Tensión en el Bosque de Zacacuautla

Alberto Híjar

La Delegación de Zacacuautla ha reunido a todas las instancias legales para detener sin éxito la destrucción del bosque y con él, del manantial. No es que no sean atendidos porque cuando ha sido necesario, han llevado contingentes con cartulinas y han gritado su disgusto lo mismo en Pachuca que en Tulancingo y en Acaxochitlán. En el año que lleva al frente la Delegación actual, el pequeño pueblo con 2500 habitantes en todos sus cinco barrios, se ha transformado al decidir la defensa de la propiedad comunitaria más querida. Dos años atrás, La Cooperativa El Ocotenco decidió entregar toda su energía a la defensa del bosque, el agua y los derechos.

Pero Pedro y Margarita Canales atacan por todos los frentes. Recientemente, mandaron a los funestos Negros a asaltar la pequeña farmacia del pueblo y ante la presencia de distinguidos universitarios y periodistas en el bosque para ver al camión cargado de los añosos árboles derribados, atacaron con violencia no respondida sino con credenciales y llamados a la calma. Una menuda compañerita defeña se puso al frente y otras mujeres del pueblo hicieron una valla frente a los compañeros amenazados. Cundió el terror porque en ese anochecer del 14 al 15 de noviembre, la oscuridad fue total por la falta de electricidad y teléfono de por sí de difícil uso.

Siguen en pie las órdenes de aprehensión contra los Delegados y tres de sus colaboradores. Deben ir los que no están ocultos a solventar los trámites judiciales asistidos por una defensora de oficio y los abogados municipales. No hay de otra. El clamor nacional e internacional está en alerta ante el peligro y se ha dispuesto la presencia constante de organizaciones en Zacacuautla para impedir los ataques de Los Negros contratados por los Canales como grupo de choque. Nada de esto prosperaría sin la complicidad gubernamental evidente en la conclusión de la corretiza popular al camión cargado de los troncos derribados a la mala que para entrar a la carretera, necesitaba una liberación legal de su carga, documento que ya los esperaba al salir del camino planeado en el terreno en disputa legal que impide su explotación. Pero ni esto ni pruebas fehacientes de la falsedad del título de propiedad de Los Canales, ni las promesas del Secretario de Gobierno, SEMARNAT, el Municipio y dos diputados locales, han detenido la destrucción y el vandalismo contra los defensores del bosque, el agua, el pueblo.

El terror organizado contra la heroica Delegación se orienta ahora al control de la asamblea de diciembre donde habrá de rendir su informe la Delegada primera para dar paso a la elección del relevo. Se prevé toda clase de sobornos, amenazas y chantajes canalescos y negruzcos para garantizar el triunfo de algún pelele incondicional de los criminales impunes hasta ahora. Pero el pueblo resiste pese a todo en su contra.

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