Raymundo Riva Palacio / Estrictamente Personal
Édgar Valdés Villarreal, mejor conocido como “La Barbie”, da la apariencia de ser el narcotraficante sobre cuya cabeza hay numerosos interesados en cortarla. Desde diciembre, cuando murió su jefe Arturo Beltrán Leyva en una operación de la Marina en Cuernavaca, a sus enemigos de las fuerzas federales y los adversarios del Cártel de Sinaloa, se le sumó Héctor Beltrán Leyva, quien era el operador del cártel que lleva el nombre de la familia, y que reclamó para sí, la jefatura y supremacía de la organización. Demasiados frentes abiertos, incluso para “La Barbie”, el único sicario de renombre que nació en el extranjero y cuyo origen en la delincuencia organizada viene de cuando era pandillero en Nuevo Laredo, para que ande tranquilo.
“La Barbie” era el hombre fuerte de Beltrán Leyva, llamado “El Jefe de Jefes”, y bajo su responsabilidad tenía las operaciones en el área metropolitana de la ciudad de México, Morelos y Guerrero. Durante largo tiempo vivió en Huixquilucan al amparo de autoridades locales, un municipio mexiquense al poniente de la capital, desde donde protegía la plaza. Pero desde diciembre, cuando a punto estuvo de ser detenido por los marinos en una fiesta en Tepoztlán, Morelos, una semana antes de que cayera Beltrán Leyva, se encuentra a salto de mata por acoso creciente.
De acuerdo con funcionarios federales, “La Barbie” se encontraba, cuando menos hasta hace una semana, en Nayarit, lo que explica el porque en las últimas semanas Tepic, la capital, se haya convertido en un creciente campo de batalla entre los narcotraficantes. La Policía Federal y el Ejército también se han desplazado al estado, y en los últimos días detuvieron a varios operadores del fragmentado Cártel de los Beltrán Leyva. Nayarit no es un refugio al azar. La escolta personal de “El Jefe de Jefes” era nayarita, por lo cual las autoridades interpretan como una decisión lógica que buscara el apoyo de ellos.
La persecución de “La Barbie” ayuda a entender el nuevo mapa del narcotráfico en México, que se comenzó a descomponer en enero de 2008 cuando los Beltrán Leyva rompieron con el Cártel de Sinaloa y se aliaron contra sus enemigos Los Zetas, que aunque se mantenían como brazo militar del Cártel del Golfo, desde 2006 ya eran considerados una organización criminal autónoma. La recomposición de las bandas se empieza a dar de una manera más clara tras la muerte de Beltrán Leyva, que provoca la disputa hacia el interior de su cártel.
Héctor Beltrán Leyva, que carecía de la capacidad de fuego para enfrentar a “La Barbie”, se alió con sus anteriores amigos del Cártel de Sinaloa, en particular con Joaquín “El Chapo” Guzmán, y se creó el llamado Cártel del Sur del Pacifico, que no es mas que un apéndice de los sinaloenses. La alianza es más que natural. Alfredo, el otro hermano Beltrán Leyva, es compadre de Guzmán y de Ismael “El Mayo” Zambada, jefes del Cártel de Sinaloa, y desde enero de 2008 se encuentra preso. Su detención fue el pretexto para que “El Jefe de Jefes” rompiera con ellos, pese a los mensajes que le envió Alfredo, apodado “El Mochomo”, que no tenían nada que ver con su arresto.
“La Barbie” no pertenece, ni por lazos familiares que se cruzan entre todos ellos, ni por el origen que comparten en Sinaloa, ni por la historia criminal que los hace cómplices. “La Barbie”, de acuerdo con funcionarios federales, siempre les generó desconfianza por ser extranjero. Aunque pudiera verse como chauvinismo, para efectos prácticos, es una desventaja para Villarreal, que se está quedando solo. La suerte que se le rompió en diciembre en Morelos, se volvió pesadilla en enero.
A principio de este año, sus distribuidores de cocaína en las zonas más ricas de la ciudad de México, se vieron involucrados en el atentado contra el futbolista Salvador Cabañas. José Jorge Balderas Garza, apodado “El J.J.”, le disparó en la cabeza y huyó. Junto con él se encontraba una persona que las autoridades sólo han identificado como “Paco”, presuntamente compadre de “La Barbie”, y sobre quien se ha enfocado la investigación más acuciosa por la importancia que le asignan. Las autoridades tienen el perfil completo de “Paco”, y en cuando menos en una ocasión estuvieron a punto de detenerlo. Logró evadir la captura, pero el negocio que manejaba para los Beltrán Leyva se ha visto severamente afectado -en ingresos- por mantenerse en constante movimiento para evitar la detención.
El núcleo de personas que manejaban el negocio de la droga desde la zona de Huixquilucan para “La Barbie” está completamente roto. La semana pasada las fuerzas federales detuvieron a José Gerardo Álvarez Vázquez, apodado “El Indio” o “El Chayanne”, quien era el brazo derecho de Villarreal. El hoyo que le hicieron a las operaciones de distribución de droga y a sus ingresos, debilita indudablemente el poderío de esa facción del viejo Cártel de los Beltrán Leyva, que en la parte criminal están siendo diezmados por los sinaloenses, que están tapizando de sicarios asesinados el corredor que va de la ciudad de México a Guerrero.
Hoy pareciera que la facción más violenta que respondía a Arturo Beltrán Leyva está desmantelada por los golpes entre criminales y los enfrentamientos con las fuerzas federales. En Nayarit, donde podría encontrarse todavía, el viejo cártel ha ido perdiendo cuadros. Hace dos semanas murió el jefe de la plaza, Santiago Lizárraga, en un enfrentamiento con las autoridades. En la ciudad de México, sus lugartenientes siguen cayendo, presos o muertos. “La Barbie”, a decir de funcionarios, está concentrado en escapar de los enemigos que le han ido creciendo como las margaritas en el campo.
Los funcionarios creen que se encuentran ellos mismos en una carrera con “La Barbie”: o lo detienen -o cae en un enfrentamiento-, o es posible que, a manera de claudicación, le pida a “El Chapo” Guzmán que sea ahora él quien lo proteja. En cualquier caso, Villarreal comparte el dudoso primer lugar de ser la persona a quienes más buscan hoy en día, vivo o muerto.
Édgar Valdés Villarreal, mejor conocido como “La Barbie”, da la apariencia de ser el narcotraficante sobre cuya cabeza hay numerosos interesados en cortarla. Desde diciembre, cuando murió su jefe Arturo Beltrán Leyva en una operación de la Marina en Cuernavaca, a sus enemigos de las fuerzas federales y los adversarios del Cártel de Sinaloa, se le sumó Héctor Beltrán Leyva, quien era el operador del cártel que lleva el nombre de la familia, y que reclamó para sí, la jefatura y supremacía de la organización. Demasiados frentes abiertos, incluso para “La Barbie”, el único sicario de renombre que nació en el extranjero y cuyo origen en la delincuencia organizada viene de cuando era pandillero en Nuevo Laredo, para que ande tranquilo.
“La Barbie” era el hombre fuerte de Beltrán Leyva, llamado “El Jefe de Jefes”, y bajo su responsabilidad tenía las operaciones en el área metropolitana de la ciudad de México, Morelos y Guerrero. Durante largo tiempo vivió en Huixquilucan al amparo de autoridades locales, un municipio mexiquense al poniente de la capital, desde donde protegía la plaza. Pero desde diciembre, cuando a punto estuvo de ser detenido por los marinos en una fiesta en Tepoztlán, Morelos, una semana antes de que cayera Beltrán Leyva, se encuentra a salto de mata por acoso creciente.
De acuerdo con funcionarios federales, “La Barbie” se encontraba, cuando menos hasta hace una semana, en Nayarit, lo que explica el porque en las últimas semanas Tepic, la capital, se haya convertido en un creciente campo de batalla entre los narcotraficantes. La Policía Federal y el Ejército también se han desplazado al estado, y en los últimos días detuvieron a varios operadores del fragmentado Cártel de los Beltrán Leyva. Nayarit no es un refugio al azar. La escolta personal de “El Jefe de Jefes” era nayarita, por lo cual las autoridades interpretan como una decisión lógica que buscara el apoyo de ellos.
La persecución de “La Barbie” ayuda a entender el nuevo mapa del narcotráfico en México, que se comenzó a descomponer en enero de 2008 cuando los Beltrán Leyva rompieron con el Cártel de Sinaloa y se aliaron contra sus enemigos Los Zetas, que aunque se mantenían como brazo militar del Cártel del Golfo, desde 2006 ya eran considerados una organización criminal autónoma. La recomposición de las bandas se empieza a dar de una manera más clara tras la muerte de Beltrán Leyva, que provoca la disputa hacia el interior de su cártel.
Héctor Beltrán Leyva, que carecía de la capacidad de fuego para enfrentar a “La Barbie”, se alió con sus anteriores amigos del Cártel de Sinaloa, en particular con Joaquín “El Chapo” Guzmán, y se creó el llamado Cártel del Sur del Pacifico, que no es mas que un apéndice de los sinaloenses. La alianza es más que natural. Alfredo, el otro hermano Beltrán Leyva, es compadre de Guzmán y de Ismael “El Mayo” Zambada, jefes del Cártel de Sinaloa, y desde enero de 2008 se encuentra preso. Su detención fue el pretexto para que “El Jefe de Jefes” rompiera con ellos, pese a los mensajes que le envió Alfredo, apodado “El Mochomo”, que no tenían nada que ver con su arresto.
“La Barbie” no pertenece, ni por lazos familiares que se cruzan entre todos ellos, ni por el origen que comparten en Sinaloa, ni por la historia criminal que los hace cómplices. “La Barbie”, de acuerdo con funcionarios federales, siempre les generó desconfianza por ser extranjero. Aunque pudiera verse como chauvinismo, para efectos prácticos, es una desventaja para Villarreal, que se está quedando solo. La suerte que se le rompió en diciembre en Morelos, se volvió pesadilla en enero.
A principio de este año, sus distribuidores de cocaína en las zonas más ricas de la ciudad de México, se vieron involucrados en el atentado contra el futbolista Salvador Cabañas. José Jorge Balderas Garza, apodado “El J.J.”, le disparó en la cabeza y huyó. Junto con él se encontraba una persona que las autoridades sólo han identificado como “Paco”, presuntamente compadre de “La Barbie”, y sobre quien se ha enfocado la investigación más acuciosa por la importancia que le asignan. Las autoridades tienen el perfil completo de “Paco”, y en cuando menos en una ocasión estuvieron a punto de detenerlo. Logró evadir la captura, pero el negocio que manejaba para los Beltrán Leyva se ha visto severamente afectado -en ingresos- por mantenerse en constante movimiento para evitar la detención.
El núcleo de personas que manejaban el negocio de la droga desde la zona de Huixquilucan para “La Barbie” está completamente roto. La semana pasada las fuerzas federales detuvieron a José Gerardo Álvarez Vázquez, apodado “El Indio” o “El Chayanne”, quien era el brazo derecho de Villarreal. El hoyo que le hicieron a las operaciones de distribución de droga y a sus ingresos, debilita indudablemente el poderío de esa facción del viejo Cártel de los Beltrán Leyva, que en la parte criminal están siendo diezmados por los sinaloenses, que están tapizando de sicarios asesinados el corredor que va de la ciudad de México a Guerrero.
Hoy pareciera que la facción más violenta que respondía a Arturo Beltrán Leyva está desmantelada por los golpes entre criminales y los enfrentamientos con las fuerzas federales. En Nayarit, donde podría encontrarse todavía, el viejo cártel ha ido perdiendo cuadros. Hace dos semanas murió el jefe de la plaza, Santiago Lizárraga, en un enfrentamiento con las autoridades. En la ciudad de México, sus lugartenientes siguen cayendo, presos o muertos. “La Barbie”, a decir de funcionarios, está concentrado en escapar de los enemigos que le han ido creciendo como las margaritas en el campo.
Los funcionarios creen que se encuentran ellos mismos en una carrera con “La Barbie”: o lo detienen -o cae en un enfrentamiento-, o es posible que, a manera de claudicación, le pida a “El Chapo” Guzmán que sea ahora él quien lo proteja. En cualquier caso, Villarreal comparte el dudoso primer lugar de ser la persona a quienes más buscan hoy en día, vivo o muerto.
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