Los Brigadistas-UNAM
Durante el año donde el PIB se desplomó, cuando la inflación, el desempleo y los bajos salarios complican la existencia de millones de personas, no a todos les fue tan mal. En 2009, un selecto grupo de mexicanos vieron incrementar su riqueza. Tenemos el “orgullo” de tener nueve magnates con un patrimonio que creció 61%, al pasar de 55.1 a 90.3 mil millones de dólares.
Carlos Slim, presidente de Grupo Carso al que Salinas le echó una manita permitiéndole adquirir la paraestatal TELMEX con ayuda de un crédito de BANOBRAS, mismo que liquidó con las utilidades que le dejó la empresa en menos de medio año, es hoy el hombre más rico del mundo. En los años del panismo le dio otro empujoncito desde el programa de plataformas petroleras de PEMEX, y ha hecho su agosto en el terreno de las telecomunicaciones.
Ricardo Salinas Pliego, otro de los beneficiarios de la venta de garaje de empresas púbicas, compró Imevisión (hoy TV Azteca) en 1993. Incrementó su fortuna día a día vendiendo enseres domésticos en abonos chiquitos pero con intereses enormes, y se capitalizó fuertemente cobrando altísimas comisiones por el manejo de las remesas que millones de mexicanos mandan desde EU. Hoy es el segundo mexicano en la lista de los 100 magnates más ricos del mundo.
Germán Larrea presidente de Grupo México, otro beneficiario de la privatización de paraestatales, 1988 le compró al gobierno federal el 95% de Mexicana de Cobre; en 1990 ya controlaba el 100% de la Mina de Cananea; en 1997 se hizo del 74% de las líneas de ferrocarril del Pacífico Norte, de Chihuahua Pacífico y de la línea corta Nogales-Cananea. Los altos precios del carbón hicieron rentable Pasta de Conchos, una mina medio olvidada que Larrea puso a producir con métodos arcaicos. ¡No importa la seguridad de la mina, lo importante es incrementar las ganancias del magnate! Por eso en 2006 el descuido y la complicidad de Larrea y los funcionarios gubernamentales provocaron un accidente donde 65 mineros murieron enterrados. Recientemente el Grupo México fue favorecido por una declaración de inexistencia de la huelga de Cananea y la amenaza de desalojar a los mineros de sus instalaciones. Esat fichita es el tercer mexicano en la lista de los más ricos.
Roberto Hernández y Alfredo Harp, se beneficiaron de la privatización de la banca en la era de Salinas, comprando Banamex. Más tarde fueron rescatados mediante el Fobaproa-Ipab, que sirvió para hacer más ricos a los banqueros y que todavía estamos pagando los mexicanos con nuestros impuestos. Compraron barato a Banamex para después vendérselo al estadounidense Citigroup. Ellos son los cuartos mexicanos en la lista de Forbes.
El siguiente connacional en esta lista es el Chapo Guzmán, el narco que se sospecha que no es contemplado como enemigo del gobierno panista en su guerra contra el narco, mismo que se fugó del Penal de Máxima Seguridad de Puente Grande Jalisco (hoy llamado Puerta Grande), cuya fortuna se estima en mil millones de dólares.
No podía ser más obvio a quiénes benefició el desmantelamiento y la privatización del sector público, que vez tras vez nos repitieron que serviría para aumentar las obras sociales y destinar recursos a los que menos tiene. Gracias a ese tipo de políticas hoy los millonarios mexicanos pasaron a ser multimillonarios y los millones de pobres pasaron a la extrema pobreza.
Durante el año donde el PIB se desplomó, cuando la inflación, el desempleo y los bajos salarios complican la existencia de millones de personas, no a todos les fue tan mal. En 2009, un selecto grupo de mexicanos vieron incrementar su riqueza. Tenemos el “orgullo” de tener nueve magnates con un patrimonio que creció 61%, al pasar de 55.1 a 90.3 mil millones de dólares.
Carlos Slim, presidente de Grupo Carso al que Salinas le echó una manita permitiéndole adquirir la paraestatal TELMEX con ayuda de un crédito de BANOBRAS, mismo que liquidó con las utilidades que le dejó la empresa en menos de medio año, es hoy el hombre más rico del mundo. En los años del panismo le dio otro empujoncito desde el programa de plataformas petroleras de PEMEX, y ha hecho su agosto en el terreno de las telecomunicaciones.
Ricardo Salinas Pliego, otro de los beneficiarios de la venta de garaje de empresas púbicas, compró Imevisión (hoy TV Azteca) en 1993. Incrementó su fortuna día a día vendiendo enseres domésticos en abonos chiquitos pero con intereses enormes, y se capitalizó fuertemente cobrando altísimas comisiones por el manejo de las remesas que millones de mexicanos mandan desde EU. Hoy es el segundo mexicano en la lista de los 100 magnates más ricos del mundo.
Germán Larrea presidente de Grupo México, otro beneficiario de la privatización de paraestatales, 1988 le compró al gobierno federal el 95% de Mexicana de Cobre; en 1990 ya controlaba el 100% de la Mina de Cananea; en 1997 se hizo del 74% de las líneas de ferrocarril del Pacífico Norte, de Chihuahua Pacífico y de la línea corta Nogales-Cananea. Los altos precios del carbón hicieron rentable Pasta de Conchos, una mina medio olvidada que Larrea puso a producir con métodos arcaicos. ¡No importa la seguridad de la mina, lo importante es incrementar las ganancias del magnate! Por eso en 2006 el descuido y la complicidad de Larrea y los funcionarios gubernamentales provocaron un accidente donde 65 mineros murieron enterrados. Recientemente el Grupo México fue favorecido por una declaración de inexistencia de la huelga de Cananea y la amenaza de desalojar a los mineros de sus instalaciones. Esat fichita es el tercer mexicano en la lista de los más ricos.
Roberto Hernández y Alfredo Harp, se beneficiaron de la privatización de la banca en la era de Salinas, comprando Banamex. Más tarde fueron rescatados mediante el Fobaproa-Ipab, que sirvió para hacer más ricos a los banqueros y que todavía estamos pagando los mexicanos con nuestros impuestos. Compraron barato a Banamex para después vendérselo al estadounidense Citigroup. Ellos son los cuartos mexicanos en la lista de Forbes.
El siguiente connacional en esta lista es el Chapo Guzmán, el narco que se sospecha que no es contemplado como enemigo del gobierno panista en su guerra contra el narco, mismo que se fugó del Penal de Máxima Seguridad de Puente Grande Jalisco (hoy llamado Puerta Grande), cuya fortuna se estima en mil millones de dólares.
No podía ser más obvio a quiénes benefició el desmantelamiento y la privatización del sector público, que vez tras vez nos repitieron que serviría para aumentar las obras sociales y destinar recursos a los que menos tiene. Gracias a ese tipo de políticas hoy los millonarios mexicanos pasaron a ser multimillonarios y los millones de pobres pasaron a la extrema pobreza.
Comentarios