El terremoto del domingo en el vecino estado de Baja California (México) -con 2 muertos y 233 heridos-, con epicentro a 60 kilómetros de la frontera con EEUU, se sintió en los condados californianos de San Diego, Orange, Imperial y Riverside. Sacudió también levemente edificios de la ciudad de Los Ángeles.
EFE, Los Ángeles/México
El sur del estado de California (EEUU) está en alerta sísmica tras el fuerte terremoto del domingo en México, al que siguieron más de un centenar de intensas réplicas, que dejaron un total de dos personas fallecidas y 233 heridos.
El gran temblor del domingo, en el vecino estado de Baja California (noroeste mexicano), de 7,2 grados de magnitud en la escala abierta de Richter y con epicentro a 60 kilómetros de la frontera mexicana con EEUU, se dejó sentir de forma notoria en los condados californianos de San Diego, Orange, Imperial y Riverside, aunque sacudió también levemente edificios en lugares más distantes, como en Los Ángeles.
La localidad más afectada en California por el terremoto fue Calexico, en el límite con el país mexicano, donde hubo cortes de luz, rotura de cristales, la caída de mercancías de las estanterías y otros daños menores.
Más allá de las consecuencias físicas, el movimiento telúrico causó gran inquietud y nerviosismo entre sus habitantes, y el propio alcalde, Víctor Carrillo, no dudó en afirmar que "Calexico había sufrido un golpe devastador", en declaraciones a Los Angeles Times.
"Nuestro centro de la ciudad está cerrado y la gente tiene miedo", explicó Carrillo, después de que la policía hubiera bloqueado los accesos al área comercial de la localidad para evitar los saqueos, mientras inspectores analizaban los posibles problemas estructurales que el seísmo hubiera ocasionado en los inmuebles.
A pesar de las innumerables réplicas sucedidas en las últimas 20 horas, una treintena de ellas con una fuerza mínima de 4 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, la jornada de ayer en el sur de California estuvo marcada por la normalidad, todas las poblaciones tuvieron servicios de luz, agua, gas y funcionaron las vías de comunicación.
Únicamente existió alguna complicación en el cruce fronterizo entre Calexico y Mexicali, donde las autoridades estadounidenses impidieron el tráfico de vehículos en dirección norte, mientras se analizaban los daños en un edificio federal.
El seísmo mexicano fue el tercero de gran intensidad que se ha producido en América en lo que va de año, después del temblor de 7 grados que sacudió Haití el 12 de enero, en el que fallecieron más de 200.000 personas, y la poderosa sacudida el 27 de febrero en Chile, de 8,8 grados, en la que perecieron 432 personas.
El sismo del domingo obligó al cierre de las atracciones del parque de Disneyland en el condado de Orange para un control de seguridad y dejó durante horas sin electricidad a miles de habitantes en el área de San Diego. Se registraron fugas de gas y rotura de tuberías en lugares próximos a Calexico.
Algunos ciudadanos del sur de California se quedaron atrapados en ascensores, aunque todos los incidentes se saldaron sin daños personales importantes.
En Los Ángeles, a más de 400 kilómetros al noroeste del epicentro, los servicios de emergencia registraron un incremento de llamadas pidiendo ayuda tras el seísmo.
EFE, Los Ángeles/México
El sur del estado de California (EEUU) está en alerta sísmica tras el fuerte terremoto del domingo en México, al que siguieron más de un centenar de intensas réplicas, que dejaron un total de dos personas fallecidas y 233 heridos.
El gran temblor del domingo, en el vecino estado de Baja California (noroeste mexicano), de 7,2 grados de magnitud en la escala abierta de Richter y con epicentro a 60 kilómetros de la frontera mexicana con EEUU, se dejó sentir de forma notoria en los condados californianos de San Diego, Orange, Imperial y Riverside, aunque sacudió también levemente edificios en lugares más distantes, como en Los Ángeles.
La localidad más afectada en California por el terremoto fue Calexico, en el límite con el país mexicano, donde hubo cortes de luz, rotura de cristales, la caída de mercancías de las estanterías y otros daños menores.
Más allá de las consecuencias físicas, el movimiento telúrico causó gran inquietud y nerviosismo entre sus habitantes, y el propio alcalde, Víctor Carrillo, no dudó en afirmar que "Calexico había sufrido un golpe devastador", en declaraciones a Los Angeles Times.
"Nuestro centro de la ciudad está cerrado y la gente tiene miedo", explicó Carrillo, después de que la policía hubiera bloqueado los accesos al área comercial de la localidad para evitar los saqueos, mientras inspectores analizaban los posibles problemas estructurales que el seísmo hubiera ocasionado en los inmuebles.
A pesar de las innumerables réplicas sucedidas en las últimas 20 horas, una treintena de ellas con una fuerza mínima de 4 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, la jornada de ayer en el sur de California estuvo marcada por la normalidad, todas las poblaciones tuvieron servicios de luz, agua, gas y funcionaron las vías de comunicación.
Únicamente existió alguna complicación en el cruce fronterizo entre Calexico y Mexicali, donde las autoridades estadounidenses impidieron el tráfico de vehículos en dirección norte, mientras se analizaban los daños en un edificio federal.
El seísmo mexicano fue el tercero de gran intensidad que se ha producido en América en lo que va de año, después del temblor de 7 grados que sacudió Haití el 12 de enero, en el que fallecieron más de 200.000 personas, y la poderosa sacudida el 27 de febrero en Chile, de 8,8 grados, en la que perecieron 432 personas.
El sismo del domingo obligó al cierre de las atracciones del parque de Disneyland en el condado de Orange para un control de seguridad y dejó durante horas sin electricidad a miles de habitantes en el área de San Diego. Se registraron fugas de gas y rotura de tuberías en lugares próximos a Calexico.
Algunos ciudadanos del sur de California se quedaron atrapados en ascensores, aunque todos los incidentes se saldaron sin daños personales importantes.
En Los Ángeles, a más de 400 kilómetros al noroeste del epicentro, los servicios de emergencia registraron un incremento de llamadas pidiendo ayuda tras el seísmo.
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