Adrián Rueda
Como dijera Joaquín Sabines, y les dieron las diez y las once… las doce y la una… y de la presidenta de la Comisión de Gobierno ni sus luces; una vez no llegó y se suspendió la reunión de coordinadores parlamentarios.
La impuntualidad de Alejandra Barrales es ya legendaria no solamente en la Asamblea Legislativa; su fama trasciende las fronteras de Donceles y ya nadie le cree cuando cita a una reunión.
Al principio de la actual legislatura sus compañeros de curul pensaron que sus retrasos se debían a que apenas se estaba acomodando y había muchas cosas que aterrizar.
Pero al paso del tiempo su costumbre de llegar tarde a todos lados se ha ido arraigando, al grado de molestar a los coordinadores de las demás fracciones, que siempre tienen que estar esperando a que aparezca Barrales.
Lo malo es que no son uno ni diez minutos, pueden ser horas las que los diputados tienen que estar esperando a que llegue la presidenta de la Comisión de Gobierno para que pueda iniciar la sesión.
Una de las primeras que se quejaron de esa impuntualidad fue la coordinadora panista Mariana Gómez del Campo, pero en la actualidad los mismo el priísta Israel Betanzos que el verde ecologista Raúl Nava hacen corajes.
Ayer fueron citados a las 10:00 horas en el Palacio de Donceles para la acostumbrada reunión que tienen los coordinadores antes de cada sesión plenaria; la esperaron hasta las 11:10 y se fueron.
O sea, no hubo reunión y nadie dijo nada; en esta ocasión ni la panista Gómez del Campo llegó, aunque en su representación mandó a Rafael Calderón.
Las críticas a Barrales no son solamente en la ALDF; en la jefatura de Gobierno también están hartos de su impuntualidad, y las quejas ya llegaron hasta Marcelo Ebrard.
Muchos dicen que invierte mucho tiempo en el gimnasio y en el SPA, aunque otros que apuestan a que se pasa horas eligiendo sus zapatos y el maquillaje más adecuado para la sesión.
Y será el Sereno, pero no hay reunión que inicie a tiempo cuando la preside la diputada perredista.
Ni siquiera cuando es en el Bussines Center del Hotel Hilton de la Alameda, donde mucho aseguran que constantemente pernocta y muy temprano se ejercita en el penthouse, donde está el Sport City.
La cosa no para ahí; no conforme con llegar tarde, se va temprano o se pirde por horas y nadie sabe dónde encontrarla, lo cual indudablemente afectan los trabajos legislativos del Distrito Federal.
Qué bueno que ya no es azafata, dicen, porque la dejaría el avión.
CENTAVITOS… Puras balas de salva resultaron las bravatas de un grupo de priístas que exigían la expulsión de su compañero dipuhooligan que calificó a los gays como potenciales violadores de niños. Algunos tricolores, encabezados por Rosario Guerra, enviaron una carta a Beatriz Paredes para que corriera del partido a Cristián, pero una respuesta del coordinador del PRI en la ALDF, Israel Betanzos, la hizo entrar en razón. ¿Y dónde están las cuentas de los dineros del partido que manejó y que se ha negado a entregar?, le preguntó Betanzos; suficiente para que se calmaran las aguas. Lo que pasa es que Guerra está dolida porque perdió con el grupo de Cuauhtémoc Gutiérrez la Delegación Coyoacán en las internas, y como Cristian es de ese grupo.
Como dijera Joaquín Sabines, y les dieron las diez y las once… las doce y la una… y de la presidenta de la Comisión de Gobierno ni sus luces; una vez no llegó y se suspendió la reunión de coordinadores parlamentarios.
La impuntualidad de Alejandra Barrales es ya legendaria no solamente en la Asamblea Legislativa; su fama trasciende las fronteras de Donceles y ya nadie le cree cuando cita a una reunión.
Al principio de la actual legislatura sus compañeros de curul pensaron que sus retrasos se debían a que apenas se estaba acomodando y había muchas cosas que aterrizar.
Pero al paso del tiempo su costumbre de llegar tarde a todos lados se ha ido arraigando, al grado de molestar a los coordinadores de las demás fracciones, que siempre tienen que estar esperando a que aparezca Barrales.
Lo malo es que no son uno ni diez minutos, pueden ser horas las que los diputados tienen que estar esperando a que llegue la presidenta de la Comisión de Gobierno para que pueda iniciar la sesión.
Una de las primeras que se quejaron de esa impuntualidad fue la coordinadora panista Mariana Gómez del Campo, pero en la actualidad los mismo el priísta Israel Betanzos que el verde ecologista Raúl Nava hacen corajes.
Ayer fueron citados a las 10:00 horas en el Palacio de Donceles para la acostumbrada reunión que tienen los coordinadores antes de cada sesión plenaria; la esperaron hasta las 11:10 y se fueron.
O sea, no hubo reunión y nadie dijo nada; en esta ocasión ni la panista Gómez del Campo llegó, aunque en su representación mandó a Rafael Calderón.
Las críticas a Barrales no son solamente en la ALDF; en la jefatura de Gobierno también están hartos de su impuntualidad, y las quejas ya llegaron hasta Marcelo Ebrard.
Muchos dicen que invierte mucho tiempo en el gimnasio y en el SPA, aunque otros que apuestan a que se pasa horas eligiendo sus zapatos y el maquillaje más adecuado para la sesión.
Y será el Sereno, pero no hay reunión que inicie a tiempo cuando la preside la diputada perredista.
Ni siquiera cuando es en el Bussines Center del Hotel Hilton de la Alameda, donde mucho aseguran que constantemente pernocta y muy temprano se ejercita en el penthouse, donde está el Sport City.
La cosa no para ahí; no conforme con llegar tarde, se va temprano o se pirde por horas y nadie sabe dónde encontrarla, lo cual indudablemente afectan los trabajos legislativos del Distrito Federal.
Qué bueno que ya no es azafata, dicen, porque la dejaría el avión.
CENTAVITOS… Puras balas de salva resultaron las bravatas de un grupo de priístas que exigían la expulsión de su compañero dipuhooligan que calificó a los gays como potenciales violadores de niños. Algunos tricolores, encabezados por Rosario Guerra, enviaron una carta a Beatriz Paredes para que corriera del partido a Cristián, pero una respuesta del coordinador del PRI en la ALDF, Israel Betanzos, la hizo entrar en razón. ¿Y dónde están las cuentas de los dineros del partido que manejó y que se ha negado a entregar?, le preguntó Betanzos; suficiente para que se calmaran las aguas. Lo que pasa es que Guerra está dolida porque perdió con el grupo de Cuauhtémoc Gutiérrez la Delegación Coyoacán en las internas, y como Cristian es de ese grupo.
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