Las bases militares colombianas buscan derrocar a gobiernos y amenazar a países de la región

Pedro Echeverría V.

1. Por preguntas de Audrey Milena, una colega colombiana de Internet, he concluido que parte de la población de su país no sabe si la instalación de bases militares yanquis –quizá más de siete- benefician o perjudican al pueblo de aquel país. Sin jugar o mentir diciendo que soy independiente o neutral (imposible en una sociedad de clases sociales), debo plantear de entrada que por lo que conozco de ese país y su contexto mundial, no puedo estar con los grandes capitalistas y el gobierno colombiano; por el contrario: jamás podré dejar de admirar y solidarizarme con quienes luchan a favor del pueblo indígenas, campesino, obrero o con cualquier trabajador explotado y oprimido. Por tanto de entrada manifiesto que he estado y estoy contra la instalación de bases militares norteamericanas en cualquier país del mundo. ¿Por qué?, me pregunta Audrey.

2. En primer lugar porque la presencia de bases militares en cualquier lugar, intimida y amenaza -por parte de los EEUU- a los pueblos de la región. En primer lugar la instalación de una base militar es ya, de entrada, un reto, un desafío. Una base militar siempre está llena de soldados entrenados y por entrenar, de miles de armas de todo tipo, de campos de aterrizaje, de enormes cantidades de droga que nublan el pensar. Aún más, una base militar siempre –de manera natural- está expuesta a ser bombardeada junto al país que autoriza su instalación. Por el sólo hecho de ser un centro de vigilancia y de peligro contra los pueblos y personas pacíficas, las bases militares deben ser prohibidas. Desafortunadamente las poblaciones no miden el peligro y por eso no protestan; lo hacen hasta que son víctimas de su presencia.

3. La instalación de las bases militares en Colombia tiene entre sus principales objetivos destruir al movimiento guerrillero de las FALC que lleva 45 años en lucha por los intereses del pueblo. El estudio del surgimiento de muchos grupos guerrilleros a principios de los años sesenta en las selvas de América Latina (Venezuela, Colombia, Bolivia, Guatemala, Perú. México) y en las ciudades (Uruguay, Argentina, Venezuela, México) colocan a las FARC entre los guerrilleros más heroicos y más queridos por su pueblo. Obvio, como no se les ha podido destruir militarmente, el gobierno y la burguesía han inventado toda clase de calificativos (asesinos, secuestradores, narcos, etcétera) para destruirlos vía desprestigio. Ahora la persecución para destruir a la FARC va a ser imparable y lo grave que la campaña de calumnias va a continuar para engañar.

4. Una tercera misión de las bases militares instaladas es derrocar, de manera inmediata si es posible, a los gobiernos vecinos de Venezuela y Ecuador, así como el de Bolivia. En los últimos diez años esos gobiernos han extendido su fuerza en la región haciendo más grande el odio de los pueblos contra las políticas yanquis. Hugo Chávez, siguiendo el ejemplo del dirigente cubano Fidel Castro, ha instrumentado una hábil política internacional con los gobiernos de países que se han confrontado con los EEUU. Bush buscó por todos los medios deshacerse de Chávez y no pudo, pero se lo dejó a Obama como herencia. ¿No se recuerda acaso que en abril de 2002 un golpe de Estado de los empresarios, los medios de información, con el apoyo yanqui se adueñó del gobierno de Venezuela 48 horas? ¿Que esas tácticas golpistas se han tratado de imponer en Bolivia y Ecuador?

5. Además, el gobierno de los EEUU busca convertir a toda Colombia en su gran base de apoyo convirtiéndola en la nación con mayor armamento de la región y haciendo que Colombia se transforme en los hechos en enemiga de todos los pueblos de América. ¿Puede olvidarse a caso que en la última reunión de Unasur, en Bariloche, Argentina, la condena al gobierno de Álvaro Uribe fue casi unánime? ¿Cómo permitir que en el centro del continente americano haya un país superarmado, lleno de aviones y dirigibles, que no quiera entender los intereses pacifistas de los pueblos de América? ¿En dónde quedaría la inmensa aportación cultural de Colombia (los García Márquez, Álvaro Mutis, Márquez Cristo o Amparo Osorio) si se transforma en una país al servicio de los EEUU, dónde parten todas las amenazas y agresiones a los pueblos de América?

6. ¿Qué más buscan los EEUU en la región? Instrumentar una profunda investigación en la región para ubicar riquezas petroleras, acuíferas, maderables, etcétera, con el fin de plantear estrategias de explotación y saqueo, así como localizar a grupos guerrilleros y de luchadores “enemigos” con el fin de asesinarlos. Esa fue siempre la función de la CIA, el FBI y demás grupos del Pentágono yanqui. Si permanecen más años esas bases militares, al poco tiempo veremos surgir muchos más grupos de paramilitares que, con el pretexto de acabar el narcotráfico y el terrorismo sigan metiéndose impunemente en las casas, los talleres y los sindicatos para destruir a los grupos de oposición al capitalismo. Los famosos “escuadrones de la muerte” han existido –y aún se muestran- en varios países como terroristas en serio.

7. Por último hay que plantear que la estrategia política norteamericana está también enlazada con la recuperación de su dominio sobre la OEA, con la continuidad del Plan Puebla Panamá, sobre todo del ALCA. Durante todo el siglo XX los gobiernos de EEUU se valieron de organismos creados por ellos y por la ONU para legalizar su dominio. Sólo habría qué imaginar el gigantesco enojo de los empresarios trasnacionales de los EEUU por el surgimiento de organizaciones como el ALBA, Bancosur, Telesur y Unasur donde Hugo Chávez mantiene mucha fuerza y los EEUU no tienen presencia. En conclusión, pienso que el pueblo colombiano debe saber de las consecuencias que tiene y más adelante puede tener la instalación de las bases militares. Si no luchan por expulsarlas de la región ahora, también el pueblo recibir castigos.

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