Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder
Felices han de estar los detractores del Ejército mexicano, sin considerar siquiera que, como lo advierten los enterados, al poner en manos del secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, toda la estrategia para nulificar al crimen organizado, es como haber dado el ingeniero las llaves de su satrapía, ya que secundado por Facundo Rosas, pretenderán actuar sin control y, entonces sí, ¡cuidado! con el respeto a los derechos humanos pues si los militares son constantemente observados, no ocurre lo mismo con los policías federales, quienes con su actitud profundizan la corrupción, la impunidad y el desaseo en Ciudad Juárez.
No he estado en esa ciudad recientemente, pero me cuentan quienes la han visitado con objeto de estudio y comprensión de lo que allí sucede, que el comportamiento de los policías federales allá destacados propicia y favorece el encono entre éstos y los “juanes”, ya que si los últimos pernoctan en tiendas de campaña o en los cuarteles, los primeros lo hacen en hoteles de lujo, disponen sin rubor alguno de los servicios del bar de esos establecimientos y, además, llevan a prostitutas a sus habitaciones. Eso es lo que me cuentan.
Me dicen también quienes en Juárez estuvieron durante los días de guardar, que prácticamente en cada esquina hay un púber o un adolescente dotado de equipo de telecomunicación, para informar oportunamente al jefe de su célula de lo que sucede en la calle, en su esfera de influencia, a quién pueden levantar, si ya salieron los policías de los hoteles, hacía dónde se dirigen los operativos, en fin que esa ciudad fronteriza vive bajo la estricta vigilancia de los cárteles, aseguran hoy que de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, y son las llaves de esta satrapía las que pusieron en manos de Genaro García Luna, con el propósito, el objeto de que la limpie, ponga orden y prepare el terreno para que otras autoridades puedan reconstruir el dañado tejido social.
En resumen: en mal momento el Ejército deja de tener funciones policiales en las zonas urbanas, continuará haciéndolas en las zonas rurales, para comodidad de los policías, pues la idea es que la policía municipal recupera la confianza de los habitantes de Juárez. ¿Será tan fácil y tan bonito?
Pienso, a botepronto, que el atentado contra el consulado general de Estados Unidos en Nuevo Laredo, es una respuesta a la decisión presidencial de que sea García Luna el responsable, apoyado por Facundo Rosas, porque no cuestionan la decisión de que el Ejército deje las funciones policiales, sino de que el titular de Seguridad Pública Federal continúe al frente de una responsabilidad que le queda enorme; además que lo premien con las llaves de la satrapía, lo ven como un agravio. Por lo pronto, el Departamento de Estado responde cerrando ese consulado y la agencia consular de Piedras Negras, Coahuila.
Los policías federales muy pronto lo tendrán más difícil, pues por unanimidad el Senado aprobó el jueves una reforma constitucional sobre derechos humanos, que apunta a ser la más significativa desde 1989. Comentaron los expertos que esta reforma “va a la raíz de uno de los principales problemas que se padecen en México, como lo es la impunidad, que suelen sufrir con mayor frecuencia los más pobres, los que no tienen acceso a la educación y los grupos vulnerables”, los habitantes de Ciudad Juárez, pues.
También como una posible respuesta a la absoluta y gran responsabilidad de García Luna, la noche del último jueves un comando armado integrado por 80 sicarios, tomó el pueblo de Maycoba, del municipio de Yécora, Sonora, donde sólo ejecutaron a uno, pero sembraron el miedo entre los habitantes, y ese enfermedad es muy difícil de curar, sobre todo cuando la produjo un comando de esa naturaleza que llegó al poblado en 20 vehículos, pidieron a los habitantes que se identificaran y se retiraran, por lo que esos sonorenses inermes decidieron refugiarse en ranchos cercanos.
Le entregan las llaves de la satrapía de Juárez a García Luna, cuando AP informa que “después de una lucha de casi dos años, con un saldo de cinco mil muertos, el cártel de Sinaloa, de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ganó la guerra contra los otros cárteles y se convierte en la organización más poderosa del mundo”, apuntaron funcionarios de inteligencia estadounidense. La fuente tiene nombre: Andrea Simmons, vocera del FBI en El Paso, Texas.
Los funcionarios del otro lado suelen saber lo que dicen, pero también son aficionados a sembrar desinformación. Pronto constataremos quién tiene la razón, si Genaro García Luna o Andrea Simmons.
Felices han de estar los detractores del Ejército mexicano, sin considerar siquiera que, como lo advierten los enterados, al poner en manos del secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, toda la estrategia para nulificar al crimen organizado, es como haber dado el ingeniero las llaves de su satrapía, ya que secundado por Facundo Rosas, pretenderán actuar sin control y, entonces sí, ¡cuidado! con el respeto a los derechos humanos pues si los militares son constantemente observados, no ocurre lo mismo con los policías federales, quienes con su actitud profundizan la corrupción, la impunidad y el desaseo en Ciudad Juárez.
No he estado en esa ciudad recientemente, pero me cuentan quienes la han visitado con objeto de estudio y comprensión de lo que allí sucede, que el comportamiento de los policías federales allá destacados propicia y favorece el encono entre éstos y los “juanes”, ya que si los últimos pernoctan en tiendas de campaña o en los cuarteles, los primeros lo hacen en hoteles de lujo, disponen sin rubor alguno de los servicios del bar de esos establecimientos y, además, llevan a prostitutas a sus habitaciones. Eso es lo que me cuentan.
Me dicen también quienes en Juárez estuvieron durante los días de guardar, que prácticamente en cada esquina hay un púber o un adolescente dotado de equipo de telecomunicación, para informar oportunamente al jefe de su célula de lo que sucede en la calle, en su esfera de influencia, a quién pueden levantar, si ya salieron los policías de los hoteles, hacía dónde se dirigen los operativos, en fin que esa ciudad fronteriza vive bajo la estricta vigilancia de los cárteles, aseguran hoy que de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, y son las llaves de esta satrapía las que pusieron en manos de Genaro García Luna, con el propósito, el objeto de que la limpie, ponga orden y prepare el terreno para que otras autoridades puedan reconstruir el dañado tejido social.
En resumen: en mal momento el Ejército deja de tener funciones policiales en las zonas urbanas, continuará haciéndolas en las zonas rurales, para comodidad de los policías, pues la idea es que la policía municipal recupera la confianza de los habitantes de Juárez. ¿Será tan fácil y tan bonito?
Pienso, a botepronto, que el atentado contra el consulado general de Estados Unidos en Nuevo Laredo, es una respuesta a la decisión presidencial de que sea García Luna el responsable, apoyado por Facundo Rosas, porque no cuestionan la decisión de que el Ejército deje las funciones policiales, sino de que el titular de Seguridad Pública Federal continúe al frente de una responsabilidad que le queda enorme; además que lo premien con las llaves de la satrapía, lo ven como un agravio. Por lo pronto, el Departamento de Estado responde cerrando ese consulado y la agencia consular de Piedras Negras, Coahuila.
Los policías federales muy pronto lo tendrán más difícil, pues por unanimidad el Senado aprobó el jueves una reforma constitucional sobre derechos humanos, que apunta a ser la más significativa desde 1989. Comentaron los expertos que esta reforma “va a la raíz de uno de los principales problemas que se padecen en México, como lo es la impunidad, que suelen sufrir con mayor frecuencia los más pobres, los que no tienen acceso a la educación y los grupos vulnerables”, los habitantes de Ciudad Juárez, pues.
También como una posible respuesta a la absoluta y gran responsabilidad de García Luna, la noche del último jueves un comando armado integrado por 80 sicarios, tomó el pueblo de Maycoba, del municipio de Yécora, Sonora, donde sólo ejecutaron a uno, pero sembraron el miedo entre los habitantes, y ese enfermedad es muy difícil de curar, sobre todo cuando la produjo un comando de esa naturaleza que llegó al poblado en 20 vehículos, pidieron a los habitantes que se identificaran y se retiraran, por lo que esos sonorenses inermes decidieron refugiarse en ranchos cercanos.
Le entregan las llaves de la satrapía de Juárez a García Luna, cuando AP informa que “después de una lucha de casi dos años, con un saldo de cinco mil muertos, el cártel de Sinaloa, de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ganó la guerra contra los otros cárteles y se convierte en la organización más poderosa del mundo”, apuntaron funcionarios de inteligencia estadounidense. La fuente tiene nombre: Andrea Simmons, vocera del FBI en El Paso, Texas.
Los funcionarios del otro lado suelen saber lo que dicen, pero también son aficionados a sembrar desinformación. Pronto constataremos quién tiene la razón, si Genaro García Luna o Andrea Simmons.
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