Pedro Echeverría V.
1. ¡Ahora sí!, Calderón, el presidente de facto, está ya convencido que en sus últimos tres años tiene que poner todo para asegurar la reelección de un panista que no le exija cuentas y le cubra las espaldas, tal como él le cubrió las del panista Fox. Es más podría negociar con el PRI y con su seguro candidato, que también es de los empresarios y de Televisa. Calderón, después de destrozar al país, llevándolo a una crisis severa –la peor tratada o administrada en el mundo- ahora llama a todos los partidos a unirse a su alrededor para profundizar la privatización, obtener más ingresos fiscales, enfrentar la enorme carestía, imponer las llamadas reformas estructurales y ayudarlo a gobernar otros tres años a cambio de concesiones novedosas para la clase política. Entre políticos no se leen las manos porque cada quien sabe que el oportunismo es característica básica.
2. Calderón, el presidente ilegítimo y represor, al fin le atinó: ha propuesto aprobar la reelección de diputados, presidentes municipales, de la clase política, para que luego éstos avalen los siguientes tres años del gobierno derechista, que serán de verdadera privatización, desempleo, represión, encarcelamientos y asesinatos. Basta una breve revisión de los nombres de los diputados, senadores, asambleístas de los tres partidos (PRI, PAN, PRD) para ver personajes –incluso familiares- que llevan entre 25 y 40 años brincando de un cargo a otro, y sin legitimar la reelección. En adelante no tendrán necesidad de brincar porque se quedarán atornillados de manera vitalicia en su curul; lo único que se les pedirá es mayor disciplina a los acuerdos de la clase política. En adelante los trabajadores tendrán que luchar contra empresarios y la clase política.
3. En los tres años que le restan, la administración de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa se propone “anular” cinco amenazas a la seguridad nacional: la delincuencia organizada, el narcotráfico, la guerrilla, el terrorismo y la vulnerabilidad de las fronteras. Para ello, sus herramientas principales serán el “espionaje” y el uso de la fuerza castrense, se desprende del Programa para la seguridad nacional (2009-2012). De acuerdo con el documento, del cual Contralínea posee copia, en México tanto los narcotraficantes como los guerrilleros controlan espacios territoriales. Por ello, las prioridades del gobierno son “recuperar el control pleno en territorios endémicamente afectados por las actividades delictivas” y “recuperar aquellos espacios que han sido cooptados de manera ilegítima por terceros subvirtiendo el orden constitucional”. (Nancy Flores)
4. La realidad es que sólo eso faltaba; la reelección de la clase política. Y no es que el cambio de caras cada tres o seis años signifique honradez o democracia real, de ninguna manera; pero la reelección en el sistema político mexicano significa legitimar para siempre el sistema de gobierno que mantiene al pueblo en la explotación, la opresión y la miseria. Es la reelección de la clase empresarial, de sus representantes y de los “críticos” amaestrados. La reelección solamente es válida cuando se trata de gobiernos del pueblo, cuando la población gobierna por medio de sus representantes comunitarios y honoríficos. ¿Acaso no se conoce –con los suficientes datos duros- cómo en los EEUU los congresistas reelectos son representantes de las peores mafias de asesinos que están al servicio de empresas intocables? En vez de reelección sería mejor revolución.
5. Pero Calderón y el priísmo, más los partidos que hacen los mandados, estarán prestos para aprobar rápidamente que se les den las escrituras de propiedad de cada uno de los distritos electorales para pronto extender los nombramientos a los caciquillos vitalicios de distrito en cada barrio, colonia o población. Ahora ya los políticos no tendrán que pasar la vergüenza de presentarse en su distrito cada año de elección, sino que les bastaría con pedir a sus “caciquillos” de sector que hagan una u otra cosa mientras ellos –la clase política- clavados gustosamente en su curul, “se sacrifican por la patria”. Es más, Calderón pasará a la historia como el presidente que unificó mágicamente a la clase política para luchar –sin gritos ni sombrerazos- por los intereses comunes del país: porque el sistema capitalista no se ponga el peligro ante un pueblo indignado.
6. Esa es la “democracia representativa” que todos defienden porque no saben que es el mejor instrumento con el que se engaña al pueblo –creyendo que es un imbécil- mismo que no sabe de teoría políticas pero entiende de qué manera le “doran la píldora” por los burgueses que defienden “la democracia” para justificar sus robos y crímenes. El pueblo lo sabe, no es tonto; lo que ha sucedido es que todavía está en proceso muy lento de organización, pero tengan la seguridad que cuando diga: ¡Aquí vamos! nadie podrá pararlos. Ese funesto ejército, que en vez de servir al pueblo está sirviendo a los opresores, tendrá que decidir: o se pone del lado de los trabajadores o será desarmado y echado al desempleo como sucede en cualquier revolución de verdad que triunfa. Sólo me imagino al presidente, expresidentes y clase política pidiendo asilo en los EEUU.
7. De pronto en México, los intelectuales amafiados con la clase política y los medios de información: los Krauze, Aguilar Camín, Castañeda, Zúkerman, etcétera, suelen hablar de una “izquierda moderna”, “democrática”, burguesa, que sepa entrarle al juego del poder. Quisieran esos intelectuales negociantes, que todo la izquierda sea civilizada –como toda la socialdemocracia europea- para que entre mil años – el pueblo ya pueda comer “como dios manda”. Quieren una izquierda culta, civilizada, que imparta conferencias, tome vino en los restaurantes de lujo y comparta con los altos círculos del poder. En esos lugares está el PAN y el PRI y por allí avanzan los demás partidos. Sin embargo el pueblo quiere otra izquierda: aquella que esté comprometida con los trabajadores del campo, de la fábrica, de los barrios y dispuesta a ocupar las calles.
8. Esta izquierda comprometida con los trabajadores es la que desde hoy tiene que cuidarse de la salvaje represión que prepara el poder. En un documento, señala el investigador Jorge Luis Sierra, se revela que “el gobierno no sólo tendría por objeto la “anulación” de los narcotraficantes, sino también de los guerrilleros, a quienes considera como la tercera amenaza a la seguridad nacional. Además, plantearía la “recuperación” de los territorios controlados por los rebeldes”. Idéntico al Plan Colombia. El EPR reconoció en Contralínea haberse enfrentado con el Ejército Mexicano en una zona cercana a la comunidad Puerto Las Ollas, Coyuca de Catalán, Guerrero. ¿Puede acaso, ingenuamente, pensarse en que el gobierno no quiere destruir y asesinar a la oposición? Así que hay que seguir luchando, pero no olvidar a los asesinos.
1. ¡Ahora sí!, Calderón, el presidente de facto, está ya convencido que en sus últimos tres años tiene que poner todo para asegurar la reelección de un panista que no le exija cuentas y le cubra las espaldas, tal como él le cubrió las del panista Fox. Es más podría negociar con el PRI y con su seguro candidato, que también es de los empresarios y de Televisa. Calderón, después de destrozar al país, llevándolo a una crisis severa –la peor tratada o administrada en el mundo- ahora llama a todos los partidos a unirse a su alrededor para profundizar la privatización, obtener más ingresos fiscales, enfrentar la enorme carestía, imponer las llamadas reformas estructurales y ayudarlo a gobernar otros tres años a cambio de concesiones novedosas para la clase política. Entre políticos no se leen las manos porque cada quien sabe que el oportunismo es característica básica.
2. Calderón, el presidente ilegítimo y represor, al fin le atinó: ha propuesto aprobar la reelección de diputados, presidentes municipales, de la clase política, para que luego éstos avalen los siguientes tres años del gobierno derechista, que serán de verdadera privatización, desempleo, represión, encarcelamientos y asesinatos. Basta una breve revisión de los nombres de los diputados, senadores, asambleístas de los tres partidos (PRI, PAN, PRD) para ver personajes –incluso familiares- que llevan entre 25 y 40 años brincando de un cargo a otro, y sin legitimar la reelección. En adelante no tendrán necesidad de brincar porque se quedarán atornillados de manera vitalicia en su curul; lo único que se les pedirá es mayor disciplina a los acuerdos de la clase política. En adelante los trabajadores tendrán que luchar contra empresarios y la clase política.
3. En los tres años que le restan, la administración de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa se propone “anular” cinco amenazas a la seguridad nacional: la delincuencia organizada, el narcotráfico, la guerrilla, el terrorismo y la vulnerabilidad de las fronteras. Para ello, sus herramientas principales serán el “espionaje” y el uso de la fuerza castrense, se desprende del Programa para la seguridad nacional (2009-2012). De acuerdo con el documento, del cual Contralínea posee copia, en México tanto los narcotraficantes como los guerrilleros controlan espacios territoriales. Por ello, las prioridades del gobierno son “recuperar el control pleno en territorios endémicamente afectados por las actividades delictivas” y “recuperar aquellos espacios que han sido cooptados de manera ilegítima por terceros subvirtiendo el orden constitucional”. (Nancy Flores)
4. La realidad es que sólo eso faltaba; la reelección de la clase política. Y no es que el cambio de caras cada tres o seis años signifique honradez o democracia real, de ninguna manera; pero la reelección en el sistema político mexicano significa legitimar para siempre el sistema de gobierno que mantiene al pueblo en la explotación, la opresión y la miseria. Es la reelección de la clase empresarial, de sus representantes y de los “críticos” amaestrados. La reelección solamente es válida cuando se trata de gobiernos del pueblo, cuando la población gobierna por medio de sus representantes comunitarios y honoríficos. ¿Acaso no se conoce –con los suficientes datos duros- cómo en los EEUU los congresistas reelectos son representantes de las peores mafias de asesinos que están al servicio de empresas intocables? En vez de reelección sería mejor revolución.
5. Pero Calderón y el priísmo, más los partidos que hacen los mandados, estarán prestos para aprobar rápidamente que se les den las escrituras de propiedad de cada uno de los distritos electorales para pronto extender los nombramientos a los caciquillos vitalicios de distrito en cada barrio, colonia o población. Ahora ya los políticos no tendrán que pasar la vergüenza de presentarse en su distrito cada año de elección, sino que les bastaría con pedir a sus “caciquillos” de sector que hagan una u otra cosa mientras ellos –la clase política- clavados gustosamente en su curul, “se sacrifican por la patria”. Es más, Calderón pasará a la historia como el presidente que unificó mágicamente a la clase política para luchar –sin gritos ni sombrerazos- por los intereses comunes del país: porque el sistema capitalista no se ponga el peligro ante un pueblo indignado.
6. Esa es la “democracia representativa” que todos defienden porque no saben que es el mejor instrumento con el que se engaña al pueblo –creyendo que es un imbécil- mismo que no sabe de teoría políticas pero entiende de qué manera le “doran la píldora” por los burgueses que defienden “la democracia” para justificar sus robos y crímenes. El pueblo lo sabe, no es tonto; lo que ha sucedido es que todavía está en proceso muy lento de organización, pero tengan la seguridad que cuando diga: ¡Aquí vamos! nadie podrá pararlos. Ese funesto ejército, que en vez de servir al pueblo está sirviendo a los opresores, tendrá que decidir: o se pone del lado de los trabajadores o será desarmado y echado al desempleo como sucede en cualquier revolución de verdad que triunfa. Sólo me imagino al presidente, expresidentes y clase política pidiendo asilo en los EEUU.
7. De pronto en México, los intelectuales amafiados con la clase política y los medios de información: los Krauze, Aguilar Camín, Castañeda, Zúkerman, etcétera, suelen hablar de una “izquierda moderna”, “democrática”, burguesa, que sepa entrarle al juego del poder. Quisieran esos intelectuales negociantes, que todo la izquierda sea civilizada –como toda la socialdemocracia europea- para que entre mil años – el pueblo ya pueda comer “como dios manda”. Quieren una izquierda culta, civilizada, que imparta conferencias, tome vino en los restaurantes de lujo y comparta con los altos círculos del poder. En esos lugares está el PAN y el PRI y por allí avanzan los demás partidos. Sin embargo el pueblo quiere otra izquierda: aquella que esté comprometida con los trabajadores del campo, de la fábrica, de los barrios y dispuesta a ocupar las calles.
8. Esta izquierda comprometida con los trabajadores es la que desde hoy tiene que cuidarse de la salvaje represión que prepara el poder. En un documento, señala el investigador Jorge Luis Sierra, se revela que “el gobierno no sólo tendría por objeto la “anulación” de los narcotraficantes, sino también de los guerrilleros, a quienes considera como la tercera amenaza a la seguridad nacional. Además, plantearía la “recuperación” de los territorios controlados por los rebeldes”. Idéntico al Plan Colombia. El EPR reconoció en Contralínea haberse enfrentado con el Ejército Mexicano en una zona cercana a la comunidad Puerto Las Ollas, Coyuca de Catalán, Guerrero. ¿Puede acaso, ingenuamente, pensarse en que el gobierno no quiere destruir y asesinar a la oposición? Así que hay que seguir luchando, pero no olvidar a los asesinos.
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