Francisco Rodríguez / Índice Político
EN CADA CORTE comercial, los anunciantes de medicamentos se burlan de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Hay spots para curar de todo. Desde verrugas hasta inflamaciones de la próstata, pasando por todo tipo de analgésicos, antidiarreicos y brebajes milagrosos para bajar de peso.
De todo en la TV, como en botica.
Y en sus transmisiones, un riesgo sanitario permanente.
Que, en el caso de los dizque medicamentos prostáticos por ejemplo, muchos pacientes se automediquen y, por tal, dejen de atender su enfermedad con un médico, lo que pudiera llevarlos a desarrollar un cáncer.
Es la Cofepris la mejor muestra de una Administración –la de Felipe Calderón, but of course-- harto fallida, vencida por el peso de los poderes fácticos aquí encarnados por los laboratorios farmacéuticos. Desde los muy chafitas que se ostentan como de un nivel superior o que expenden productos semejantes a los de patente, hasta los transnacionales hoy puestos en la picota de la opinión pública por la farsa de la pandemia de A-H1N1.
De vez en vez, eso sí, la Cofepris da campanazos que terminan por romper sus propios tímpanos.
El más reciente ha sido el de hacer respetar la Ley General de Salud que, desde hace muchos años, norma la venta de todo tipo de medicamentos sólo con receta expedida por un facultativo.
Apenas hace unos días, el presidente de la Cruz Roja, Daniel Goñi, dijo en presencia del señor Felipe Calderón que a partir de abril la venta de antibióticos en todo el país se hará sólo con receta, por decisión del Consejo Nacional de Salud (Conasa) que busca evitar la automedicación.
Y el titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, Miguel Ángel Toscano, dijo que se “clausurarán las farmacias que vendan medicamentos sin receta a partir de abril”.
¿Incluidos los que se anuncian por los medios electrónicos?
No. Esos no. Esos continuarán vendiéndose, over the counter, no obstante que sí representan fuertes riesgos sanitarios. Y así será porque los laboratorios son poderosos. Mucho más que la Cofepris. Mucho más que la fallida Administración de Calderón.
No sólo eso. Por sólo cien pesitos –revalorados frente al dólar, y todo-- cualquiera podrá comprar una receta ¡del IMSS! y adquirir el medicamento que se le pegue la gana. Psicotrópicos incluidos.
Ideada para hacer “chanchullo” a los patrones o empleadores, en internet aparece el siguiente anuncio:
Receta médica del IMSS garantizada y con entrega inmediata
“¿Te van a correr del trabajo o a dar de baja de la escuela por faltas o simplemente quieres faltar un día?
“No te preocupes, te ayudo a que tu falta sea justificada a través de la receta médica del IMSS. 100% aceptada por escuelas y trabajos. Está integrada al expediente médico de las oficinas generales del IMSS.
“Funciona el código de barras y el folio, para comprobar que realmente estuviste ahí.
“No necesitas ajustar tamaño, ni nada por el estilo. Te la envío a tu correo electrónico lista para que la imprimas o bien la reenvíes por correo electrónico.”
Aparecen a continuación los datos de contacto, incluido el teléfono celular del “elaborador” de tales recetas. El costo de 100 pesos. Y “por 150 te doy una carta membretada del IMSS y tu receta.”
¿Qué sabe de esto el director del IMSS? ¿El comisionado de Cofepris? ¿El burlado Cisen?
Todos se burlan de la fallida Administración, ¿o no?
Índice Flamígero: Una disculpa al colega Álvaro Cueva y a los lectores. Transcribí ayer aquí una columna del especialista en televisión, atribuyendo las opiniones a la lectora Edna Lole, quien sólo reenvió lo escrito por Cueva. Suscribo línea por línea el texto. + + + Julio Scherer despierta todo tipo de envidias. Su labor periodística está fuera de duda. Es en otros ámbitos donde se le ha criticado
EN CADA CORTE comercial, los anunciantes de medicamentos se burlan de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Hay spots para curar de todo. Desde verrugas hasta inflamaciones de la próstata, pasando por todo tipo de analgésicos, antidiarreicos y brebajes milagrosos para bajar de peso.
De todo en la TV, como en botica.
Y en sus transmisiones, un riesgo sanitario permanente.
Que, en el caso de los dizque medicamentos prostáticos por ejemplo, muchos pacientes se automediquen y, por tal, dejen de atender su enfermedad con un médico, lo que pudiera llevarlos a desarrollar un cáncer.
Es la Cofepris la mejor muestra de una Administración –la de Felipe Calderón, but of course-- harto fallida, vencida por el peso de los poderes fácticos aquí encarnados por los laboratorios farmacéuticos. Desde los muy chafitas que se ostentan como de un nivel superior o que expenden productos semejantes a los de patente, hasta los transnacionales hoy puestos en la picota de la opinión pública por la farsa de la pandemia de A-H1N1.
De vez en vez, eso sí, la Cofepris da campanazos que terminan por romper sus propios tímpanos.
El más reciente ha sido el de hacer respetar la Ley General de Salud que, desde hace muchos años, norma la venta de todo tipo de medicamentos sólo con receta expedida por un facultativo.
Apenas hace unos días, el presidente de la Cruz Roja, Daniel Goñi, dijo en presencia del señor Felipe Calderón que a partir de abril la venta de antibióticos en todo el país se hará sólo con receta, por decisión del Consejo Nacional de Salud (Conasa) que busca evitar la automedicación.
Y el titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, Miguel Ángel Toscano, dijo que se “clausurarán las farmacias que vendan medicamentos sin receta a partir de abril”.
¿Incluidos los que se anuncian por los medios electrónicos?
No. Esos no. Esos continuarán vendiéndose, over the counter, no obstante que sí representan fuertes riesgos sanitarios. Y así será porque los laboratorios son poderosos. Mucho más que la Cofepris. Mucho más que la fallida Administración de Calderón.
No sólo eso. Por sólo cien pesitos –revalorados frente al dólar, y todo-- cualquiera podrá comprar una receta ¡del IMSS! y adquirir el medicamento que se le pegue la gana. Psicotrópicos incluidos.
Ideada para hacer “chanchullo” a los patrones o empleadores, en internet aparece el siguiente anuncio:
Receta médica del IMSS garantizada y con entrega inmediata
“¿Te van a correr del trabajo o a dar de baja de la escuela por faltas o simplemente quieres faltar un día?
“No te preocupes, te ayudo a que tu falta sea justificada a través de la receta médica del IMSS. 100% aceptada por escuelas y trabajos. Está integrada al expediente médico de las oficinas generales del IMSS.
“Funciona el código de barras y el folio, para comprobar que realmente estuviste ahí.
“No necesitas ajustar tamaño, ni nada por el estilo. Te la envío a tu correo electrónico lista para que la imprimas o bien la reenvíes por correo electrónico.”
Aparecen a continuación los datos de contacto, incluido el teléfono celular del “elaborador” de tales recetas. El costo de 100 pesos. Y “por 150 te doy una carta membretada del IMSS y tu receta.”
¿Qué sabe de esto el director del IMSS? ¿El comisionado de Cofepris? ¿El burlado Cisen?
Todos se burlan de la fallida Administración, ¿o no?
Índice Flamígero: Una disculpa al colega Álvaro Cueva y a los lectores. Transcribí ayer aquí una columna del especialista en televisión, atribuyendo las opiniones a la lectora Edna Lole, quien sólo reenvió lo escrito por Cueva. Suscribo línea por línea el texto. + + + Julio Scherer despierta todo tipo de envidias. Su labor periodística está fuera de duda. Es en otros ámbitos donde se le ha criticado
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