Los servicios de salud en México, de los peores del mundo: IMSS, ISSSTE, sin médicos, medicinas, camas y consultas necesarias

Pedro Echeverría V.

1. El gobierno federal reconoció que 43.4 millones de mexicanos (40.7% del total de la población) no tenían acceso a ninguna institución o programa de salud pública o privada. De los 47.2 millones de mexicanos que se encontraban en condiciones de pobreza multidimensional, 25.4 millones presentaron carencia de acceso a los servicios de salud. Además, 18 millones de mexicanos, cuyo ingreso fue suficiente para adquirir bienes alimentarios de la canasta básica, tampoco contaban con servicios de salud, según cifras de la Medición Multidimensional de la Pobreza 2008, que elabora el Coneval. Del total de la población entrevistada, 59.3% cuenta con acceso a servicios de salud, según la medición, y 30.7% se encontraba afiliado al Seguro Social. El restante 19.1% tenía Seguro Popular; 6.6%, ISSSTE; 0.9%, Pemex, Defensa o Marina, y 2% otras fuentes, las cuales incluyen los seguros médicos privados. (Ver El Universal 7/IV/10)

2. El presidente ilegítimo Felipe Calderón señaló en su campaña que al terminar su período de gobierno en 1912 se alcanzará “la cobertura universal de salud”. Por ese motivo, el titular de la Secretaría de Salud, Ángel Córdova, se apresuró a decir que los datos que difundió el Coneval, diciendo que 43 millones de personas no cuentan con servicios de salud en el país son equivocados y que en vez de 43 millones son sólo 16 millones los que no tienen acceso a la atención sanitaria, y confió en que “en año y medio” se pueda revertir plenamente esta situación. Córdova Villalobos tuvo que sufrir la vergüenza y el regaño: lamentó que las cifras del Coneval no estén actualizadas, ya que en el padrón del registro popular, donde ya están incluidas 33 millones de personas, más los 45 millones que informa el IMSS, el ISSSTE, Sedena y Semar, llegamos a 90 millones. Pero para el pueblo nunca las cifras han sido creíbles, porque la realidad ha demostrado lo contrario.

3. El Instituto de Salud y Servicios Sociales de Trabajadores del Estado, que según dicen los funcionarios tiene 10 millones de derechohabientes, no es tan grave la situación desastrosa de los servicios de salud comparado con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con 25 millones que al fundarse en 1944 -cuando finalizaba la Segunda Guerra y se preparaba la fundación de la ONU- fue una institución modelo en el mundo. Lo que sucede en que en el ISSSTE se atienden a empleados de gobierno (profesores, empleados, burócratas) de sectores medios y en el IMSS a atienden a obreros, empleados de empresas privadas, campesinos, etcétera) En el IMSS no sólo se repite lo que se da en el ISSSTE, sino que además la carencia de camas. Enfermeras, instrumental, es tan grave que el piso de los pasillos de los hospitales sirve muchas veces de cama y muchas veces los mismos pacientes deben cargar con papel de baño, gasas, sábanas y otras urgentes.

4. A partir del gobierno panista de Fox, en vez de atender las urgentes necesidades económicas del IMSS y del ISSSTE, se fue recortando el presupuesto anual que se les otorgaba; a cambio se planteó la privatización abierta de los servicios de salud abriendo servicio médicos privados y, ante las críticas se empezó a impulsar el llamado “seguro popular” sin crear la estructura necesaria. Es decir, se abandonaron instituciones con gran solidez creadas en 1944 y 1960 respectivamente para dar paso al seguro privado y al “seguro popular”. La evaluación, como ésta última de Conejal, demuestra que en los hechos ha sido un profundo fracaso, pero el gobierno insiste en seguir inflando este programa con el fin de alcanzar la cobertura total. La realidad es que es una profunda demagogia de gobierno que, como en los campos de la educación y servicios sociales, ha sido una política desastrosa.

5. Cada médico del ISSSTE –institución al que pertenezco desde 1960- debe darle consulta en sus siete horas de trabajo a 26 pacientes. En 15 minutos deben tomarle la presión, auscultar si fuera necesario, anotar un registro y llenar las recetas. Hasta hace un mes se podía hablar por teléfono para conseguir una cita 5 días después; desde entonces hay que acudir a las 6 de la mañana para hacer una larga línea y obtener una cita o a las 11 horas para el turno de la tarde. Si necesitas un médico especialista sólo lograrás que te vea a los cinco o seis meses y si es un examen clínico o alguna radiografía deberás esperar tres meses. Si acudes a urgencias tendrás que esperar en medio de cincuenta personas y, si de plano tienes un infarto y estás a punto de morir te atienden de inmediato, pero no te podrán pasar a cama porque hay que esperar días o semanas para que se desocupe alguna. Si vas por medicinas, muchas veces hay que esperar días.

6. Siguiendo las declaraciones de Calderón y de Córdova –acostumbrados, como todo los gobiernos, a echar basura por la boca- muy pronto se decretará en México el servicio universal de salud, es decir, que el 100 por ciento de los mexicanos “tendrá un servicio de salud garantizado”. Así se engañó durante muchas décadas a los campesinos sin tierra pero “con derechos a salvo”, es decir que obtendrían tierra para cultivar cuando hubiera”, pero como nunca hubo, les dieron tierra pero en la sepultura. Igual estamos en los servicios de salud en México: está tan desesperada la gente por una consulta, unas medicinas o una hospitalización que hasta parece estar limosneando esos servicios y hasta tiene terror cuando se le pide que proteste. ¿Por qué no le ayudan sus legisladores a exigir buen servicio? Porque éstos tienen gastos especiales y con derechos a ser atendidos en los centros hospitalarios de mayor calidad de los EEUU.

7. Los servicios de salud, educación, vivienda, asistencia social, el estado de la alimentación de los 110 millones de mexicanos, son determinantes para caracterizar a un país y a su gobierno. ¿Cuántos mexicanos tienen ingresos que le alcancen para vivir junto a su familia y cuántos desempleados hay? ¿Cuál es el estado de salud y los niveles educativos de sus habitantes? Estas necesidades son las básicas y elementales y en un país como México, sumamente rico en recursos naturales y su explotación, desde hace más de 50 años que deberían estar resueltas. Nada de nada. Aún hay más de 70 millones de mexicanos en la pobreza, 40 en la miseria y 10 a punto de morir de hambre. Pero aquí los políticos hablan de democracia, santa palabra que les sirve para vivir como millonarios al servicio de los grandes empresarios. Pero todavía seguimos organizando partiditos y luchitas sociales que absorbe y desbarata cuando quiere la clase dominante.

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