La reunión de la fractura

A Puerta Cerrada / Marcela Gómez Zalce

• El 20% y el PEF
• El beso de madrazo…


Todo gobierno que no se apoye en la ley, mi estimado, es un gobierno dictatorial. Estruendoso inicio de semana con el corolario del tsunami de señalamientos negativos contra el (des)gobierno de Felipe Calderón, estos tres años que tan sólo en el rubro sobre el pésimo y deficiente manejo de la crisis económica (que, but of course, vino de fuera) del presumido equipo presidencial acumula críticas de varios Premios Nobel de Economía, después la CEPAL anunciando un aumento escalofriante en la pobreza, seguida por la OCDE exhibiendo que el sexenio está perdido en materia de crecimiento económico, pegado al aterrador informe de Transparencia Internacional colocando a México (y al de las manos limpias) entre los países más corruptos, y la cereza de la consultoría Pricewaterhouse Cooper ubicando al país como el quinto en fraudes electorales, perdón, económicos y delitos financieros…

Hicieron palidecer el diagnóstico del catastrofista favorito, Carlos Slim, de hace varias lunas. Lo único constante de esta caterva de inútiles en el poder (del no poder), my friend, es esa acreditada hormona que infatigablemente les mata las escasas neuronas (ahí está el botón del secretario del Trabajo (sucio), Javier Lozano), obligándolos a escupir lamentables y muy penosas declaraciones que, no solamente los pinta de cuerpo entero, sino acredita las causas de fondo del naufragio del barco de gran calado y de su emocionado capitán…

Que parece ¿lejano? de la inocultable irritación pública (although he knows what´s cooking) de diversos sectores, encabezados por la cúpula empresarial, con la cual su (des)gobierno vive una gélida luna de hiel. La simpática cuestión es conocer qué sucedió tras bambalinas, mi estimado, para entender cómo se llegó a la ruptura… y pronosticar que lo mejor de todo esto es lo malo que se va a seguir poniendo, yes?

Así que corra por su drink porque ahí le va. ¿Listo?

No es novedad que cada vez que comienzan los preparativos para un nuevo chisguete fiscal, los señores del dinero no se preocupan sino se ocupan. Y el reciente atraco al contribuyente cautivo no fue la excepción: personajes poderosos se reunieron con Felipe al saber de las linduras fiscales, como la consolidación retroactiva, el aumento al IVA, al ISR, el IDE y los IEPS… etcétera. Y ahí vertieron sus inquietudes sobre el espantajo que Carstens & nerds habían desarrollado. Era de esperarse que estos ilustres mexicanos confiaban tener una conversación con alguien que cursó un poquito de Economía en Harvard —institución que, parajodas del ánimo de Felipe, premió al gobierno de enfrente por el Metrobús— pero, ¡oh decepción !, la conversación tomó un accidentado rumbo donde Calderón les espetó medio enchilado (o enchilado y medio) que si no estaban de acuerdo con él, sorry la puerta estaba abierta. O sea, ahí se ven porque nada les debo, hojaldras. Es decir, una dosis de desmemoria y flit.

Y efectivamente… esa fue la lectura de los empresarios que, preocupados, fueron a tocar la otra puerta que encontraron abierta y receptiva: la del Congre$o. Desde donde… le dieron la vuelta al engendro fiscal que ha dejado todos los privilegios intocables y que desencadenó la furia de la mecha corta presidencial… que ha arreciado contra los que hicieron fracasar su chisguete fiscal.

El resto de esta tragicomedia —donde los mexicanos, los de los votos fueron los más golpeados por la genialidad de más impuestos— es conocido con el agravante, my friend, que Felipe está más solo que un ostión y, si bien le va, le restan tres años (que serán como tres minutos… bajo las aguas del ártico) más bien dos, por aquellito de la sucesión.

Y algo amenazador deben ver en el (des)gobierno, en la iglesia católica (con minúsculas), en la cúpula empresarial, en el GDF, en nuestra fuerzas armadas, en la administración de los Estados Unidos, en la OCDE, en el FMI, en el BID, en corredurías internacionales, en la CEPAL, en la UNAM, en el ámbito sindical más los que se acumulen… porque el diagnóstico del resultado del actual desmadre nacional es idéntico:

Un estallido social.

Porque es inequívoco el aumento de las expresiones de inconformidad social ante la corrupción, la impunidad, los abusos y excesos. Y por cierto, aún falta conocer la atractiva entretela detrás de “los errores” del mentado PEF, donde aparece una divertida tenebra relacionada con la comisión (de Presupuesto) de un 20 por ciento sobre el monto de los dineros…

Chingón.

Por la mirilla

Interesante el madrazo del beso, o el beso de madrazo, o ¿a madrazos sin besos…?


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