Conciencia tranquila

Francisco Rodríguez

Tenía la conciencia limpia; no la usaba nunca.

Stanislaw Jerzy Lec

QUIZÁ A USTED
le suceda lo mismo que a mí cuando escucho decir a los políticos que tienen la conciencia tranquila. Ya que alguno de ellos esté acusado de corrupción, o de haber tomado una decisión equívoca, o hasta de haber orillado a una becaria a practicarle una fellatio en el despacho de la residencia del Ejecutivo, usted ya sabe cuál será el dizque justificante: obvio, que tiene la conciencia tranquila.

En su libro Mi Lucha –me recuerda el psicoanalista social José Antonio Lara Peinado-- Adolfo Hitler afirma que hay que mirar siempre adelante y con la conciencia tranquila de lo que se hace por el bien de la patria. Fue así como ordenó el Holocausto.

Augusto Pinochet también declaró a la BBC londinense, el 5 de julio de 2002, que tenía la conciencia tranquila.

Apenas si se puede creer!

Al llegar a España como embajador, Gustavo Díaz Ordaz, repitió el numerito de su quinto informe presidencial y también echó de ronco pecho el rollo que ya sabemos. ¿Su conciencia tranquila aún por sobre la matazón de octubre de 1968?

Luis Echeverría pronunció las mismas palabras en un cuestionario publicado el 22 de septiembre de 1998 en el diario La Jornada.
El 4 de marzo de 2009 en una entrevista, Vicente Fox afirmó tener la conciencia tranquila, lo que todavía es más difícil de creer, pues ni conciencia tuvo de lo que pasó en México a partir del 2000.

Son frases solemnes rellenas de aire. Nada más.

Creo, y a lo mejor en esto también usted coincide con este escribidor, que se pronuncian más para tranquilizar el fuero interno, que para intentar convencer a las audiencias de lo que hasta con fervor se dice.
Así lo escuché hace dos días, ahora de voz del señor Felipe Calderón, cual una suerte de autojustificación, en su accionar en contra de Luz y Fuerza, afectando a 66 mil familias trabajadoras.

¿Obró en conciencia? ¿Inconsciente de las réplicas que este terremoto laboral provocaría?
Vamos a suponer que aquí todo el mundo obra en conciencia. ¿Eso basta? Porque yo creo que los terroristas matan en conciencia. Los corruptos se llevan el dinero de los contribuyentes en conciencia. Los narcos distribuyen drogas en conciencia. Los pedófilos también abusan de niñas y niños en conciencia.

Así, cuando escucho la tonadilla de los políticos que presumen tener tranquila a su conciencia, me viene valiendo gorro. Quizá en su inconsciencia así sea. Pero tal no basta para justificar su corrupción, sus decisiones equívocas o el que se conviertan en pedófilos.

Lo explica Lara Peinado a través de su conocimiento del psicoanálisis. Para él, que poderosos como Hitler, Pinochet o Calderón recurran al estribillo, “no es una mera coincidencia, pues –apunta-- es importante comprender que las pulsiones de odio, venganza, muerte, etc., regularmente se mantienen calmadas por la conciencia.

“Y la conciencia representa a la razón y el pensamiento lógico, cuando un sujeto afirma tener plena conciencia de lo que hace aunque la realidad le demuestre lo contrario, quiere decir que esa conciencia ha cedido su control a la dominación de pulsiones de muerte, que la conciencia es incapaz de controlar.

“De tal manera que estás frases dichas por estos sujetos en diferentes épocas y en diferentes momentos, demuestra que cuando un sujeto se enfrenta a un desequilibrio psíquico, lo que dice no es necesariamente lo que desea. Es decir, cuando afirman que tienen conciencia de lo que hacen, justo en ese momento hacen alarde de lo que lamentablemente les falta.”

Índice Flamígero: Música de circo, maestro, por favor. Reapareció “Juanito”, para delicia de (medios) chicos y grandes. ¿Qué mejor distractor que este otro “payasito de la tele” para evitar que la ciudadanía se entere de cómo es que finalmente va a quedar el paquete fiscal que –ya lo presentimos-- hará un nuevo agujero a nuestros bolsillos? Siempre disponible tras bastidores o colgado de la tramoya, el iztapalapense ya está listo para interpretar el papel que se le tiene asignado, y cuyo pésimo guión parece factura del mismo que escribe los diálogos de los programas cómicos en el Canal de las Estrellas: el “peladito”… el primo de “Nacasia”, por ejemplo. + + + Se ha reiniciado la rehabilitación de las playas de Cancún. El proyecto es avalado por la UNAM, el IPN, la CFE y Transparencia Mexicana. La inversión: 957 millones de pesos.

Comentarios