Padrés sigue los pasos de la corrupción de Bours

Álvaro Cepeda Neri

Los sonorenses, como el resto de los mexicanos, ostentando la calidad cuando sufragaron a favor de Fox y Calderón, que con la alternancia en la entidad: el PAN por el PRI, las cosas iban a cambiar. Y nada. Al contrario, las cosas empeoran. Por principio de cuentas, el PAN de Calderón-Germán Martínez, escogió al más malo de los aspirantes, logrando la candidatura Guillermo Padrés Elías, de Cananea donde él y su familia fueron comerciantes, y entonces mediocre, oscuro senador, quien para hacerse conocido en todo Sonora daba obsequios a los electores durante sus visitas. Ya candidato no despuntaba, con todo y que su contrincante del PRI era muy parecido (y su primo-hermano), hasta que por el mal gobierno de Bours los sonorenses estaban decidiendo darle la oportunidad a los panistas.

Era un hecho por confirmarse que el candidato priísta estaba derrotado las vísperas de las votaciones; pero, en eso tuvo lugar, un mes antes del 5 de julio, el pavoroso incendio de la guardería (cuyos beneficiarios son familiares de Bours, de la esposa de Calderón y otros pillos) y entonces, los habitantes de Cajeme y Hermosillo, en venganza ante el PRI de Bours, masivamente apoyaron al panista Padrés que arrasó. Y se hizo gobernador, nadando de a muertito en un mar de esperanzas y promesas... que se han frustrado totalmente. Es hora que, tras ratificar al tenebroso procurador que encubrió a los responsables del incendio, el panista se está convirtiendo en el segundo Bours.

Padrés se ha reunido en secreto (en la capital del país) con Bours a cambio de que éste lo apoye y aquél le pague con impunidad. Descubrió Padrés que se habían girado cheques millonarios a nombre de terceros y cobrados por los boursistas. Nada ha hecho al respecto. Pero mandó remodelar la Casa de Gobierno con exceso de lujos, con la posibilidad de que haya invertido más de 300 millones de pesos (en automóviles, vajillas, vinos, muebles importados, al parecer, de Europa, etc.). Y en cuando supo que había peticiones de información sobre ese cuantioso gasto (además no autorizado), con multimillonarias deudas gubernamentales y en quiebra las finanzas estatales, de inmediato emitió un decreto para reservar la información por diez años.

Obviamente que hay “gato encerrado”. Mejor dicho: hay un ratón. No se puede uno explicar por qué Padrés, el Bours II, oculte la información. Salvo que haya corrupción en la que interviene su empleado Mario González Valenzuela. El desgobernador Padrés alega seguridad. Los sonorenses saben de las cuantiosas deudas de Padrés para financiar su costosa campaña. Saben que a pesar de su promesa no procederá contra Bours, aunque desmanteló económicamente a la entidad. Y que por sus omisiones y negligencias, ocurrió el infierno de la guardería. Padrés ya resultó como Bours y todo apunta a que en Sonora seguirá la corrupción, la impunidad, la pobreza extrema en más de 300 mil habitantes y que la alternancia en la entidad ha servido para dos cosas: para que todo siga igual y vaya para peor.

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