Martha Anaya / Crónica de Política
Manuel Camacho Solís no lo podía creer, ¡no quería creerlo! Cuando se dio cuenta de que el Partido del Trabajo iba a abandonar las coaliciones pactadas –apenas en las últimas semanas–, intentó operar políticamente para hacerlos desistir, pero ya era tarde. Y el jueves por la noche estaba simplemente furioso.
El coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA) había logrado originalmente lo que parecía imposible: aliar al PRD, PT y Convergencia con el PAN para enfrentar al PRI en las elecciones de este año. Pero, al igual que a Andrés Manuel López Obrador, les gana la soberbia.
A Manuel Camacho le sucedió con el PT lo mismo que a López Obrador con “Juanito”: los dejaron sueltos, sin nadie que los cuidara y los apapachara. Otros hicieron el trabajo por ellos, ¡y se les fueron!
Sólo que esta vez quien le arrebató a Camacho al PT –y debilitar enormemente la alianza, al menos como imagen—fue, según la propia gente del DIA y lo que piensan algunos perredistas, el propio López Obrador.
La lectura que dan allegados a Camacho al rechazo del PT a las alianzas que sostenían y habían incluso formalizado –con excepción del caso de Oaxaca, donde el PT se mantendrá con su apoyo a Gabino Cué—apunta a la apuesta que ha hecho el propio López Obrador por lograr la candidatura presidencial para el 2012.
Según su análisis, el posible triunfo de las alianzas en algunos de los procesos electorales de este año reposicionaría a Jesús Ortega y su grupo en el PRD, y abonaría asimismo en la candidatura de Marcelo Ebrard para la grande.
Y eso, comentan en el DIA, no le hacía ninguna gracia a López Obrador. Es más, afirman que utilizó el golpeteo a las alianzas para proyectarse él mismo hacia la candidatura presidencial. Tan es así, sostienen, que las declaraciones de AMLO en contra de las alianzas iniciaron cuando vio que el rechazo de Fernando Gómez Mont a éstas lo había posicionado como presidenciable. Antes de que eso ocurriera, recuerdan, no había dicho ni una palabra al respecto.
En suma, para los del DIA, la dinamitada a las alianzas por parte de López Obrador se debe , no a su congruencia y a su “pureza”, sino a mera ambición personal, a que sigue atorado en lo ocurrido en 2006 y le anima la venganza.
Sea ésta, o no, la razón del retiro del PT de las alianzas, lo cierto es que el golpe al DIA y a la posibilidad de ir con un solo candidato para el 2012 por parte de las “izquierdas” sufrió un golpe del que muy difícilmente podrá reponerse a tiempo.
Por lo que toca a la dirigencia nacional del Partido del Trabajo, señalan, ya tiene decidida su apuesta para el 2012. Es López Obrador y punto. Se conforman con mantener el registro y obtener algunas posiciones que desde ahora ya tienen comprometidas y repartidas.
Sólo que la decisión tomada a último momento por Alberto Anaya y los suyos, de retirarse de las alianzas, ha provocado una serie crisis al interior del PT pues buena parte de sus dirigencias estatales estaban –y están—a favor de ellas. Y la decisión de su dirigencia nacional de romper con las alianzas les cayó como bomba.
La pregunta es ahora si las bases de ese partido votarán tal como decidieron sus dirigentes o si se irán por la libre y/o, abandonarán incluso las filas del PT. Es lo que están discutiendo en estos momentos en Sinaloa, Hidalgo, Quintana Roo y Puebla.
Y un dato más para terminar –aunque aún es pronto para conocer su significado–, ayer domingo fue ejecutado el dirigente estatal del PT en Guerrero, Rey Hernández. El ex diputado local participaba en las negociaciones por las coaliciones con el PAN y el PRD para la elección de gobernador en 2011.
Tiempos difíciles para el PT, para el DIA y para la llamada izquierda en general.
Manuel Camacho Solís no lo podía creer, ¡no quería creerlo! Cuando se dio cuenta de que el Partido del Trabajo iba a abandonar las coaliciones pactadas –apenas en las últimas semanas–, intentó operar políticamente para hacerlos desistir, pero ya era tarde. Y el jueves por la noche estaba simplemente furioso.
El coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA) había logrado originalmente lo que parecía imposible: aliar al PRD, PT y Convergencia con el PAN para enfrentar al PRI en las elecciones de este año. Pero, al igual que a Andrés Manuel López Obrador, les gana la soberbia.
A Manuel Camacho le sucedió con el PT lo mismo que a López Obrador con “Juanito”: los dejaron sueltos, sin nadie que los cuidara y los apapachara. Otros hicieron el trabajo por ellos, ¡y se les fueron!
Sólo que esta vez quien le arrebató a Camacho al PT –y debilitar enormemente la alianza, al menos como imagen—fue, según la propia gente del DIA y lo que piensan algunos perredistas, el propio López Obrador.
La lectura que dan allegados a Camacho al rechazo del PT a las alianzas que sostenían y habían incluso formalizado –con excepción del caso de Oaxaca, donde el PT se mantendrá con su apoyo a Gabino Cué—apunta a la apuesta que ha hecho el propio López Obrador por lograr la candidatura presidencial para el 2012.
Según su análisis, el posible triunfo de las alianzas en algunos de los procesos electorales de este año reposicionaría a Jesús Ortega y su grupo en el PRD, y abonaría asimismo en la candidatura de Marcelo Ebrard para la grande.
Y eso, comentan en el DIA, no le hacía ninguna gracia a López Obrador. Es más, afirman que utilizó el golpeteo a las alianzas para proyectarse él mismo hacia la candidatura presidencial. Tan es así, sostienen, que las declaraciones de AMLO en contra de las alianzas iniciaron cuando vio que el rechazo de Fernando Gómez Mont a éstas lo había posicionado como presidenciable. Antes de que eso ocurriera, recuerdan, no había dicho ni una palabra al respecto.
En suma, para los del DIA, la dinamitada a las alianzas por parte de López Obrador se debe , no a su congruencia y a su “pureza”, sino a mera ambición personal, a que sigue atorado en lo ocurrido en 2006 y le anima la venganza.
Sea ésta, o no, la razón del retiro del PT de las alianzas, lo cierto es que el golpe al DIA y a la posibilidad de ir con un solo candidato para el 2012 por parte de las “izquierdas” sufrió un golpe del que muy difícilmente podrá reponerse a tiempo.
Por lo que toca a la dirigencia nacional del Partido del Trabajo, señalan, ya tiene decidida su apuesta para el 2012. Es López Obrador y punto. Se conforman con mantener el registro y obtener algunas posiciones que desde ahora ya tienen comprometidas y repartidas.
Sólo que la decisión tomada a último momento por Alberto Anaya y los suyos, de retirarse de las alianzas, ha provocado una serie crisis al interior del PT pues buena parte de sus dirigencias estatales estaban –y están—a favor de ellas. Y la decisión de su dirigencia nacional de romper con las alianzas les cayó como bomba.
La pregunta es ahora si las bases de ese partido votarán tal como decidieron sus dirigentes o si se irán por la libre y/o, abandonarán incluso las filas del PT. Es lo que están discutiendo en estos momentos en Sinaloa, Hidalgo, Quintana Roo y Puebla.
Y un dato más para terminar –aunque aún es pronto para conocer su significado–, ayer domingo fue ejecutado el dirigente estatal del PT en Guerrero, Rey Hernández. El ex diputado local participaba en las negociaciones por las coaliciones con el PAN y el PRD para la elección de gobernador en 2011.
Tiempos difíciles para el PT, para el DIA y para la llamada izquierda en general.
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