Desde el correo del blog nos llega lo siguiente del ciudadano Xavier Robles
Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente legítimo de los mexicanos: La corrupción se ha apoderado de muchos dirigentes de la izquierda. Son sospechosos de corrupción, especialmente líderes partidarios, sindicales y de cooperativas, presidentes municipales, diputados, senadores y gobernadores. La mayoría tiene propiedades que rebasan, con mucho, el ingreso de sus representados.
La izquierda no sólo está dividida, sino fracturada, infiltrada y corrompida, y en la situación actual del país se ha vuelto ineficaz. Son las dirigencias las que han perdido el rumbo y los principios. La cuestión ahora es si usted quiere seguir caminando con ellas o con los millones de militantes, que son honestos y consecuentes.
Es tiempo de hacer valer los principios. Es hora de repensar si conviene continuar con la vía electoral, mientras no haya condiciones democráticas y equitativas que permitan esta vía, que hasta el momento sólo ha favorecido la corrupción de muchos dirigentes y el abandono de principios fundamentales éticos y políticos. Resulta claro que se debe evitar la profesionalización de la política y que ésta debe ser ejercida por ciudadanos libres, concientes y organizados.
El juego electoral –viciado, decadente y perverso– es la principal fuente de corrupción de la izquierda mexicana. Considerando además el descrédito de todos los partidos, me pregunto si no es el momento de que usted renuncie al PRD, se deslinde del PT y de Convergencia, y encabece esfuerzos para la creación de una nueva organización política que anteponga principios éticos y democráticos, dirija la resistencia popular y haga avanzar los movimientos sociales y pacíficos que permitan obtener mejorías económicas y políticas para el pueblo de México. Tal vez desde la misma vía electoral, pero buscando las mejores candidaturas entre la ciudadanía y no dentro de los partidos.
Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente legítimo de los mexicanos: La corrupción se ha apoderado de muchos dirigentes de la izquierda. Son sospechosos de corrupción, especialmente líderes partidarios, sindicales y de cooperativas, presidentes municipales, diputados, senadores y gobernadores. La mayoría tiene propiedades que rebasan, con mucho, el ingreso de sus representados.
La izquierda no sólo está dividida, sino fracturada, infiltrada y corrompida, y en la situación actual del país se ha vuelto ineficaz. Son las dirigencias las que han perdido el rumbo y los principios. La cuestión ahora es si usted quiere seguir caminando con ellas o con los millones de militantes, que son honestos y consecuentes.
Es tiempo de hacer valer los principios. Es hora de repensar si conviene continuar con la vía electoral, mientras no haya condiciones democráticas y equitativas que permitan esta vía, que hasta el momento sólo ha favorecido la corrupción de muchos dirigentes y el abandono de principios fundamentales éticos y políticos. Resulta claro que se debe evitar la profesionalización de la política y que ésta debe ser ejercida por ciudadanos libres, concientes y organizados.
El juego electoral –viciado, decadente y perverso– es la principal fuente de corrupción de la izquierda mexicana. Considerando además el descrédito de todos los partidos, me pregunto si no es el momento de que usted renuncie al PRD, se deslinde del PT y de Convergencia, y encabece esfuerzos para la creación de una nueva organización política que anteponga principios éticos y democráticos, dirija la resistencia popular y haga avanzar los movimientos sociales y pacíficos que permitan obtener mejorías económicas y políticas para el pueblo de México. Tal vez desde la misma vía electoral, pero buscando las mejores candidaturas entre la ciudadanía y no dentro de los partidos.
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