EEUU acelera su intervención en México ante el gobierno del ilegítimo Calderón, incapaz y derrumbándose

Pedro Echeverría V.

1. Todo el cuadro político que se presenta en México: incapacidad del gobierno para enfrentar a las bandas armadas del narcotráfico; más de 20 mil muertos en varios estados que elevan el descontento de la población; asesinatos de altos jefes civiles y militares del gobierno, así como funcionarios ligados al gobierno yanqui; gobierno débil e incapaz de Calderón; aniversario de dos revoluciones y amenaza de estallidos revolucionarios en 2010, etcétera, parecen obligar al gobierno de los EEUU a intervenir y a Calderón a suplicar su intervención. Podrían darse y mil una explicaciones para justificar la entrada de tropas yanquis por la frontera y todos los medios informativos –encabezados por Televisa, TV Azteca y Radio Fórmula- están preparados para justificar cualquier agresión yanqui porque “México no puede solo, está en peligrosa caída, debe ser reforzado”, señalan asesores yanquis.

2. México ha sido, a través de su larga historia, un país clave, esencial, para resguardar los intereses de los EEUU; también Canadá, pero con menor importancia estratégica. México, país latino, segundo en territorio y habitantes de Latinoamérica, ha jugado un importante papel en las relaciones internacionales como intermediario y, en otras décadas, crítico de las políticas de EEUU. Los gobiernos de este país han considerado a México como su traspatio: donde han tirado sus basuras, pero al mismo tiempo han sentido la necesidad de cuidarlo para que no sea muy contaminado. ¿Puede alguien imaginar un México independiente, crítico, incluso confrontador para defender sus intereses? La realidad es que México nunca ha sabido aprovechar su posición privilegiada de miles de kilómetros de frontera. Si en vez de vivir arrastrados tras ellos fuéramos críticos, se vería obligado a respetarnos y a tratarnos bien.

3. México, según los gobiernos yanquis, debió de ser –desde hace décadas- un país asociado, como lo ha sido hasta hoy, Puerto Rico. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, cuando el Congreso yanqui lo determinó. Aunque “su relación con Estados Unidos es similar a la de un estado de la Unión y se le permitió la redacción de una constitución para el manejo de asuntos internos, está sujeto a los poderes plenos del Congreso estadounidense mediante la Clásula Territorial. Esto significa que los poderes existentes en las islas, al no gozar de protección en la constitución estadounidense, son revocables”. En México hay un fuerte sector de las clases medias altas –que viven el modelo yanqui- que hubieran deseado que en los Tratados de Guadalupe de 1848 se incluyera a todo México como parte del territorio de los EEUU. Estarían cobrando en dólares pero recibiendo patadas en el trasero.

4. El presidente ilegítimo, Felipe Calderón, no ha podido consolidarse, a pesar de que ha contado con todo el apoyo del Estado: ejército, policías, tribunales, jueces y demás instituciones. Ha hecho las funciones de presidente y, por derecho, ha sido reconocido en todo el mundo y acude a todas las reuniones internacionales en nombre del país. En fin, aunque todo parece cierto, la realidad es que es pura apariencia. Calderón no representa los intereses del pueblo de México sino solamente los de los grandes empresarios que se han enriquecido hasta el tope, es decir, dos o tres mil de ellos han logrado inversiones en unas 100 grandes empresas transnacionales que les producen ganancias sin límite. Pero eso no sería grave si mientras tanto no existiera desempleo y brutal explotación del trabajo que ha creado a 80 millones de pobres, miserables y muertos de hambre.

5. Después del gigantesco fraude electoral de 2006, al ser declarado Calderón –en medio de millones de manifestantes- “presidente ilegítimo”, éste decidió poner en movimiento al ejército como una demostración de fuerza y una amenaza. El pretexto fue el “combate a narcotráfico”, al “tráfico de drogas que daña a los escolares”, sin embargo la realidad siempre fue otra: garantizar que Calderón termine sus seis años de gobierno y pueda asegurar la continuidad del PAN en la Presidencia. Por eso Liana Sun Wyler –analista de asuntos internacionales, narcóticos y crimen del Senado de EEUU –según la revista Proceso- manifiesta que “no hay avances significativos”en la lucha militarizada contra el narcotráfico que emprendió el presidente Felipe Calderón, por lo que es urgente una mayor intervención del Pentágono.

6. Sun Wyler declaró que “Muchos analistas reconocen que la ausencia del Pentágono en las estrategias extranjeras para contener a los cárteles de la droga es en detrimento de la efectividad de la estrategia de Estados Unidos para contener el tráfico de las drogas”. A los 100 senadores y 435 integrantes de la Cámara de Representantes del Congreso federal, Sun Wyler les enfatiza que la lucha militarizada que impuso Calderón en México requiere apoyo importante del Pentágono, tomando en cuenta que, luego de más de tres años de su puesta en vigor, aumentó en vez de disminuir el problema de la inseguridad en casi todos los estados de México, y que la narcoviolencia se ha intensificado en el norte de la República, lo que representa serias posibilidades de “contagio para la frontera sur” del territorio estadounidense. ¿Alguien pondría en duda que los EEUU están desesperados por tener un mayor control en México?

7. En estos últimos meses, sobre todo alrededor de la visita a México de la poderosa comisión yanqui encabezada por la Clinton en marzo, la situación del país se ha tensado. No sólo ha crecido el número de muertos que se ha asignado al “fuego cruzado” entre narcos y ejército del gobierno, sino también el número de presos se ha incrementado entre los electricistas, mineros, campesinos, zapatistas, por el hecho de manifestarse contra la desastrosa situación que vive el país. El gobierno de Calderón, a pesar de contar con el apoyo del PRI y del PRD socialdemócrata, ha querido imponer sus famosas “reformas estructurales” para terminar de privatizar los principales recursos del país, tales como el petróleo, la electricidad y las leyes del trabajo. Nos estamos acercando a una situación de represión y asesinatos cada vez más peligrosa para los trabajadores y los luchadores sociales.

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