Samuel R. García / RMX
Soy el amo de mi destino; Soy el capitán de mi alma
W. E. Henley
Invictus (2009) de Clint Eastwood: es el film más recinete que he visto en el cine y el último que me ha marcado como pocas películas lo han hecho a mis 26 años de vida.
Eastwood, es de los pocos directores buenos que quedan en E.E.U.U. y es sin duda sinónimo de garantía. Con la cinta "Invictos" el director lleva a la pantalla grande a uno de los líderes más importantes de la historia contemporánea: Nelson Mandela.
La cinta protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon, es un resumen de diferentes eventos que se presentaron entre 1933, cuando Mandela sale de la cárcel, y 1995, cuando Sudáfrica conquistó el campeonato mundial de Rugby contra todo pronóstico.
El director Eastwood ya era suficiente garantía como para animarnos a ver la película, pero fue mayor mi motivación para ver Invictus al saber que el ya oscarizado Morgan Freeman daría vida a Mandela. Freeman -como ya es costumbre- brilla con su propia luz y hace una excelente interpretación de Mandela, un hombre que ejecutó la política como ciencia como pocos lo han hecho en la historia humana.
La película está basada en el libro de John Carlin "The Human Factor: Nelson Mandela and the Game That Changed the World", sin duda alguna hay que conseguirlo para poderlo leer y conocer más detalles sobre Mandela.
De manera específica, como estudiante de Ciencia Política, pude reflexionar sobre las buenas decisiones que tomó Mandela para unificar Sudáfrica y en el filme están bien reflejados los sentimientos y consecuencias que rodean todo aquello que decimos y hacemos. En los primeros minutos de la película Mandela ingresa a las oficinas de la presidencia y se reúne con el personal de trabajo (la mayoría de ellos pertenecientes al anterior gobierno), les dice que los que deseen quedarse con él a trabajar deben hacerlo, pero les deja claro que a su labor deberán agregarle corazón y verdadera vocación de servicio. Estos dos elementos son cosas que a la mayoría de políticos se les olvida, porque son más crueles que nada y ocupan los cargos públicos para servirse del pueblo, no para servirlo.
La cinta tiene varios momentos emocionantes, uno de ellos se da cuando el equipo de rugby es llevado a varios lugares de Sudáfrica con niños desfavorecidos, allí reconocen el país en el que viven. En ese momento pensé que la realidad muchas veces nosotros mismos la ignoramos o la vemos, pero a pesar de que la vemos, no la queremos reconocer como realidad. Otro momento magnífico es cuando el equipo viaja al lugar donde Mandela estaba prisionero, aquí es cuando te pones a pensar: "yo que nunca he estado en prisión, ni he sido limitado o perseguido ¿qué he hecho por mi país o hasta por mi mismo? Un hombre que estuvo 30 años en prisión era como para darse un tiro y no salir para perdonar a sus adversarios, aparte de perdonar perdonar, sale de prisión para unificar a toda una nación. Increíble.
Otro detalle que me gustó de la película es que el partido de la final está muy fiel al partido original y se nota que buscaron a un actor similar al inolvidable Jonah Lomu, el líder del equipo de Nueva Zelanda, que es interpretado por el ex jugador samoano Zak Feaunati. El ex jugador con su actuación logra imponer tanto respeto y carisma como el Lomu original, quien se dice fue el mejor jugador de rugby en la historia, con una gran capacidad física de 1,96 metros de estatura y 120 kilos de puro músculo.
“Lo pasado, pasado. Ahora, miremos hacia el futuro“, dijo en una ocasión Mandela tras su encierro. Bien cabe citar la frase para decir que esperamos que un futuro no muy lejano Clint nos vuelva a ofrecer un excelente platillo en la pantalla grande.
Blog oficial de Samuel R. García: www.uzkediam.blogspot.com
Soy el amo de mi destino; Soy el capitán de mi alma
W. E. Henley
Invictus (2009) de Clint Eastwood: es el film más recinete que he visto en el cine y el último que me ha marcado como pocas películas lo han hecho a mis 26 años de vida.
Eastwood, es de los pocos directores buenos que quedan en E.E.U.U. y es sin duda sinónimo de garantía. Con la cinta "Invictos" el director lleva a la pantalla grande a uno de los líderes más importantes de la historia contemporánea: Nelson Mandela.
La cinta protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon, es un resumen de diferentes eventos que se presentaron entre 1933, cuando Mandela sale de la cárcel, y 1995, cuando Sudáfrica conquistó el campeonato mundial de Rugby contra todo pronóstico.
El director Eastwood ya era suficiente garantía como para animarnos a ver la película, pero fue mayor mi motivación para ver Invictus al saber que el ya oscarizado Morgan Freeman daría vida a Mandela. Freeman -como ya es costumbre- brilla con su propia luz y hace una excelente interpretación de Mandela, un hombre que ejecutó la política como ciencia como pocos lo han hecho en la historia humana.
La película está basada en el libro de John Carlin "The Human Factor: Nelson Mandela and the Game That Changed the World", sin duda alguna hay que conseguirlo para poderlo leer y conocer más detalles sobre Mandela.
De manera específica, como estudiante de Ciencia Política, pude reflexionar sobre las buenas decisiones que tomó Mandela para unificar Sudáfrica y en el filme están bien reflejados los sentimientos y consecuencias que rodean todo aquello que decimos y hacemos. En los primeros minutos de la película Mandela ingresa a las oficinas de la presidencia y se reúne con el personal de trabajo (la mayoría de ellos pertenecientes al anterior gobierno), les dice que los que deseen quedarse con él a trabajar deben hacerlo, pero les deja claro que a su labor deberán agregarle corazón y verdadera vocación de servicio. Estos dos elementos son cosas que a la mayoría de políticos se les olvida, porque son más crueles que nada y ocupan los cargos públicos para servirse del pueblo, no para servirlo.
La cinta tiene varios momentos emocionantes, uno de ellos se da cuando el equipo de rugby es llevado a varios lugares de Sudáfrica con niños desfavorecidos, allí reconocen el país en el que viven. En ese momento pensé que la realidad muchas veces nosotros mismos la ignoramos o la vemos, pero a pesar de que la vemos, no la queremos reconocer como realidad. Otro momento magnífico es cuando el equipo viaja al lugar donde Mandela estaba prisionero, aquí es cuando te pones a pensar: "yo que nunca he estado en prisión, ni he sido limitado o perseguido ¿qué he hecho por mi país o hasta por mi mismo? Un hombre que estuvo 30 años en prisión era como para darse un tiro y no salir para perdonar a sus adversarios, aparte de perdonar perdonar, sale de prisión para unificar a toda una nación. Increíble.
Otro detalle que me gustó de la película es que el partido de la final está muy fiel al partido original y se nota que buscaron a un actor similar al inolvidable Jonah Lomu, el líder del equipo de Nueva Zelanda, que es interpretado por el ex jugador samoano Zak Feaunati. El ex jugador con su actuación logra imponer tanto respeto y carisma como el Lomu original, quien se dice fue el mejor jugador de rugby en la historia, con una gran capacidad física de 1,96 metros de estatura y 120 kilos de puro músculo.
“Lo pasado, pasado. Ahora, miremos hacia el futuro“, dijo en una ocasión Mandela tras su encierro. Bien cabe citar la frase para decir que esperamos que un futuro no muy lejano Clint nos vuelva a ofrecer un excelente platillo en la pantalla grande.
Blog oficial de Samuel R. García: www.uzkediam.blogspot.com
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