El Pacto de Oaxaca

JENARO VILLAMIL

La noche del lunes 16 de noviembre, la mayoría de los observadores se concentraron en las negociaciones que se prolongaron en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.

El reparto del botín de la mayoría de los 49 mil 402 millones de pesos de recursos extraordinarios para las entidades federativas no se discutía en ese escenario solamente.

La negociación clave se produjo en la capital de Oaxaca, donde el gobernador Ulises Ruiz, con el pretexto de su quinto Informe de Gobierno, se reunió con el mandatario mexiquense, Enrique Peña Nieto, y con otros Ejecutivos estatales del PRI para destrabar el reparto multimillonario de recursos destinados a la construcción de carreteras en aquellas entidades que tendrán elecciones en 2010.

Al filo de las 18:30 horas, la escena transmitida en la televisión pública de Oaxaca era más que elocuente: en el patio central del expalacio de gobierno ingresaron Ruiz Ortiz y Peña Nieto, sonrientes, como si hubieran logrado un pacto de mutuo beneficio.

Horas antes, la bancada de los diputados priistas de Oaxaca le reclamó a Luis Videgaray, presidente de la Comisión de Presupuesto y exsecretario de Finanzas de Peña Nieto, que el reparto de los recursos extraordinarios no beneficiara a la entidad del sur.

Hubo de todo en las negociaciones: amagos, golpes bajos, como sucede cuando los piratas se reparten un botín.

También hubo intermediarios de "alto nivel". Uno de ellos fue el expresidente Carlos Salinas de Gortari, padrino político de Peña Nieto y quien estuvo meses antes en Oaxaca para negociar con Ulises Ruiz que "sus" diputados aceptaran a Francisco Rojas como coordinador de la bancada del PRI en San Lázaro.

El pacto entre Peña Nieto y Ulises Ruiz mandó varios mensajes.

En primer lugar, a ambos les interesaba que estos recursos extraordinarios se puedan ejercer sin los "candados" necesarios para garantizar discrecionalidad y opacidad. En segundo lugar, los incrementos más importantes se dieron en estas entidades y en Jalisco, donde gobierna el PAN.

Según el documento finalmente aprobado en la madrugada en la Cámara de Diputados, el Estado de México tendrá recursos adicionales por 2 mil 665.3 millones de pesos para infraestructura carretera y "mitigar la pobreza" (este monto es 142% superior al monto inicial presupuestado en la Secretaría de Hacienda).

El gobierno de Ulises Ruiz en Oaxaca ejercerá 2 mil 302 millones de pesos en un año clave, como el 2010, donde el experto en alquimia electoral buscará garantizar el control del Revolucionario Institucional en el gobierno estatal y el "carro completo" en municipios y en el Congreso local.

Otras dos entidades gobernadas por el PRI que se beneficiaron en la negociación fueron Veracruz, que pasó de mil 77 a 2 mil 17 millones de pesos (incremento de 87.3%), y Durango, que pasó de mil 237 a mil 923 millones de pesos.

Ambas entidades tendrán elecciones para gobernador en 2010. Y sus dos gobernadores, Fidel Herrera e Ismael Hernández Deras, también estuvieron presentes en el cónclave de Oaxaca.

Otros mandatarios priistas que atestiguaron el "pacto" y cerraron filas fueron Ivonne Ortega Pacheco, de Yucatán (a quien el Congreso estatal le autorizó una deuda extraordinaria por más de mil 800 millones de pesos), Humberto Moreira, de Coahuila; Miguel Angel Osorio Chong, de Hidalgo, y los mandatarios priistas recién electos: José Calzada, de Querétaro; Fernando Toranzo, de San Luis Potosí, y Fernando Ortega, de Campeche.

La reunión priista no pudo ser más contrastante.

Mientras a unos doscientos metros el cartonista Eduardo Ríos, Rius, dictaba una conferencia en la Feria del Libro de Oaxaca y criticaba la opacidad y la corrupción persistente de los gobernantes (de todos los signos partidistas), a las afueras del expalacio de gobierno un grupo de simpatizantes de la sección 22 de la CNTE y de la APPO, que protestaban por los excesos autoritarios de Ulises Ruiz, protagonizaron un zafarrancho con elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI).

Los opositores a Ulises Ruiz se enfrentaron a "sillazos" con los policías.

Los gobernadores e invitados especiales de Ulises Ruiz no se dieron cuenta de lo que sucedía afuera. Estaban encerrados a cal y canto, con un ejército de guaruras y "agentes especiales" que los dejaron lo suficientemente "blindados" de las rechiflas y del descontento de la población.

El zafarrancho no pasó a mayores. Sin embargo, demostró otra característica del "pacto" político entre los mandatarios priistas.

Tanto Ulises Ruiz como Peña Nieto comparten no sólo el exceso de gastos y de opacidad en el manejo del erario, sino el uso de la fuerza pública contra movimientos sociales (la APPO y Atenco).

Además, Ulises también ya copió el "modelo Peña Nieto" para destinar millonarias partidas presupuestales a los gastos en comunicación social, en infomerciales en las televisoras y en gastos excesivos en obras faraónicas y de la farándula.

Junto a los mandatarios de Veracruz, Coahuila, Yucatán y otros forman parte del club de "gobernadores Teletón", consentidos por Televisa porque destinan fuertes cantidades de dinero público a la autopromoción.

Lo más grotesco es que los gobernadores que lograron repartirse un monto de casi 50 mil millones de pesos para el presupuesto de 2010 no tendrán que demostrar el cumplimiento del gasto, su desempeño, gestión o resultado.

Seguramente construirán carreteras como quien construye infomerciales y spots, o destinarán mucho más dinero en consultores, mercadólogos y "operadores electorales", recomendados por Televisa, para resarcir el impacto de las crisis en sus entidades.

Ese es el tono del "retorno" del PRI.

Mientras Felipe Calderón sigue perdido en el laberinto de sus pleitos verbales y reales, el centro del poder ya cambió. Peña Nieto actúa no sólo como el candidato presidencial del PRI en funciones, sino como el presidente de facto. Y los ciudadanos observamos como convidados de piedra este grotesco reparto del botín.

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