Carlos Lozano, ¿el siguiente en caer?

Martha Anaya / Crónica de Política

La noche del miércoles, Carlos Lozano De la Torre cenaba con un grupo de empresarios de Aguascalientes. Un par de ellos habían abandonado la entidad por la inseguridad que se vive hoy en ella y el hoy candidato a gobernador de “Aliados por tu Bienestar” (PRI-PVEM-Nueva Alianza) trataba de convencerlos de retornar a su estado e invertir ahí de nuevo.

En ello estaba cuando le informaron que habían asaltado su casa de campaña. Lozano no quiso darle mayor importancia. Hacía apenas unas horas que en una reunión con jóvenes un chavo panista lo había increpado y acusado al PRI de haber llevado la delincuencia a Aguascalientes. Así que Lozano pensó que “algún muchachón se echó sus tequilas y quiso hacer una travesura”.

Al pasar los minutos los sucesos tomaron otro tinte. Comenzó una gran movilización de distintas corporaciones –estatales, federales y municipales–, a Lozano no le permitieron acudir a la casa de campaña; sus propios compañeros de mesa lo bajaron de su vehículo y lo subieron a otro para llevarlo a su casa. Las policía, entretanto, puso seguridad en torno a su hogar.

Se enteraría luego de que seis individuos armados y encapuchados irrumpieron en su casa de campaña. Que inicialmente uno de ellos hizo creer al vigilante que llevaban documentos para uno de sus colaboradores, Vítor Vera; preguntó dónde se encontraba su oficina. Luego aparecieron los otros personajes –vestidos con camisas de la campaña de Lozano–, armados, con los rostros cubiertos con pasamontañas. Golpearon y esposaron al vigilante, y fueron tras lo que había en las computadoras.

Al salir, los propios asaltantes le quitaron las esposas al velador y se fueron rápidamente.

Tal es la recreación que el propio Carlos Lozano hacía ayer por la mañana de lo acontecido en su casa de campaña.

¿Quiénes fueron los autores? El senador con licencia diría: “no podría decir quién fue, pero sí pienso que no fueron gentes de Aguascalientes, que hay mentes malévolas, que las están haciendo desde fuera del estado porque creo que el panismo de Aguascalientes, independientemente de que no me quiere, que no vota por mí, tiene actitudes totalmente diferentes…”

De hecho, hace unas semanas el delegado del PRI en Aguascalientes, Manuel Cavazos Lerma, acusó al gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, de intervenir en las elecciones de los aguascalentenses al enviar “grupos de choque para sabotear las campañas del PRI”.

(Valga recordar por otra parte que el gobernador actual de Aguascalientes, el panista Luis Armando Reynoso, ha sido acusado por sus correligionarios de apoyar al priista Carlos Lozano porque el candidato del blanquiazul para sucederlo, Martín Orozco, le fue impuesto desde la dirigencia nacional encabezada por César Nava.)

El caso es que ayer Lozano, a quien las encuestas otorgan una amplia ventaja sobre su adversario panista, denunció y deploró “de manera tajante y absoluta este deleznable” acto de intimidación contra su campaña política, contra su equipo de campaña y contra él mismo.

“Enlodar el proceso electoral, meter miedo a la ciudadanía y crear incertidumbre –diría—no es la manera en la que los grupúsculos de ultraderecha mantendrán el poder.”

-¿Se le viene algo semejante a lo de Greg Sánchez?-, le preguntaron los periodistas a Lozano.

-Mira, no sé qué estén buscando –respondió–, ustedes escucharon ayer o antier que el coordinador de la campaña del candidato de enfrente y algún senador de la República dijeron que me estaba investigando la PGR… Voy a presentarme en la PGR, voy a preguntar qué me están investigando, porque no me pueden estar amenazando y utilizando el poder de las instituciones para intimidar.

El caso es que, frente al escenario que se está conformando en su entorno, Carlos Lozano cree que ahora el gobierno intenta ir detrás de él –vía la PGR–, para mantener Aguascalientes en su poder.

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