¡Ni un peso más!

Samuel García / El Observador

Hoy el presidente Felipe Calderón entrega su tercer Informe de gobierno al Congreso y los legisladores comienzan un nuevo periodo de sesiones. Por lo visto y leído, para los políticos en turno no hay asunto más importante —por lo menos públicamente— que hablar y hablar del famoso presupuesto para 2010 hasta encontrarle la cuadratura a las cifras. Se han propuesto incrementar ingresos para pagar los gastos que —dicen— se necesitan con urgencia.

Pero, ¿cuáles gastos? ¿Acaso los gastos de las interminables flotas de coches, helicópteros y avionetas privadas —todas con choferes, pilotos, asistentes y guardaespaldas, claro está— en las que llegan los gobernadores de los estados a las reuniones de la Conago en alguna primorosa hacienda privada? ¿O quizá se refieren a los millonarios gastos anuales que se derrochan en grandes fiestas, rifas de Hummers, o servicios personales que se destinan del presupuesto público a los líderes sindicales y sus compinches de Pemex, de los maestros de Elba Esther Gordillo, o del sindicato de Luz y Fuerza para que se lleve la fiesta en paz con el gobierno? ¿Acaso esos gastos que se tienen que cubrir urgentemente en 2010 son las millonarias partidas personales que gozan los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y buena parte del personal de alto nivel del Poder Judicial, o para cubrir los recientemente descubiertos e inmorales bonos de todo tipo de los que gozan los legisladores federales y estatales sin que le tengan que dar cuenta a nadie?

Me pregunto si los gastos para 2010 que tanto agobian hoy a la Nación entera tienen que ver con los vergonzosos montos que los partidos políticos se apoderan de nuestros impuestos, dizque para contribuir a la democracia.

No, señores. Si están pensando pedirnos más, no lo haremos. Es inmoral. Ni entregan cuentas ni asumen —como todos los demás lo hemos hecho— costos personales mínimos. Y dado que ustedes se deben a nosotros, ¡ni un peso más!

Sígale la pista…

HSBC, POR SU LUGAR. La lucha por el mercado bancario se ha recrudecido. El HSBC en México está tomando acciones que le redituarán pronto. Reducción de plantilla y de costos fijos, inversión en nuevas tecnologías (rediseño completo de su portal de internet y de nuevos cajeros automáticos para favorecer la captación por la vía electrónica), rediseño de sucursales para hacer más eficiente sus operaciones y mejorar la atención al cliente, lanzamiento de nuevos productos de captación (como el reciente denominado “Inversión Express” que ha captado 5 mil millones de pesos desde su lanzamiento) y una agresiva campaña de reestructuración de pasivos en tarjetas de crédito. El banco inglés de origen asiático —que en México dirige Luis Peña— es el cuarto banco del mercado nacional y aspira a desbancar a Santander del tercer lugar en lo que a captación tradicional se refiere. Ya veremos de qué cueros salen mas correas en momentos de redefiniciones estratégicas en el negocio bancario.

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