El combate al narcotráfico ya no es un problema de drogas sino de seguridad del Estado, es decir, político. (G.Mont)
Pedro Echeverría V.
1. Ya no saben sobre qué declarar los tontos funcionarios porque nada saben de ciencia política o de historia, aunque sí de policías y ladrones. En vez de analizar a fondo sobre las causas o los motivos del surgimiento del narcotráfico, de reflexionar acerca de ideas para acabar con este flagelo, de la necesidad de terminar con el desempleo y la miseria para que no haya necesidad de integrarse en la llamada delincuencia, se dedican a demostrar esos funcionarios que son muy hombrecitos, que dan la cara y retan a sus adversarios para que salgan a la luz pública y que no solo den entrevistas (a Julio Scherer) en la selva. Es decir, esos funcionarios tontos creen que los perseguidos son idiotas. Pero a pesar de ello el secretario de Gobernación dijo una cosa importante, que el tráfico de drogas ya no es esencial. Lo peligroso es la fuerza que están tomando contra el Estado. ¿Ya es político?
2. Gómez Mont, secretario de Gobernación, retó al crimen organizado; le exigió que dé la “batalla de frente” porque las autoridades, legisladores y gobiernos están dando la cara en esta lucha. “Nadie se ha hecho menso con el tema (…) ¿O qué? ¿Nos ven embozados aquí o nos ven en la sierra o en el monte dando entrevistas?”. Reconoció que hay “fortalezas y debilidades. “A veces –dice Gómez Mont– no se pueden prever todos los actos. El Estado mexicano, como Estado democrático, se presenta con cara a la gente. Sus instituciones están visibles. “Estos señores (delincuentes) de repente salen de sus madrigueras y a veces el Estado está listo y con información suficiente para neutralizarlos y a veces no”. El funcionario opinó que el problema de la inseguridad no es un “problema de drogas” porque es un problema menor, sino de secuestros, extorsiones y asesinatos.
3. Ya esto del tráfico de drogas es viejo, está superado. Si en muchos países las drogas se han legalizado México no está lejos de tomar esa medida. Lo importante ahora -para el gobierno- es que el ejército de los narcos no siga avanzando contra las fuerzas del Estado porque podría llegar el momento en que el gobierno de Calderón sea obligado a renunciar. Por eso –dicen- no podemos retirar al ejército de las calles y si acaso tomamos medidas como en Ciudad Juárez de retirar mil soldados, los sustituimos con cinco mil policías federales totalmente entrenados por los EEUU y equipados por ese país. Si algo no cabe entre nosotros los funcionarios –dicen- es la ingenuidad: aunque nos acusen que el narco ha penetrado en todos los niveles del estado y la economía, la realidad es que no vamos a permitir que se adueñe del gobierno porque este es un país democrático donde los representantes en el gobierno se eligen por el pueblo.
4. ¿Lo mismo que en Colombia? ¿No que era un problema de salud, de distribución de drogas en las escuelas? Si en los EEUU y otros países europeos el consumo de drogas ha sido legalizado entonces los objetivos del gobierno son otros: aunque desde hace varios años han penetrado, evitar la total implantación de éstos en el gobierno, entre los empresarios y las fuerzas armadas de tal manera que el control de la economía, la política y los medios de información estén al servicio de los narcos. Hoy sólo se habla del “Estado narco” y de “empresarios narcos”, pero no existen todas las pruebas, ¿qué pasaría si realmente estuviera el país absolutamente controlado como en Colombia? Parece estar contemplada en la estrategia de los EEUU llamar terrorista a todo aquel que de alguna manera cuestione al Estado y a las políticas yanquis. Al gobierno mexicano le han dejado la tarea de combatir el terrorismo.
5. Desde los avionzazos contra las “Torres Gemelas” –aquellas donde se colgaba el “hombre araña” y que no se ha aclarado si el mismo gobierno de Bush ordenó que las atacaran- se hizo mundial la “lucha contra el terrorismo”. Para vengar esos actos criminales Bush ordenó la invasión de Afganistán y luego la de Irak usando acusaciones que más tarde se probaron que fueron falsas. Pero Bush y el gobierno yanqui siguió adelante, de manera abierta, su lucha contra el terrorismo. El país más sometido fue México, por su amplia frontera divisoria con aquel país. Desde entonces EEUU sólo mantuvo un discurso: la lucha contra el terrorismo donde englobó a todos los países que mantenían una posición crítica hacia él (Irak, Irán, Corea del Norte, China, Venezuela, Cuba, Libia, Palestinos) Con esos países creó lo que llamó “El eje del mal” con el fin de mantener una amenaza y una propaganda permanente –como terroristas- contra ellos.
6. La calificación que EEUU y las burguesías hacen al terrorismo de hoy es muy parecida a lo que hace 40 años hacían contra el comunismo. A fines de los sesenta también había “oposición” amaestrada, domesticada, integrada para hacer juego político; pero la real oposición, la que no aceptaba el sistema de explotación y opresión, era vigilada, perseguida, encarcelada y asesinada. La clase dominante ha continuado por ese camino, pero en los últimos 10 años –dado la agudización de las confrontaciones mundiales- busca acusar de terrorista a cualquier opositor social radical. Hoy en Colombia no importa la droga, los males contra la salud; lo que persigue el gobierno colombiano y sus jefes yanquis es combatir a los “terroristas”, es decir a las guerrillas de la FARC y a los izquierdistas radicalizados. Por ese motivo promovió la instalación de las siete bases militares norteamericanas en su territorio.
7. En Colombia no fue a los narcotraficantes a los que se persiguió; fue a los grupos izquierdistas a quien comenzó a calumniarse –en todos los medios de información- como narcotraficantes para así justificar la represión contra ellos. Es una vieja forma usada también en México para eliminar a opositores reales por el ejército y la policía. Basta con que te invadan la casa, te siembren la droga y las armas y allí estarán los periodistas listos para las fotos y los videos. Esto se ha estado practicando en México con mayor intensidad contra los activistas, incluso periodistas, en los últimos años. Todas aquellas libertades que los trabajadores y activistas sociales había ganado durante décadas, en los últimos 25 años se han venido derrumbando. Necesitamos estar muy atentos para salir a la calles para recuperar lo que hemos perdido; pero no olvidar que las únicas batallas valederas son las que nos permitan acabar para siempre con el sistema de explotación.
1. Ya no saben sobre qué declarar los tontos funcionarios porque nada saben de ciencia política o de historia, aunque sí de policías y ladrones. En vez de analizar a fondo sobre las causas o los motivos del surgimiento del narcotráfico, de reflexionar acerca de ideas para acabar con este flagelo, de la necesidad de terminar con el desempleo y la miseria para que no haya necesidad de integrarse en la llamada delincuencia, se dedican a demostrar esos funcionarios que son muy hombrecitos, que dan la cara y retan a sus adversarios para que salgan a la luz pública y que no solo den entrevistas (a Julio Scherer) en la selva. Es decir, esos funcionarios tontos creen que los perseguidos son idiotas. Pero a pesar de ello el secretario de Gobernación dijo una cosa importante, que el tráfico de drogas ya no es esencial. Lo peligroso es la fuerza que están tomando contra el Estado. ¿Ya es político?
2. Gómez Mont, secretario de Gobernación, retó al crimen organizado; le exigió que dé la “batalla de frente” porque las autoridades, legisladores y gobiernos están dando la cara en esta lucha. “Nadie se ha hecho menso con el tema (…) ¿O qué? ¿Nos ven embozados aquí o nos ven en la sierra o en el monte dando entrevistas?”. Reconoció que hay “fortalezas y debilidades. “A veces –dice Gómez Mont– no se pueden prever todos los actos. El Estado mexicano, como Estado democrático, se presenta con cara a la gente. Sus instituciones están visibles. “Estos señores (delincuentes) de repente salen de sus madrigueras y a veces el Estado está listo y con información suficiente para neutralizarlos y a veces no”. El funcionario opinó que el problema de la inseguridad no es un “problema de drogas” porque es un problema menor, sino de secuestros, extorsiones y asesinatos.
3. Ya esto del tráfico de drogas es viejo, está superado. Si en muchos países las drogas se han legalizado México no está lejos de tomar esa medida. Lo importante ahora -para el gobierno- es que el ejército de los narcos no siga avanzando contra las fuerzas del Estado porque podría llegar el momento en que el gobierno de Calderón sea obligado a renunciar. Por eso –dicen- no podemos retirar al ejército de las calles y si acaso tomamos medidas como en Ciudad Juárez de retirar mil soldados, los sustituimos con cinco mil policías federales totalmente entrenados por los EEUU y equipados por ese país. Si algo no cabe entre nosotros los funcionarios –dicen- es la ingenuidad: aunque nos acusen que el narco ha penetrado en todos los niveles del estado y la economía, la realidad es que no vamos a permitir que se adueñe del gobierno porque este es un país democrático donde los representantes en el gobierno se eligen por el pueblo.
4. ¿Lo mismo que en Colombia? ¿No que era un problema de salud, de distribución de drogas en las escuelas? Si en los EEUU y otros países europeos el consumo de drogas ha sido legalizado entonces los objetivos del gobierno son otros: aunque desde hace varios años han penetrado, evitar la total implantación de éstos en el gobierno, entre los empresarios y las fuerzas armadas de tal manera que el control de la economía, la política y los medios de información estén al servicio de los narcos. Hoy sólo se habla del “Estado narco” y de “empresarios narcos”, pero no existen todas las pruebas, ¿qué pasaría si realmente estuviera el país absolutamente controlado como en Colombia? Parece estar contemplada en la estrategia de los EEUU llamar terrorista a todo aquel que de alguna manera cuestione al Estado y a las políticas yanquis. Al gobierno mexicano le han dejado la tarea de combatir el terrorismo.
5. Desde los avionzazos contra las “Torres Gemelas” –aquellas donde se colgaba el “hombre araña” y que no se ha aclarado si el mismo gobierno de Bush ordenó que las atacaran- se hizo mundial la “lucha contra el terrorismo”. Para vengar esos actos criminales Bush ordenó la invasión de Afganistán y luego la de Irak usando acusaciones que más tarde se probaron que fueron falsas. Pero Bush y el gobierno yanqui siguió adelante, de manera abierta, su lucha contra el terrorismo. El país más sometido fue México, por su amplia frontera divisoria con aquel país. Desde entonces EEUU sólo mantuvo un discurso: la lucha contra el terrorismo donde englobó a todos los países que mantenían una posición crítica hacia él (Irak, Irán, Corea del Norte, China, Venezuela, Cuba, Libia, Palestinos) Con esos países creó lo que llamó “El eje del mal” con el fin de mantener una amenaza y una propaganda permanente –como terroristas- contra ellos.
6. La calificación que EEUU y las burguesías hacen al terrorismo de hoy es muy parecida a lo que hace 40 años hacían contra el comunismo. A fines de los sesenta también había “oposición” amaestrada, domesticada, integrada para hacer juego político; pero la real oposición, la que no aceptaba el sistema de explotación y opresión, era vigilada, perseguida, encarcelada y asesinada. La clase dominante ha continuado por ese camino, pero en los últimos 10 años –dado la agudización de las confrontaciones mundiales- busca acusar de terrorista a cualquier opositor social radical. Hoy en Colombia no importa la droga, los males contra la salud; lo que persigue el gobierno colombiano y sus jefes yanquis es combatir a los “terroristas”, es decir a las guerrillas de la FARC y a los izquierdistas radicalizados. Por ese motivo promovió la instalación de las siete bases militares norteamericanas en su territorio.
7. En Colombia no fue a los narcotraficantes a los que se persiguió; fue a los grupos izquierdistas a quien comenzó a calumniarse –en todos los medios de información- como narcotraficantes para así justificar la represión contra ellos. Es una vieja forma usada también en México para eliminar a opositores reales por el ejército y la policía. Basta con que te invadan la casa, te siembren la droga y las armas y allí estarán los periodistas listos para las fotos y los videos. Esto se ha estado practicando en México con mayor intensidad contra los activistas, incluso periodistas, en los últimos años. Todas aquellas libertades que los trabajadores y activistas sociales había ganado durante décadas, en los últimos 25 años se han venido derrumbando. Necesitamos estar muy atentos para salir a la calles para recuperar lo que hemos perdido; pero no olvidar que las únicas batallas valederas son las que nos permitan acabar para siempre con el sistema de explotación.
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