Pedro Echeverría V.
1. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) –institución de salud que desde 1943 debería estar al servicio de los trabajadores- retiró la atención médica y todos los servicios a los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC), denunció el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Sostuvo que ayer mismo solicitó una reunión con integrantes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ya que ni siquiera se atiende a empleados que recibían tratamientos especiales, como diálisis y hemodiálisis, por lo que se ha puesto en riesgo su salud y su vida. ¿Espera acaso el SME, con 42 mil cesados, que el gobierno antiobrero los mate lentamente de hambre? ¿Qué esperan para bloquear instituciones con el apoyo de otras fuerzas de trabajadores? El gobierno sabe que golpeando debilita y en el llamado “diálogo” puede imponerse.
2. ¿Olvidan los del SME que esta es una dictadura de clase, de grandes empresarios y gobierno hoy encabezados por el PAN del ilegítimo Calderón? ¿Les cabe todavía en la mente, como obreros, la ingenuidad que les haga pensar el que el presidente Calderón, el secretario de Gobernación o el del Trabajo, se conduelan y den pasos atrás retirando el decreto de desaparición de la empresa? ¿Siguen creyendo en que la virgen de Guadalupe o los santos reyes serán superiores a los poderosos intereses de Calderón y las transnacionales que buscan la inmediata privatización de toda la energía eléctrica y el petróleo? ¿Qué esperan para amarrar acuerdos con los lópezobradoristas, la APPO, la CNTE, incluso el EZLN para bloquear instituciones como preparativos para la huelga nacional? ¿O están esperando hacer más ridículos en las “mesas de diálogo”?
3. ¡Coño!, no olviden que la violencia nunca la ejercen los trabajadores sino los poderosos para seguir dominando. Violencia no es cuando el pueblo se defiende de las autoridades o del poder con movimientos masivos, con bloqueos, cuando se pintan protestas en las paredes, cuando se usan palos, piedras, resorteras, incluso Molotov; violencia es cuando la autoridad del gobierno y del Estado manda a la policía a desbaratar con salvajismo las protestas; violencia es cuando para impedir el paso de las protestas y evitarlas, lanzan gases lacrimógenos, manguerazos de agua, perros y balas contra las masas descontentas e indignadas; violencia de Estado es cuando se mantiene al pueblo en la miseria, el desempleo y el hambre. Violencia es cuando las cárceles están llenas de gente pobre y miserable y se amasan riquezas por unos cuantos ricos.
4. El pueblo se manifiesta, protesta, menta madres para desahogarse ante la explotación y opresión que sufre a diario del poder; sin embargo los violentos siempre han sido los policías y soldados que por órdenes superiores acordonan a los manifestantes, golpean a los más combativos, los aprehenden, los macanean y patean con odio, les lanzan a sus perros de caza e incluso los asesinan. Los gobiernos y los tontos repiten que sería mejor que los que protestan se quedaran en sus casas para no ser reprimidos, que no se manifiesten y así dejar las soluciones en las manos de los gobiernos y los empresarios. ¿Se había oído acaso mayor cinismo y desvergüenza? En algunos países como en Japón y otros asiáticos los manifestantes han comenzado a defenderse llevando palos, piedras, máscaras antigases y resorteras. Quizá ha llegado el tiempo de hacer lo mismo.
5. En las marchas de protesta siempre salen muchos descalabrados, encarcelados y algunos asesinados por las llamadas “fuerzas del orden”. La brutalidad represiva aplicada por el gobernador en Jalisco, el tal Ramírez Acuña -hoy presidente panista de la Cámara de diputados y hace unos meses secretario de Gobernación- en mayo de 2004 contra miles de jóvenes manifestantes, dicen, “no tuvo madre”. El gobernador fascista del estado ordenó sin más la acción de la policía con un saldo de por lo menos 30 heridos y 90 detenidos, según los primeros informes de prensa. La medida fue "necesaria" ante la manifestación de jóvenes radicales, dijo el mandatario local, al tiempo que recriminaba: "Guadalajara no es el Zócalo para venir a hacer sus desmanes...". Los jóvenes encarcelados fueron tratados con la mayor violencia del poder.
6. ¿Pueden olvidarse acaso las brutales represiones contra los maestros y la APPO oaxaqueña de 2006, o la terrible revancha que desató Calderón y Peña Nieto contra los campesinos de San Salvador Atenco, donde se registraron vergonzosas violaciones contra periodistas extranjeros? Los trabajadores electricistas deben prepararse para una gran batalla con el apoyo de otras fuerzas sociales. La campaña de desprestigio y calumnias en los medios de información usando discursos de Calderón y otros funcionarios, en las iglesias y escuelas, están haciendo mucho daño. Si siguen confiando en la batalla jurídicas dentro de las instituciones es que para nada han servido las experiencias históricas. Es hoy que la gente está indignada y caliente o nunca y también el gobierno sabe de coyunturas y está alargando las cosas para enfriarlas.
7. Reuniones de análisis, acuerdos, brigadeos, manifestaciones y toma de instituciones; no hay otra salida. Lo contrario sería creer en promesas, hacerse ilusiones y alargar la lucha hasta el cansancio de los trabajadores. No se busca violentar las cosas sino sólo defendernos ante la violencia –esa sí- que ejerce el gobierno y el poder. No caer en entretenimientos como “discusión del presupuesto público”, la organización de una gran planta de abogados y en cosas particulares como la atención médica en el IMSS y demás. Necesitamos armar el gran movimiento de masas reuniendo a dirigentes de organizaciones amigas y brigadeando a los obreros y ciudadanos. Ninguna confianza a los enemigos tradicionales de los trabajadores. No olviden que los electricistas son organización vanguardia y lo que les suceda será determinante en la lucha en México.
1. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) –institución de salud que desde 1943 debería estar al servicio de los trabajadores- retiró la atención médica y todos los servicios a los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC), denunció el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Sostuvo que ayer mismo solicitó una reunión con integrantes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ya que ni siquiera se atiende a empleados que recibían tratamientos especiales, como diálisis y hemodiálisis, por lo que se ha puesto en riesgo su salud y su vida. ¿Espera acaso el SME, con 42 mil cesados, que el gobierno antiobrero los mate lentamente de hambre? ¿Qué esperan para bloquear instituciones con el apoyo de otras fuerzas de trabajadores? El gobierno sabe que golpeando debilita y en el llamado “diálogo” puede imponerse.
2. ¿Olvidan los del SME que esta es una dictadura de clase, de grandes empresarios y gobierno hoy encabezados por el PAN del ilegítimo Calderón? ¿Les cabe todavía en la mente, como obreros, la ingenuidad que les haga pensar el que el presidente Calderón, el secretario de Gobernación o el del Trabajo, se conduelan y den pasos atrás retirando el decreto de desaparición de la empresa? ¿Siguen creyendo en que la virgen de Guadalupe o los santos reyes serán superiores a los poderosos intereses de Calderón y las transnacionales que buscan la inmediata privatización de toda la energía eléctrica y el petróleo? ¿Qué esperan para amarrar acuerdos con los lópezobradoristas, la APPO, la CNTE, incluso el EZLN para bloquear instituciones como preparativos para la huelga nacional? ¿O están esperando hacer más ridículos en las “mesas de diálogo”?
3. ¡Coño!, no olviden que la violencia nunca la ejercen los trabajadores sino los poderosos para seguir dominando. Violencia no es cuando el pueblo se defiende de las autoridades o del poder con movimientos masivos, con bloqueos, cuando se pintan protestas en las paredes, cuando se usan palos, piedras, resorteras, incluso Molotov; violencia es cuando la autoridad del gobierno y del Estado manda a la policía a desbaratar con salvajismo las protestas; violencia es cuando para impedir el paso de las protestas y evitarlas, lanzan gases lacrimógenos, manguerazos de agua, perros y balas contra las masas descontentas e indignadas; violencia de Estado es cuando se mantiene al pueblo en la miseria, el desempleo y el hambre. Violencia es cuando las cárceles están llenas de gente pobre y miserable y se amasan riquezas por unos cuantos ricos.
4. El pueblo se manifiesta, protesta, menta madres para desahogarse ante la explotación y opresión que sufre a diario del poder; sin embargo los violentos siempre han sido los policías y soldados que por órdenes superiores acordonan a los manifestantes, golpean a los más combativos, los aprehenden, los macanean y patean con odio, les lanzan a sus perros de caza e incluso los asesinan. Los gobiernos y los tontos repiten que sería mejor que los que protestan se quedaran en sus casas para no ser reprimidos, que no se manifiesten y así dejar las soluciones en las manos de los gobiernos y los empresarios. ¿Se había oído acaso mayor cinismo y desvergüenza? En algunos países como en Japón y otros asiáticos los manifestantes han comenzado a defenderse llevando palos, piedras, máscaras antigases y resorteras. Quizá ha llegado el tiempo de hacer lo mismo.
5. En las marchas de protesta siempre salen muchos descalabrados, encarcelados y algunos asesinados por las llamadas “fuerzas del orden”. La brutalidad represiva aplicada por el gobernador en Jalisco, el tal Ramírez Acuña -hoy presidente panista de la Cámara de diputados y hace unos meses secretario de Gobernación- en mayo de 2004 contra miles de jóvenes manifestantes, dicen, “no tuvo madre”. El gobernador fascista del estado ordenó sin más la acción de la policía con un saldo de por lo menos 30 heridos y 90 detenidos, según los primeros informes de prensa. La medida fue "necesaria" ante la manifestación de jóvenes radicales, dijo el mandatario local, al tiempo que recriminaba: "Guadalajara no es el Zócalo para venir a hacer sus desmanes...". Los jóvenes encarcelados fueron tratados con la mayor violencia del poder.
6. ¿Pueden olvidarse acaso las brutales represiones contra los maestros y la APPO oaxaqueña de 2006, o la terrible revancha que desató Calderón y Peña Nieto contra los campesinos de San Salvador Atenco, donde se registraron vergonzosas violaciones contra periodistas extranjeros? Los trabajadores electricistas deben prepararse para una gran batalla con el apoyo de otras fuerzas sociales. La campaña de desprestigio y calumnias en los medios de información usando discursos de Calderón y otros funcionarios, en las iglesias y escuelas, están haciendo mucho daño. Si siguen confiando en la batalla jurídicas dentro de las instituciones es que para nada han servido las experiencias históricas. Es hoy que la gente está indignada y caliente o nunca y también el gobierno sabe de coyunturas y está alargando las cosas para enfriarlas.
7. Reuniones de análisis, acuerdos, brigadeos, manifestaciones y toma de instituciones; no hay otra salida. Lo contrario sería creer en promesas, hacerse ilusiones y alargar la lucha hasta el cansancio de los trabajadores. No se busca violentar las cosas sino sólo defendernos ante la violencia –esa sí- que ejerce el gobierno y el poder. No caer en entretenimientos como “discusión del presupuesto público”, la organización de una gran planta de abogados y en cosas particulares como la atención médica en el IMSS y demás. Necesitamos armar el gran movimiento de masas reuniendo a dirigentes de organizaciones amigas y brigadeando a los obreros y ciudadanos. Ninguna confianza a los enemigos tradicionales de los trabajadores. No olviden que los electricistas son organización vanguardia y lo que les suceda será determinante en la lucha en México.
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