Campañas de avanzada

Teodoro Rentería Arróyave

Como es sabido, el Distrito Federal o Capital de la República o Ciudad de México es la entidad de todos los mexicanos sin embargo por las leyes que nos rigen y por los estatutos que nos han impuesto, los habitantes oriundos, emigrantes o visitantes somos todos seres de segunda o de tercera categoría.

Eso no cambiará hasta que se entienda a cabalidad la garantía constitucional de que ante la ley somos todos iguales y se supere la trasnochada política de suponer que al otorgarle el estatuto de estado al Distrito Federal se convertiría en un supraestado.

Prueba de que tal situación es una sospecha sin sustento, es la decisión que en su momento decidió el presidente patriota, Benito Juárez, al crear el estado de Morelos, para que la sede de los poderes federales en un momento de conflicto político no fuera estrangulado por los estados circunvecinos, principalmente por el cerco de aquel entonces que representaba el Estado de México.

De ahí que tome especial importancia, dentro de las limitaciones en que subsisten las administraciones de los jefes delegaciones del D.F., que tal parece los quieren reducir a simples administradores de hacienda, las dos últimas decisiones que ha tomado el joven abogado y flamante jefe delegacional en Álvaro Obregón, Eduardo Santillán Pérez.

Son sin discusión inmejorables campañas sociales que, obvio, como todas las grandes decisiones van a provocar rechazos, enfados y en el mejor de los casos polémica. Se trata de las llamadas: “Programa cero-cero” y “Contra el juguete bélico”.

Se nos informa que a partir de este fin de semana, entra en funcionamiento en la Delegación Álvaro Obregón el Programa Permanente “Cero, Cero; a las Cero horas, Cero venta de alcohol”, el cual prohíbe la venta de alcohol después de la media noche, los siete días de la semana.

El Jefe Delegacional Eduardo Santillán Pérez, acompañado por el Consejero Secretario del Consejo Ciudadano de Seguridad Publica y de Justicia, Luis Wertman Zaslav, así como de funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, explicó que está comprobado que los comensales de restaurantes, cantinas, bares y “antros” cuando salen de esos lugares buscan en las tiendas de venta clandestina más alcohol para seguir la parranda y es cuando aumentan en forma circunstanciada los accidentes de tránsito con todas sus secuelas de daños económicos, lesiones y muertes.

Y para el futuro de las generaciones, la Campaña contra el Juguete Bélico y el Programa Permanente de Intercambio Voluntario de Armas de Fuego 2009, que consiste incidir de manera oportuna en la disminución de los delitos, afirma el delegado Santillán Pérez que el intercambio de un juguete bélico, por otro juguete didáctico es un claro compromiso en materia de seguridad pública.

Baste decir que en el Distrito Federal se cometen 649 homicidios anuales, de los cuales, el 65 por ciento son por dichos artefactos, además de que en la Ciudad de México hay cerca de 500 mil armas de fuego que son ilegales, las cuales ponen en grave riesgo a la seguridad de los capitalinos.

Sin duda se “pretende generar en los niños y jóvenes una conciencia y una cultura de prevención del delito”, así como “una cultura de convivencia pacífica”, sin embargo si los gobiernos delegacionales y municipales vecinos no colaboran impulsando estos valores, las campañas morirán por inanición. Confiemos que no suceda tal agravio, porque se habrá perdido una de las más grandes oportunidades sociales del presente y para el futuro no sólo del país sino de la nación misma.

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