Teodoro Rentería Arróyave
La corrupción en los organismos internacionales no es nueva, ya en 1969 el doctor Nelson Iriñiz Casás, ex Secretario General de la Delegación de Uruguay en Nueva York, denunció la podredumbre en la propia Naciones Unidas en su bestseller “Korruption in der UNO”, publicado en Viena, Austria; sin embargo lo que ahora ocurre al interior de la Organización Mundial de la Salud, OMS, toma dimensiones escandalosas y perturbadoras por tratarse de un renglón tan sensible a la humanidad en su conjunto.
Al través del portal de ExpokNews, un servicio de información sobre Responsabilidad Social, nos enteramos oportunamente de que OMS está acusada de coludirse con laboratorios farmacéuticos por la Gripe A-H1-N1, es decir, que actuó en convivencia con la industria farmacéutica para exagerar los riesgos de la enfermedad con el fin de aumentar la venta de vacunas o tratamientos médicos.
La denuncia va afectar prácticamente a todos los países y en forma preponderante a México, simple, porque desde un principio ha estado en la boca del huracán y aquí se anunció a nivel mundial el brote, al que en un principio se le llamó equivocadamente Gripe Porcina, y en cuanto a que efectivamente exageró.
La denuncia, que ha provocado el escándalo internacional, procede del Congreso Europeo, a tal grado que la propia Organización Mundial de la Salud ha anunciado que un grupo de expertos independientes analizará su actuación ante la gripe A.
El presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Wolfgang Wodarg, ha impulsado una iniciativa para que se investigue el posible papel de los laboratorios farmacéuticos. Wodarg, médico epidemiólogo afirma en su página web que “la OMS, en cooperación con algunas de las grandes compañías farmacéuticas y sus científicos, redefinieron el nivel pandémico y redujeron el umbral de alarma.
Estos nuevos estándares obligaron a los políticos de la mayoría de los países a reaccionar inmediatamente y firmar acuerdos comerciales para adquirir vacunas contra la nueva gripe, y gastar millones de dólares para responder al alarmante escenario que el Big Pharma (nombre literario para el lobby de las farmacéuticas), los medios de comunicación y la OMS estaban propagando”.
En nuestro país, debemos de recordarlo, se expandió la tesis de que se estaba, en efecto, exagerando los efectos de la pandemia con el propósito de provocar, primero la venta de los antivirales y luego la compra de las vacunas de fabricación inmediata, para favorecer a los laboratorios y contribuir a solucionar la crisis que nos exportara Estados Unidos. Y México ha invertido millones de dólares en vacunas y últimamente, cuando se han presentado más casos de la enfermedad, ya no se tomaron las medidas exageradas de abril-mayo de 2009, que casi paralizó a la nación.
“El Imparcial” de Madrid publicó el 16 de julio de 1978 una entrevista al Dr. Iriñiz que titulaba: “Corrupción en la ONU”, en la que subrayó los subtítulos siguientes: “Las grandes potencias compiten duramente en el sucio terreno de la corruptela. Se explotan las debilidades humanas, desde la ambición económica hasta las inclinaciones sexuales. Dos motores la generan: Los intereses políticos y los financieros. Los organismos especializados de la ONU ignoran el tráfico de carne, de vinos, de alcohol, de armas y de municiones que se están llevando a cabo en contra de los acuerdos y medidas onusianas”.
Ahora tendremos que aumentar el tráfico de medicamentos, o lo que es lo mismo la venta exagerada de vacunas mediante una bien calculada campaña de miedo por una influenza, que existe, pero nunca en las dimensiones que se nos quiso hacer creer. La corrupción global se comprueba, la OMS cuando menos se encuentra en entredicho. ¡Qué vergüenza!”.
La corrupción en los organismos internacionales no es nueva, ya en 1969 el doctor Nelson Iriñiz Casás, ex Secretario General de la Delegación de Uruguay en Nueva York, denunció la podredumbre en la propia Naciones Unidas en su bestseller “Korruption in der UNO”, publicado en Viena, Austria; sin embargo lo que ahora ocurre al interior de la Organización Mundial de la Salud, OMS, toma dimensiones escandalosas y perturbadoras por tratarse de un renglón tan sensible a la humanidad en su conjunto.
Al través del portal de ExpokNews, un servicio de información sobre Responsabilidad Social, nos enteramos oportunamente de que OMS está acusada de coludirse con laboratorios farmacéuticos por la Gripe A-H1-N1, es decir, que actuó en convivencia con la industria farmacéutica para exagerar los riesgos de la enfermedad con el fin de aumentar la venta de vacunas o tratamientos médicos.
La denuncia va afectar prácticamente a todos los países y en forma preponderante a México, simple, porque desde un principio ha estado en la boca del huracán y aquí se anunció a nivel mundial el brote, al que en un principio se le llamó equivocadamente Gripe Porcina, y en cuanto a que efectivamente exageró.
La denuncia, que ha provocado el escándalo internacional, procede del Congreso Europeo, a tal grado que la propia Organización Mundial de la Salud ha anunciado que un grupo de expertos independientes analizará su actuación ante la gripe A.
El presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Wolfgang Wodarg, ha impulsado una iniciativa para que se investigue el posible papel de los laboratorios farmacéuticos. Wodarg, médico epidemiólogo afirma en su página web que “la OMS, en cooperación con algunas de las grandes compañías farmacéuticas y sus científicos, redefinieron el nivel pandémico y redujeron el umbral de alarma.
Estos nuevos estándares obligaron a los políticos de la mayoría de los países a reaccionar inmediatamente y firmar acuerdos comerciales para adquirir vacunas contra la nueva gripe, y gastar millones de dólares para responder al alarmante escenario que el Big Pharma (nombre literario para el lobby de las farmacéuticas), los medios de comunicación y la OMS estaban propagando”.
En nuestro país, debemos de recordarlo, se expandió la tesis de que se estaba, en efecto, exagerando los efectos de la pandemia con el propósito de provocar, primero la venta de los antivirales y luego la compra de las vacunas de fabricación inmediata, para favorecer a los laboratorios y contribuir a solucionar la crisis que nos exportara Estados Unidos. Y México ha invertido millones de dólares en vacunas y últimamente, cuando se han presentado más casos de la enfermedad, ya no se tomaron las medidas exageradas de abril-mayo de 2009, que casi paralizó a la nación.
“El Imparcial” de Madrid publicó el 16 de julio de 1978 una entrevista al Dr. Iriñiz que titulaba: “Corrupción en la ONU”, en la que subrayó los subtítulos siguientes: “Las grandes potencias compiten duramente en el sucio terreno de la corruptela. Se explotan las debilidades humanas, desde la ambición económica hasta las inclinaciones sexuales. Dos motores la generan: Los intereses políticos y los financieros. Los organismos especializados de la ONU ignoran el tráfico de carne, de vinos, de alcohol, de armas y de municiones que se están llevando a cabo en contra de los acuerdos y medidas onusianas”.
Ahora tendremos que aumentar el tráfico de medicamentos, o lo que es lo mismo la venta exagerada de vacunas mediante una bien calculada campaña de miedo por una influenza, que existe, pero nunca en las dimensiones que se nos quiso hacer creer. La corrupción global se comprueba, la OMS cuando menos se encuentra en entredicho. ¡Qué vergüenza!”.
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