La “toma simbólica” de la Ciudad de México debería paralizarla y prolongarse algunos días

Pedro Echeverría V.

1. ¿Qué? ¿El funesto gobierno panista de Calderón ya nos tumbó a la izquierda y a las luchas populares el último pilar de las batallas en defensa de los recursos y los derechos de los trabajadores? Esto sí está súper jodido, además de ser vergonzoso para los dirigentes que tienen un cerebro menor que el de un mosquito. Si al EZLN le rompen su madre yo no soy del EZLN y me vale; si a la APPO le rompen su madre yo no soy de la APPO y también me vale; si a López Obrador le rompen su madre yo no soy de sus filas y me importa poco, y ahora, si al SME le rompen su madre puedo responder: total ni soy del SME y me requete vale. Espero que el Fox y Calderón terminen de darle en la madre al país para que ya no quede ningún tonto de todos aquellos que no supieron unirse contra los fascistas, a las luchas emprendidas por los explotados.

2. El EZLN se levantó en armas en 1994; a cada corriente le pareció importante pero lo dejaron solo frente a la represión y los asesinatos del gobierno de Salinas. Decenas de miles acudimos en apoyo pero las organizaciones electoralistas trazaron su línea: “Nosotros estamos con la legalidad y la guerrilla no está entre nuestra estrategia política”. Los zapatistas tuvieron que enfrentarse solos, porque además denunciaron el oportunismo de aquellos partidos. A la APPO también la dejaron sola en 2006 por demostrar su independencia del PRI, del PAN, del PRD y demás. Se la tuvieron que jugar solos contra un gobierno asesino del PRI que recibió todo el apoyo del gobierno panista de Fox. López Obrador fue defraudado en 2006 por los empresarios y su gobierno, pero la izquierda no solo no apoyó sino que incluso boicoteó su electoralismo.

3. ¿Qué sucede ahora con el apoyo a los electricistas después de la liquidación de su empresa y el desempleo de 44 mil obreros? Pues que fuera del apoyo militante de la CNTE y de la APPO las organizaciones tienden a solidarizarse “moralmente”, pero sin decidirse a la participación directa; dejan a sus afiliados a la participación voluntaria. Es el motivo por el que ahora se convoca a una “toma simbólica de la Ciudad de México” en vez de una toma real de una semana que obligue al gobierno a reinstalar a LFC y a los 44 mil obreros. El EZLN podría movilizar a por lo menos 20 mil, la APPO y la CNTE unos 50 mil, los lópezobradoristas otros 50 mil y los electricistas a los 44 despedidos. Más de 160 mil activistas que fácilmente paralizarían la columna vertebral de la ciudad, aunque 100 mil soldados fueran movilizados para amenazar y reprimir.

4. La batalla que un loquito como “Juanito” da risa, pero tiene ocupado a los lópezobradoristas. El PAN, el PRI y el PRD le dan cuerda para entretener a un buen sector militante en una bobada; lo funesto es que el gobierno así trae siempre a los movimientos: entretenidos en sus demandas gremiales, muy personales o tontas, mientras el mundo se cae. ¿Qué importancia puede tener un gobiernito, un pueblito, unos salarios jodidos, ante el posible derrumbe de un bastión de lucha nacional de los trabajadores? Iztapalapa podrá ser la delegación más grande del DF, pero en el contexto nacional –dominado absolutamente por priístas y panistas, así como sus mandanderos- “ni pinta ni da color”. La batalla que es internacional puede ser también nacional, no de pueblitos o delegaciones. Así lo ve la burguesía, pero nosotros parecemos ciegos.

5. El oportunismo y el sectarismo son los males históricos de las izquierdas. Los primeros sólo buscan cargos gubernamentales sin importarles principios ideológicos o éticos. La realidad es que estamos llenos de esa basura de personas que sólo buscan aliarse con el poder para luego vivir en la comodidad burguesa. Los segundos parecen “incorruptibles” y ese ya es un buen principio, pero suelen ver por todos lados oportunismo porque piensan que solo ellos son los honestos además que sólo ellos tienen la razón. Éstos últimos son los que pueden hacer más por el movimiento social abandonando el terrible sectarismo que impide acabar con la burguesía, aunque fuera con una parte de ella en medio de la lucha para luego acabar con la otra parte cuando la batalla sea más fuerte. ¿Cómo aceptar que tontos priístas y panistas hayan gobernado?

6. Veo con objetividad que el gobierno ha logrado debilitar la batalla de los 44 mil obreros despedidos que luchan por su reinstalación. Que las demandas originales se han cambiado y se busca cualquier negociación. Los tres más poderosos representantes del despotismo y el fascismo: Calderón, Gómez Mont y Lozano deben estar contentos carcajeándose por hacer retroceder la lucha del SME. Los diferentes gobiernos, desde los tiempos del PRI han sabido destruir uno por uno (aislados) todos los movimientos de trabajadores. Aisló a Vallejo en 1959 y desbarató el movimiento ferrocarrilero; aisló a los médicos en 1965 y los reprimió; evitó apoyo a los estudiantes y los masacró en 1968; negoció con los panistas en 1988 y sometió a Cuauhtémoc Cárdenas; aisló a López Obrador, lo defraudó y sometió. Pero cada grupo sigue en su capillita.

7. Seguramente ignoro muchas cosas que impiden unirse para golpear con toda nuestra fuerza a la burguesía opresora, aunque después haya que separarse para mantener la independencia; pienso que me falta conocer experiencias de otros países que seguramente tampoco han logrado la unidad de los trabajadores. No se cuánto habría que esperar ni si esto se logrará en alguna ocasión. Sólo he visto que transcurren las décadas y la burguesía y sus gobiernos siguen acumulando enormes riquezas y poder mientras el 70 por ciento de distintas poblaciones sufre pobrezas y miserias. Entre tanto seguiremos en las calles gritando contra el poder con la esperanza de que las cosas cambien para beneficio de los trabajadores. No hay que desanimarse, hay que seguir batallando, aunque tengamos que reconocer que damos un paso adelante y dos atrás.

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