Polémica estéril

Teodoro Rentería Arróyave

Con motivo de las alzas a los precios de los combustibles determinadas por el gobierno federal, se trenzan en agria polémica el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Manlio Fabio Beltrones Rivera y el Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien calificó de “infantiles” las declaraciones del también coordinador parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, en el sentido de que Felipe Calderón Hinojosa es un presidente “que no escucha”, “ni atiende” las exigencias del Congreso de la Unión.

Ante las descalificaciones de Gómez Mont, Beltrones Rivera acusó que las alzas a la gasolina “no pueden llamarse diálogo constructivo” y sostuvo que Calderón trasgrede el Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo, al agregar que “la sociedad esperaba que el presidente cumpliera su promesa que hizo hace un año en dicho acuerdo que firmó, en el que se apunta que una de las acciones sería el congelamiento de precios de las gasolinas y la reducción del precio del gas en 10 por ciento durante todo 2009”

Por su parte Beatriz Paredes, dirigente nacional priísta, recordó al titular de Gobernación que “llenar la política de calificativos no es el mejor camino para el país”.

En un comunicado, Beltrones insistió en que, contra la palabra de Calderón, antes de concluir 2009 se impusieron aumentos “de manera sigilosa”, durante el periodo vacacional, sin explicación suficiente sobre las causas, a pesar del exhorto realizado por la Comisión Permanente el 22 de diciembre de que no hubiera alzas.

Como consecuencia de todo lo anterior, presentará el Partido Revolucionario Institucional en la Cámara de Diputados ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, reformas a las leyes para que sea la Cámara baja la única instancia que esté facultada para aumentar el precio de los combustibles.

Como una actitud electorera del Partido Revolucionario Institucional, califica Gustavo Madero, coordinador del Partido Acción Nacional en el Senado de la República, que se condicione la aprobación de la Reforma del Estado del presidente Calderón Hinojosa a cambio de que el gobierno federal rectifique los recientes aumentos a los precios del diesel y las gasolinas.

Mientras tanto el presidente Felipe Calderón Hinojosa, en su mensaje de año nuevo, aseguró que 2010 será el año de la recuperación económica y llamó a no permitir que visiones pesimistas paralicen a México.

Sin mencionar las críticas que ha recibido por los aumentos de impuestos y los incrementos a los combustibles, en su mensaje difundido en cadena nacional, Calderón Hinojosa, además, justificó las “decisiones difíciles” tomadas y los “grandes sacrificios” que realizan los mexicanos, pues permitirán alejarnos de muy serios peligros financieros, así como tener una rápida recuperación económica.

Esta relación de hechos, este agarrón entre el Ejecutivo y la oposición del Legislativo descubre dos verdades: el presidente no cumplió con su compromiso de congelamiento y baja en los precios de los combustibles y esta nueva polémica será estéril como todas las anteriores, porque hasta ahora jamás hemos visto que el gobierno federal, ante las críticas, cambie una sola de sus determinaciones.

Se asegura que en México hay libertad de prensa y expresión, de acuerdo, pero cuando los hombres en el poder son insensibles a toda crítica y se niegan a toda rectificación, como ocurre en cualquier democracia, en esa forma violentan esos derechos fundamentales. Es como predicar en el desierto; todos oyen pero nadie escucha y mucho menos se actúa en congruencia y la víctima, mientras persistan estas necedades, es el pueblo en su conjunto.

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