El macho que lleva dentro la presidenta del PRI

Álvaro Cepeda Neri

El nombre de esta columna es una variación del certero y espléndido título que puso a su columna La historia breve, el periodista Ciro Gómez Leyva en el periódico Milenio el pasado martes 6 de octubre: El macho que Beatriz Paredes lleva dentro.

Resulta que en un debate público, Paredes (quien siempre viste con aquella moda ya pasada de moda, estilo chemisse, especie de funda, y muy alejado del vestido griego), sostuvo que en la discusión sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre sus embarazos, ella dejaría que los diputados varones del PRI en la Asamblea de Representantes del Distrito Federal y en la Cámara de Diputados federal, resolvieran como ellos quisieran.

Se trataba de fijar un criterio liberal frente a la avalancha de contrarreformas en no menos de 20 entidades, donde se sanciona con severidad cualquier tipo de aborto, incluyendo los embarazos no deseados por todas las razones de las mujeres, por violación sexual o cuando la mujer pone en peligro su vida.

El PRI y el PAN de los estados, se han unido para pedir encarcelamiento como sanción penal para las mexicanas que recurran al aborto, en una barbarie priísta-panista de corte oscurantista de la alta y baja Edad Media, cuando el fanatismo religioso y el machismo patriarcal imponían sus reglas estúpidas.

El que Beatriz Paredes, presidenta del PRI, diputada federal y, como su amigo Peña Nieto, empeñada en ser candidata presidencial para el 2012, deje al machismo priísta el criterio de abordar el problema del aborto, en lugar de reflexionar con ellos sobre el dramático asunto, es mucho muy grave.

¿Que los machotes diputados federales y de la Asamblea, actúen en conciencia?, sostuvo la señora Paredes, para actuar con la “lógica de macho”, pone al PRI en un retraso medieval, machista, paternalista y patriarcal, que hará que las mujeres, en su mayoría dispuestas a decidir sobre sus cuerpos, den la espalda al PRI y que este partido (el voto femenino es mayoritario y decisivo) que vislumbra su retorno a la Presidencia de la República, ponga sus barbas a remojar.

Ya en la Cámara de Diputados Federales, ese machismo ha logrado que ocho mujeres (del Verde Ecologista, del PRD y del PT) que ganaron en las elecciones su cargo legislativo, tengan que renunciar, vía faltar diez veces consecutivas a las sesiones, para que los suplentes: hombres detrás de las faldas de ellas, asuman como diputados.

Es una maniobra perversa y tenebrosa, donde la maldad política asoma la cabeza. El machismo se apodera de la vida pública, y la igualdad de sexos ante la ley privilegia a los hombres en grado de soberbia masculina.

Todo indica que no sólo la Paredes lleva un macho dentro, sino que diputados federales y asambleístas del PRI, del Verde y del PT, utilizan a las mujeres como escudos para sus fechorías politiqueras.

Además de servidores y servidoras publicas, que no quieren salir del closet para mostrar su verdadera inclinación sexual, hay una embestida machista, paternalista y patriarcal para humillar a las mujeres.

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