Otro sexenio perdido (1 de 2)

Francisco Rodríguez

EL ACUCIOSO COLABORADOR
de este espacio, don Emilio Treviño, opina que ante la nueva ofensiva propagandística de cretineces de la Administración federal acerca de una dizque recuperación económica en México, bien vale la pena analizar una serie de señalamientos al respecto por parte de especialistas (y no charlatanes como abundan en torno a Felipe Calderón), para formarnos un criterio objetivo sobre lo que nos espera, desechando las mentiras que nos receta el ocupante de Los Pinos.

Las observaciones de los especialistas se han recogido casi al azar, lo cual sería indicativo de la percepción generalizada acerca del estado desastroso que presentará la economía mexicana en el mediano plazo.

Ya desde el 1 de octubre, en el diario Reforma, una nota del reportero Ulises Díaz aparecía con el título "Espera FMI mejoras, pero no para México”; y ya en el cuerpo de la nota se leía que según el fondo monetario internacional "México, la economía más golpeada en el hemisferio occidental, se recuperará de manera más lenta porque sufrió un golpe más fuerte en los flujos comerciales, dada su alta integración comercial con Estados Unidos y su dependencia de las exportaciones de manufactura".

En un contexto más regional, también el 1 de octubre El Universal indicaba que para el ex presidente de México Ernesto Zedillo "es poco probable que los países de Latinoamérica vuelvan a disfrutar de condiciones externas favorables en el corto y mediano plazo", a raíz de la crisis global. "La brecha entre países ricos y pobres se agudizará. Nos depara una economía de crecimiento lento y capital escaso" en los próximos años, auguraba el ex mandatario, en nota de la agencia informativa EFE.

En un tenor todavía más general, Viridiana Mendoza escribía en El Financiero del 5 de octubre que "las perspectivas de crecimiento siguen siendo frágiles y las condiciones del mercado laboral aún no están mejorando", según conclusiones del Grupo de los Siete (G-7) el fin de semana en Estambul, Turquía.

Por su parte, según Eduardo Jardón en El Financiero del 6 de octubre, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick afirmó que si bien "se detuvo la caída en los mercados financieros… estamos aún lejos de una recuperación económica sostenida, que proporcione más empleo, mayores ingresos y más oportunidades".

Acerca de la dependencia mexicana con Estados Unidos, no está de más reflexionar en las afirmaciones del presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan, de acuerdo a la nota también de Eduardo Jardón en El Financiero, el 7 de octubre: "después del periodo de crisis, la economía mundial experimentará una transición difícil, ya que Estados Unidos dejará de ser el principal motor de crecimiento y la responsabilidad recaerá en algunos países en desarrollo"

Ojo también a los nexos frágiles recuperación-empleo; véase la nota de El Financiero, el 8 de octubre: “Actualmente los empleadores no toman decisiones anticipadas o precipitadas, lo que es preocupante, pues podría presentarse una recuperación económica sin empleos, señaló Jonas Prising, vicepresidente global de Manpower”.

El mismo día (8 de octubre), el especialista Enrique Quintana en Reforma, asumía personalidad de profeta bíblico ante el inminente rechinar de dientes“"los esfuerzos que las personas, las empresas y los países tienen que hacer para recuperar la capacidad de crecimiento deberán ser mucho mayores que en el pasado".

Con todos esos datos a la mano, el señor Calderón se aventuró a señalar que en México ya se ha acabado la recesión.

Pero aún hay más, como decía el locutor.

Índice Flamígero: De verdad que los empresarios están enojados con Felipe Calderón. La portada del diario Metro correspondiente al ejemplar de ayer mostraba al ocupante de Los Pinos en una actividad públicamente incómoda, amén de que la “cabeza” sólo decía: “FE… CAL”. El diario pertenece al Grupo Reforma, de la familia neoleonesa Junco de la Vega, ahora autoexiliada en Austin, Texas, “por razones de seguridad”. A ver si después de esta portada, no tienen que huir más lejos. También “por seguridad”.

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