Cuando tiembla una vez tiembla por lo menos otras 100 veces dice una frase popular entre los habitantes de Mexicali, en el norte de México donde existe una intensa actividad sísmica.
Esa frase la repiten las miles de personas, que por segunda noche prefieren dormir en la calle que regresar a sus casas después del terremoto 7,2 grados en la escala de Richter que sacudió el domingo a esta capital del estado de Baja California, dejando un saldo de dos víctimas y 250 heridos.
"El piso se hacía como chicle cuando tembló, no tengo ganas de entrar a mi casa", dijo Sergio Romero quien tiene un pequeño departamento en la zona centro de la ciudad donde vive con su esposa y tres hijos, a menos de 500 metros de la línea fronteriza con los Estados Unidos.
El departamento de la familia Romero, se encuentra en las mismas condiciones que las otras 127 que completan la unidad habitacional Monte Alban, quedó inhabitable por sus paredes agrietadas y vulnerables a la amenaza de que el menor movimiento, de otra réplica o el viento, se derrumben.
"No creo que regresemos, vamos a buscar otro lugar donde vivir" dijo por su parte Martín Rojas, otro vecino de los departamentos Monte Alban que fueron construidos en 1968 y donde la renta promedio tiene un costo de 100 usd mensuales.
La mayor parte de las 150 familias que tienen su casa ahí, dependen de los empleos de construcción, en maquilas, en la agricultura o servicios de vigilancia, muchos de ellos sin superar los 300 usd de salario al mes.
"Nosotros vamos a dormir en la calle hasta que venga alguien del gobierno a ayudarnos, no tenemos dinero para ir a otro lugar como lo están haciendo algunas personas", indicó Juan Armando Trejo.
"Aunque haga frío, ni loca voy a meter a mis hijos ahí adentro de nuevo, ya no regresamos ahí adentro", comentó por separado María García.
Según el alcalde de Mexicali, Rodolfo Valdez, todavía están evaluando y haciendo un censo de todas las casas habitación afectadas por el terremoto que ha tenido varios centenares de replicas.
Mexicali en el norte de México, está ubicado en una zona símicamente activa sobre el sistema de Fallas Cerro Prieto, que es una prolongación de la Falla de San Andrés en California, Estados Unidos.
Esa frase la repiten las miles de personas, que por segunda noche prefieren dormir en la calle que regresar a sus casas después del terremoto 7,2 grados en la escala de Richter que sacudió el domingo a esta capital del estado de Baja California, dejando un saldo de dos víctimas y 250 heridos.
"El piso se hacía como chicle cuando tembló, no tengo ganas de entrar a mi casa", dijo Sergio Romero quien tiene un pequeño departamento en la zona centro de la ciudad donde vive con su esposa y tres hijos, a menos de 500 metros de la línea fronteriza con los Estados Unidos.
El departamento de la familia Romero, se encuentra en las mismas condiciones que las otras 127 que completan la unidad habitacional Monte Alban, quedó inhabitable por sus paredes agrietadas y vulnerables a la amenaza de que el menor movimiento, de otra réplica o el viento, se derrumben.
"No creo que regresemos, vamos a buscar otro lugar donde vivir" dijo por su parte Martín Rojas, otro vecino de los departamentos Monte Alban que fueron construidos en 1968 y donde la renta promedio tiene un costo de 100 usd mensuales.
La mayor parte de las 150 familias que tienen su casa ahí, dependen de los empleos de construcción, en maquilas, en la agricultura o servicios de vigilancia, muchos de ellos sin superar los 300 usd de salario al mes.
"Nosotros vamos a dormir en la calle hasta que venga alguien del gobierno a ayudarnos, no tenemos dinero para ir a otro lugar como lo están haciendo algunas personas", indicó Juan Armando Trejo.
"Aunque haga frío, ni loca voy a meter a mis hijos ahí adentro de nuevo, ya no regresamos ahí adentro", comentó por separado María García.
Según el alcalde de Mexicali, Rodolfo Valdez, todavía están evaluando y haciendo un censo de todas las casas habitación afectadas por el terremoto que ha tenido varios centenares de replicas.
Mexicali en el norte de México, está ubicado en una zona símicamente activa sobre el sistema de Fallas Cerro Prieto, que es una prolongación de la Falla de San Andrés en California, Estados Unidos.
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