pésimo gusto- ante las cámaras de televisión en cadena nacional?
Pues no pudo, es torpe e inepto, pero lejos de irse ya dijo que aspira a ser Presidente de la República.
Todo mundo sabe que una de las cajas chicas del gobierno son la Policía y el Transporte, así que hay que pegarles a los dueños de automóviles para que cooperen con el cochinito para 2012.
El hecho de que mande a sus funcionarios a decir que este cobro no es un nuevo impuesto, no salva a los ciudadanos de pagarlo, a reserva de ser sancionados con cantidades mayores en otros trámites.
Impuesto o no, le llame como le llame, de todos modos es dinero que el ciudadano tiene que erogar, en una ciudad donde ni siquiera se puede circular… entre obras, marchas e ineptitud de las autoridades.
Si para Marcelo es indispensable emitir una nueva tarjeta de circulación para proteger a la ciudadanía, pues que la financie con los amplísimos recursos con los que cuenta, en lugar de engrosar la burocracia en apoyo a sus amigos o destinar 200 millones de pesos más a la nómina de su universidad patito.
Al gobierno de la ciudad le gusta regalar dinero a los haraganes, a los que no producen, ¿entonces por qué no hace un esfuerzo y por primera vez retribuye en algo a la gente que le talonea y trabaja sin descanso para tener algo?
Porque Ebrard no se cansa de presumir los 454 programas de su electorera Red Ángel, con la que da dinero a los que no trabajan; a las mujeres que se dedican a procrear hijos sin responsabilidad, a diestra y siniestra, a quienes no buscan ni siquiera el pan de cada día.
Ah, no, a ellos hasta sus comedores populares les pone para que se alimenten bien, no se vayan a cansar o a desnutrir por estar acostadotes.
Cierto que su política social tiene muchas cosas buenas, como la protección a sectores vulnerables como los ancianos, los niños talento y las personas con alguna discapacidad, pero el gobierno perredista lo único que ha hecho es fomentar la holgazanería; la cultura del menor esfuerzo.
Le regala cosas a quienes en las elecciones pueden votar por el PRD, porque sabe que a la gente que está acostumbrada a esforzarse no la puede comprar con dádivas.
Y claro, sus políticas populacheras las mantiene la gente que sí trabaja y paga impuestos, cuotas y ocurrencias como la tarjeta inteligente. A ellos los castiga con más impuestos y restricciones, como si quisiera que se pasaran de su lado.
¿Pero qué pasaría si todos los habitantes del DF se declararan en el desempleo y exigieran comida, medicinas, transporte, escuela y transporte gratis, además de una cantidad mensual como seguro?
Seguramente la ciudad se colapsaría, pues no habría dinero que alcanzara para mantener a tanto holgazán.
¿Eso quiere Marcelo? Parece que sí, porque esa es la política que ha impulsado su partido desde que llegó al poder en 1997, y que ha convertido al DF a ser un verdadero mugrero donde cada quien hace lo que quiere.
En lugar de elevar la calidad de vida de los pobres, baja la calidad de vida de la clase media; o sea, si el GDF no puede hacer a todos ricos, hay que hacer a todos pobres, es más fácil, para ser iguales… todos, menos los políticos.
Sobre todo los del PRD, que como nuevos ricos satisfacen su hambre ancestral robando a manos llenas el dinero público, y dándose vida de políticos de izquierda que cobran con la derecha.
¿Alguien podría dar el nombre de algún diputado o funcionario público del PRD pobre?
Claro que no, y para que no lo vaya a haber, hay que pagar la nueva tarjeta inteligente de Marcelo-2012.
CENTAVITOS… Como que ya es hora de que alguien ponga en orden a los burócratas de la Asamblea Legislativa del DF, pues a la fecha hay dos sindicatos que reclaman la titularidad del contrato y uno más en formación. Y mientras los grupos se agarran del chongo, sus líderes se ven envueltos en presuntas anomalías como el caso de Georgina Pacheco y su pareja, Gaudencio Chávez, acusados por sus compañeros de lucrar con viajes, vacaciones, lentes, ropa, préstamos y hasta tarjetones de estacionamiento a cambio de jugosas cuotas. Las cantidades de las que se hablan son altas, pero una vez más la mayoría perredista en Donceles no se atreve a meterse para no echarse encima a la burocracia. Y mientras, como no es su dinero, pues que sigan robando, total, con qué cara los perredistas podrían reclamar.
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