Las arterias de Durango

Teodoro Rentería Arróyave

Con motivo de la sesión del Consejo Directivo y Comité de Vigilancia de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, celebrada en Durango capital y a la cual se incorporó el gobernador anfitrión, Ismael Hernández Deras y el V Informe del jefe del Ejecutivo de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, durante 8 días exactos nos dedicamos a viajar por tierra y en verdad tuvimos dos experiencias estupendas, a saber:

Primero la magnífica red carretera que unen hacía el norte al país y el hecho cordial de que no encontramos ni un solo retén militar ni policíaco.

¿Será posible pensar que al fin entendieron las autoridades que esas aduanas ignominiosas no sirven para nada y que además de las molestias y abusos cometidos violan la Constitución que nos rige, puesto que una de las garantías expresas es el libre tránsito por el territorio nacional?

No hay de otra, con esa disposición de los retenes que nos atosigan, se violenta una vez en forma flagrante nuestra carta magna.

Ya nos referimos a los logros en Tamaulipas, hoy dedicamos esta entrega al tema central: la infraestructura de comunicaciones y transportes en el estado de Durango, que con toda propiedad presume el gobernador Hernández Deras.

La expansión y modernización de la infraestructura de comunicaciones y transportes constituye, dice el gobierno estatal, una de las más altas prioridades para el Gobierno del Estado a fin de elevar la competitividad económica, fortalecer la integración regional, multiplicar las oportunidades de empleo y mejorar las condiciones de vida de los duranguenses.

Entre estas obras, destaca la construcción de la supercarretera Durango- Mazatlán, tramo carretero que constituye un paso estratégico para elevar la competitividad de las empresas locales en virtud de que vincula las operaciones de comercio exterior de la zona Asia Pacífico, a través del Puerto de Mazatlán, con la zona del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y con el Golfo de México mediante el Puerto de Altamira, creando un importante corredor económico, a partir de un nuevo eje carretero transoceánico en el norte del país.

Hernández Deras resaltó que esta carretera es la más cara y más elevada del Continente la cual requirió de una inversión de 15 mil millones de pesos a lo largo de sus 220 kilómetros, y sus puentes que unen barrancas impresionantes alcanzan hasta más de medio kilómetro de altura. El puente más impresionante tiene 1200 metros de longitud en el punto conocido como “El Espinazo del Diablo”, en el cual de acuerdo a la jerga local “había tiro por viaje”, es decir un accidente cuando menos por día.

En fin, un periplo obligado para el autor que ha recorrido incontable veces el país, como debe ser por tierra, para conocer las arterias mismas de la nación y esta ocasión las del muy querido Durango donde hemos sabido sumar a amistades entrañables y donde estaremos siempre presentes al través de lo nuestro: el periodismo comunicante.

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