Teodoro Rentería Arróyave
Nunca hemos pertenecido a esa capilla muy bien definida de los agoreros del desastre; sin embargo las realidades nos han alcanzado y como lo hemos expuesto en estas entregas, la situación del país se torna cada vez más aguda a tal grado que la cofradía mencionada insiste en adelantar estallidos sociales a partir del próximo año de 2010, coincidente con el Centenario de la Revolución Mexicana, el primer movimiento en esencia socialista en la historia de la humanidad y el bicentenario del inicio del movimiento de Independencia. Por cierto los mexicanos, tenemos entendido, somos los únicos que conmemoramos tales efemérides, al contrario de las demás naciones que celebran la fecha del triunfo o consumación de sus gestas patrias.
Se ha divulgado que no pocos de los programas asumidos y propuestos por Andrés Manuel López Obrador tanto en su gobierno capitalino, como en su campaña política electoral presidencial como en su condición utópica de presidente legítimo, han sido copiados al carbón e impuestos como propios nada menos que por el gobierno federal de Felipe Calderón Hinojosa, al que el tabasqueño sigue tildando de “espurio”.
Ahora con motivo del tercer aniversario de su lucha política social, Andrés Manuel López Obrador replantea el rumbo del país, es decir un nuevo Proyecto de Nación basado en un decálogo que presentó al celebrar “tres años de resistencia y trabajo para salvar al país”, ante más de miles de personas reunidas en el Zócalo capitalino.
“Pensando en la transformación del país y con miras a 2012, debemos elaborar, a la luz de los recientes acontecimientos nacionales e internacionales, el nuevo Proyecto Alternativo de Nación”, dijo el tabasqueño a tres años de haber sido proclamado presidente legítimo por sus seguidores.
Únicamente para que el radioescucha y el lector amable dimensionen la transcendencia de la propuesta, trascribimos en términos generales el Decálogo que propone el tabasqueño, por aquello de que estamos seguros le van a salir múltiples progenitores de generación espontanea:
1. Rescatar al Estado y ponerlo al servicio del pueblo y la Nación, principalmente en los casos de la minería, la industria eléctrica y el petróleo, 2. Democratizar los medios masivos de comunicación, porque "es inaceptable que un pequeño grupo posea el control y administren la ignorancia en el país en función de sus intereses", 3. Crear un nuevo modelo económico, porque el neoliberalismo está agotado, 4. Combatir las prácticas monopólicas, 5. Abolir los privilegios fiscales, 6. Ejercer la política como imperativo ético y llevar a la práctica la austeridad republicana, 7. Fortalecer al sector energético, 8. Alcanzar la soberanía alimentaria, donde denunció que este año serán utilizados 16 mil millones de dólares para importar maíz, frijol, arroz, leche, y desechos de pollo, que el país podría producir, 9. Establecer el Estado de bienestar, para proteger a los pobres, a los débiles y olvidados por la desigualdad social y 10. Promover una nueva corriente de pensamiento para impedir el predominio de la corrupción, el engaño y el afán de lucro.
Sin fanatismo ni posiciones políticas adveras y sobre todo si somos justos es un estupendo replanteamiento para asegurar futuro y vialidad a la nación. Es un Decálogo que urge a México.
Nunca hemos pertenecido a esa capilla muy bien definida de los agoreros del desastre; sin embargo las realidades nos han alcanzado y como lo hemos expuesto en estas entregas, la situación del país se torna cada vez más aguda a tal grado que la cofradía mencionada insiste en adelantar estallidos sociales a partir del próximo año de 2010, coincidente con el Centenario de la Revolución Mexicana, el primer movimiento en esencia socialista en la historia de la humanidad y el bicentenario del inicio del movimiento de Independencia. Por cierto los mexicanos, tenemos entendido, somos los únicos que conmemoramos tales efemérides, al contrario de las demás naciones que celebran la fecha del triunfo o consumación de sus gestas patrias.
Se ha divulgado que no pocos de los programas asumidos y propuestos por Andrés Manuel López Obrador tanto en su gobierno capitalino, como en su campaña política electoral presidencial como en su condición utópica de presidente legítimo, han sido copiados al carbón e impuestos como propios nada menos que por el gobierno federal de Felipe Calderón Hinojosa, al que el tabasqueño sigue tildando de “espurio”.
Ahora con motivo del tercer aniversario de su lucha política social, Andrés Manuel López Obrador replantea el rumbo del país, es decir un nuevo Proyecto de Nación basado en un decálogo que presentó al celebrar “tres años de resistencia y trabajo para salvar al país”, ante más de miles de personas reunidas en el Zócalo capitalino.
“Pensando en la transformación del país y con miras a 2012, debemos elaborar, a la luz de los recientes acontecimientos nacionales e internacionales, el nuevo Proyecto Alternativo de Nación”, dijo el tabasqueño a tres años de haber sido proclamado presidente legítimo por sus seguidores.
Únicamente para que el radioescucha y el lector amable dimensionen la transcendencia de la propuesta, trascribimos en términos generales el Decálogo que propone el tabasqueño, por aquello de que estamos seguros le van a salir múltiples progenitores de generación espontanea:
1. Rescatar al Estado y ponerlo al servicio del pueblo y la Nación, principalmente en los casos de la minería, la industria eléctrica y el petróleo, 2. Democratizar los medios masivos de comunicación, porque "es inaceptable que un pequeño grupo posea el control y administren la ignorancia en el país en función de sus intereses", 3. Crear un nuevo modelo económico, porque el neoliberalismo está agotado, 4. Combatir las prácticas monopólicas, 5. Abolir los privilegios fiscales, 6. Ejercer la política como imperativo ético y llevar a la práctica la austeridad republicana, 7. Fortalecer al sector energético, 8. Alcanzar la soberanía alimentaria, donde denunció que este año serán utilizados 16 mil millones de dólares para importar maíz, frijol, arroz, leche, y desechos de pollo, que el país podría producir, 9. Establecer el Estado de bienestar, para proteger a los pobres, a los débiles y olvidados por la desigualdad social y 10. Promover una nueva corriente de pensamiento para impedir el predominio de la corrupción, el engaño y el afán de lucro.
Sin fanatismo ni posiciones políticas adveras y sobre todo si somos justos es un estupendo replanteamiento para asegurar futuro y vialidad a la nación. Es un Decálogo que urge a México.
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