La nueva fase de la narcoguerra

Jenaro Villamil

La tercera visita en menos de dos meses de Felipe Calderón a Ciudad Juárez, acompañado por el embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, junto con los indicios de nuevas masacres en esta ciudad fronteriza y el nuevo protagonismo del FBI y de otras seis corporaciones norteamericanas en la guerra contra el narcotráfico que se libra en las ciudades fronterizas, nos habla del inicio de una nueva fase en esta guerra mal planteada, sin estrategia y con indicios de descomposición muy graves.

Algunos elementos de esta nueva fase están presentes en los dos principales focos de atención de los medios internacionales y, especialmente, norteamericanos: Ciudad Juárez y Reynosa. Estos son:

1.- Las redes sociales como alternativa a la autocensura.- Un despacho de Reuters, la agencia británica de noticias internacionales, relataba el fin de semana que el cártel del Golfo soborna a periodistas de Reynosa y otras ciudades de la frontera con 500 dólares al mes y servicios de prostitución y botellas de licor para silenciar a sus compañeros de profesión. Muchos de estos “narcoperiodistas” no ocultan su filiación al cártel y se pasean en vehículos todoterreno, acompañados de hombres armados, frecuentemente para evitar que se divulguen noticias sobre asesinatos.

“Estos sucesos –anota la agencia-- apenas han tenido cobertura mediática, a pesar de que han muerto en torno a 100 personas. Esta práctica, además, ha quedado evidenciada por la gran repercusión mediática que han tenido hechos similares en otras zonas del país”.

Reuters destaca que desde 2006, cuando Felipe Calderón llegó al poder, han muerto casi 19 mil personas a causa de la violencia asociada al narcotráfico. “La diferencia es que en esta ocasión el cártel del Golfo parece capaz de silenciar por completo la cobertura mediática de la violencia en su zona de influencia”.

Frente a esta situación, es explicable que los residentes de Reynosa y de sus alrededores hayan recurrido a redes sociales como Facebook, Twiter y Youtube, donde suben videos tomados con sus teléfonos celulares y notifican actividades sospechosas en un intento por informar del brote de violencia, destaca el reportaje de Reuter.

Algo muy similar está ocurriendo en Ciudad Juárez. Las redes sociales se han convertido en la contraparte de una especie de insurgencia ciudadana, que no cree en las versiones oficiales, desconfía de los medios y decide autoinformarse, aunque en la mayoría de los casos las situaciones no sean corroboradas.

Estamos entrando a la fase de la ciberinformación ciudadana que exhibe el fracaso de la percepción oficial inducida sobre una guerra que no sólo no se está ganando, sino que tiene múltiples frentes abiertos.

2.- El nuevo protagonismo norteamericano.-Los homicidios de dos ciudadanos norteamericanos y un mexicano, dos de ellos vinculados al consulado estadunidense en Ciudad Juárez no fue ni el peor suceso ni el más escabroso de este fin de semana, pero sí marca un punto de quiebre, debido a la actitud asumida por el gobierno de Barak Obama frente a la violencia en la frontera.

En la noche del jueves 11 de marzo un comando armado volvió a protagonizar una masacre en la que murieron seis personas, jóvenes entre 16 y 28 años, a 40 días de la masacre de 15 jóvenes asesinados en Villas Salvárcar. El suceso fue en la colonia Parajes del Sur, en un municipio aledaño a Juárez. También en Sinaloa, en el ejido de Bachoco, municipio de Navolato, se registró otra masacre, que cobró la vida a cuatro jóvenes.

Pero no son estas las masacres que se han generalizado las que le preocupan al gobierno mexicano ni al de Estados Unidos. Las autoridades del FBI y una “fuerza especial” integrada por siete corporaciones gubernamentales del país vecino, iniciarán su investigación propia en Ciudad Juárez para saber exactamente qué sucedió con los ciudadanos norteamericanos asesinados.

Este nuevo protagonismo será abierto, frontal, y aunque el lenguaje diplomático hable de colaboración y de que tanto México como Estados Unidos enfrentan un “desafío común”, lo cierto es que la ola de violencia ya se trasnacionalizó. Quizá era el momento esperado por Washington para entrar abiertamente a indagar, lo cual refleja ya una desconfianza extrema en las versiones victoriosas que el gobierno calderonista intenta difundir a través de spots.

3.- El ejército a la retaguardia.-Sin aceptarlo ni asumirlo claramente, el subtexto del mensaje del gobierno de Felipe Calderón es que el despliegue de tropas del Ejército mexicano en Ciudad Juárez, en Reynosa y en otras partes del país, donde la guerra de cárteles ha inundado la cotidianidad de sus habitantes, ha sido un fracaso.

No se anunciará el retiro, pero ya opera un repliegue de dimensiones poco claras. ¿Serán las agencias norteamericanas las que tomarán el lugar de una tropa maltrecha, mal preparada y que acumuló en estos tres años expedientes de violaciones a los derechos humanos?

¿Estamos ante el inicio de una policía trasnacional contra el narcotráfico?

Comentarios