Martha Anaya / Crónica de Política
Si se dan un paseo por la blanca Mérida en estos días se toparán con un carteles en los que aparece la figura de “Krosty” el payaso (personaje de Los Simpson) sobre la imagen de la candidata del PRI a la alcaldía, Angélica Araujo; verán leyendas que califican de “ratas” a los candidatos priistas y encontrarán innumerables carteles plagados de dinosaurios; escucharán hablar de los “pitufos de Troya” y sabrán de una serie de defecciones panistas y de detenciones de supuestos “desestabilizadores” confesos del blanquiazul.
Notarán que los diarios locales destacan los cierres de campaña de los 106 candidatos a alcaldes que se elegirán el próximo domingo y, sobre todo, dan seguimiento puntual a lo que ocurre en la capital yucateca –joya de la corona de los panistas, que han gobernado durante los últimos 20 años—donde se enfrentan Beatriz Zavala (PAN) y Angélica Araujo (PRI).
Y sabrán que las principales casas encuestadoras –al menos cinco de ellas—señalan que el PRI recuperará Mérida por una diferencia de entre 12 y 20 puntos. Es decir, que el PRI arrasará en la tierra del fallecido e insigne panista Carlos Castillo Peraza.
Las imágenes podrían parecer meramente divertidas pero la verdad es que el clima electoral que se vive en este arranque de elecciones –preludio de lo que muy probablemente viviremos en las siguientes contiendas—se ha calentado y asoman campañas negras junto con grupos de choque listos a “defender” el terruño.
El líder nacional del PAN, César Nava, acudió al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, para pedirle que intervenga a fin de evitar “el fraude de Estado” que promueve la gobernadora yucateca. Al mismo tiempo, siete personajes son detenidos en Komchén y confiesan haber sido contratados por el PAN para amedrentar a simpatizantes del tricolor.
El presidente de la Gran Comisión del Congreso del Estado, Jorge Carlos Berlín, acusa “desesperación de un partido en decadencia” frente a una sociedad que le ha vuelto la espalda: “cuando un partido está agonizando –dice–, tiende a dar coletazos para confundir”.
Mario Correa Ponce, panista de lujo, director de Desarrollo Económico del ayuntamiento de Mérida, declara que el mejor proyecto para la alcaldía de Mérida es la priista Angélica Araujo y no su correligionaria Beatriz Zavala.
Pero no sólo eso, la ex diputada panista Baeza Estrella sale a declarar también y lamenta que el PAN haya perdido la vocación de servicio y ahora se dedique a perseguir y a hostigar a quienes piensan diferente al grupo en el poder.
Y mientras los panistas pegan de coletazos aquí y allá, el ex coordinador de las campañas electorales panistas, Pedro Herrera, se adhiere también a la priista Araujo y se pone a coordinar a un grupo de operadores autodenominado “Los pitufos de Troya” cuya misión es conseguir para la priista el mayor número de adhesiones de panistas molestos o desplazados por Beatriz Zavala.
Parece vivirse, efectivamente, un cambio de color en Mérida.
Si se dan un paseo por la blanca Mérida en estos días se toparán con un carteles en los que aparece la figura de “Krosty” el payaso (personaje de Los Simpson) sobre la imagen de la candidata del PRI a la alcaldía, Angélica Araujo; verán leyendas que califican de “ratas” a los candidatos priistas y encontrarán innumerables carteles plagados de dinosaurios; escucharán hablar de los “pitufos de Troya” y sabrán de una serie de defecciones panistas y de detenciones de supuestos “desestabilizadores” confesos del blanquiazul.
Notarán que los diarios locales destacan los cierres de campaña de los 106 candidatos a alcaldes que se elegirán el próximo domingo y, sobre todo, dan seguimiento puntual a lo que ocurre en la capital yucateca –joya de la corona de los panistas, que han gobernado durante los últimos 20 años—donde se enfrentan Beatriz Zavala (PAN) y Angélica Araujo (PRI).
Y sabrán que las principales casas encuestadoras –al menos cinco de ellas—señalan que el PRI recuperará Mérida por una diferencia de entre 12 y 20 puntos. Es decir, que el PRI arrasará en la tierra del fallecido e insigne panista Carlos Castillo Peraza.
Las imágenes podrían parecer meramente divertidas pero la verdad es que el clima electoral que se vive en este arranque de elecciones –preludio de lo que muy probablemente viviremos en las siguientes contiendas—se ha calentado y asoman campañas negras junto con grupos de choque listos a “defender” el terruño.
El líder nacional del PAN, César Nava, acudió al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, para pedirle que intervenga a fin de evitar “el fraude de Estado” que promueve la gobernadora yucateca. Al mismo tiempo, siete personajes son detenidos en Komchén y confiesan haber sido contratados por el PAN para amedrentar a simpatizantes del tricolor.
El presidente de la Gran Comisión del Congreso del Estado, Jorge Carlos Berlín, acusa “desesperación de un partido en decadencia” frente a una sociedad que le ha vuelto la espalda: “cuando un partido está agonizando –dice–, tiende a dar coletazos para confundir”.
Mario Correa Ponce, panista de lujo, director de Desarrollo Económico del ayuntamiento de Mérida, declara que el mejor proyecto para la alcaldía de Mérida es la priista Angélica Araujo y no su correligionaria Beatriz Zavala.
Pero no sólo eso, la ex diputada panista Baeza Estrella sale a declarar también y lamenta que el PAN haya perdido la vocación de servicio y ahora se dedique a perseguir y a hostigar a quienes piensan diferente al grupo en el poder.
Y mientras los panistas pegan de coletazos aquí y allá, el ex coordinador de las campañas electorales panistas, Pedro Herrera, se adhiere también a la priista Araujo y se pone a coordinar a un grupo de operadores autodenominado “Los pitufos de Troya” cuya misión es conseguir para la priista el mayor número de adhesiones de panistas molestos o desplazados por Beatriz Zavala.
Parece vivirse, efectivamente, un cambio de color en Mérida.
Comentarios