Pedro Echeverría
1. El 90 por ciento de las veces, desde hace muchas décadas, la gente ha creído y dicho ingenuamente que el día de las elecciones, en las urnas, se elige y se realiza el fraude. De manera ilusa ha pensado siempre que vota con libertad, que decide sin que nadie influya en ella y que el problema es que no cuentan bien los votos y que hacen fraude.
No se da cuenta de los hilos que desde los medios de información, las encuestas, la iglesia, en la calle y en la empresa remueven sus mentes durante meses, y sus pies y manos a la hora de depositar su voto. Mientras sale satisfecha por "votar libremente" en los más altos mandos del país (en la presidencia, en el gobierno de EEUU, en el alto clero y entre los dueños de las empresas y medios de información) ya cuentan con las listas de quienes obtendrán los cargos en el gabinete, las Cámaras y las alcaldías.
2. Una vez el presidente Salinas, en 1994, fue más descarado y cínico: Reunió a los 50 hombres más ricos de México y les dijo: "Señores, durante mi gobierno han ganado los cientos o miles de millones que han querido; ahora ante el peligro que el PRI pierda la presidencia les pido que cada quien entregue 25 millones de pesos o más para nuestra campaña política". Uno de los más ricos se dirigió a sus colegas: "Yo he recibido mucho y daré el doble de lo que me piden, espero que lo mismo hagan todos ustedes". Antes se decía que se gastaba mucho en las campañas, desde 1994 se empezó a demostrar que los miles de millones que se dilapidan en éstas son dos o tres veces superiores a las que se gastan en los EEUU, Inglaterra, Francia u otro país. ¿En que se gastan? En comprar la dignidad, la voluntad, el pensamiento de los electores.
3. Hoy me encontré en La Jornada esta perla que reconfirma las tesis que muchos -yo durante 50 años- hemos repetido mil y una veces para demostrar la farsa de los procesos electorales en México. Señala Ortiz Pinchetti (observador ciudadano que llegó a ser autoridad electoral) "Participé como observador ciudadano en 18 procesos conflictivos y aprendí que los fraudes se cocinan meses antes de la elección. También aprendí que requieren una red de empresarios, clérigos, políticos y comunicadores. Suponer otra cosa es ingenuidad". Porfirio Díaz derrotó durante más de treinta años a sus opositores; el PRI hizo lo mismo con el PAN durante 60 años y el PAN se impuso a López Obrador usando todos los medios a su alcance. Los votos sólo han servido para legalizar lo que la clase dominante ha determinado. ¿Qué el pueblo elige? Es un cinismo ramplón.
4. El 12 de julio, 7 días después de las elecciones de 2006, la revista Rebelión me publicó un artículo en el que explicaba las causas de "la derrota" de López Obrador: exactamente las mismas que Pinchetti explica, idénticas a las que Díaz usó el siglo XIX y el PRI el siglo XX. López Obrador, además que desde dos años antes se determinó que no podía llegar por ningún motivo, se le hizo fraude en las urnas. En los casos de Porfirio Díaz y el PRI, la realidad es que nunca tuvieron oposiciones reales. Don Nicolás de Zúñiga y Miranda sólo jugaba a ser candidato contra Díaz y el PAN -de 1939 a 1985- sólo fue una caricatura de partido subsidiado por el mismo gobierno del PRI. El 99 por ciento de los votos sacados de las urnas favorecieron siempre a Díaz y el 95 por ciento de los votos sacados de las urnas favorecieron siempre al PRI.
5. Como dice Pinchetti, el fraude no se hace en las urnas sino meses antes de las elecciones. La gente vota por quienes salen en la televisión y radio, por los que les dan regalos y les hacen promesas, por quienes les dicen los curas en las iglesias, por los que van adelante en las encuestas, por quienes les empujan sus "líderes naturales", por los que le "recomiendan" los dueños de las empresas en que trabajan, por los que les pagan más dinero por su asistencia a los mítines y llevan más gente, por quienes movilizan a más carros de propaganda, por quienes controlan las bardas y las mantas, etcétera. López Obrador hizo las manifestaciones más gigantescas en todo el país; pero de poco le valió porque el presidente Fox, los inversionistas yanquis, los grandes empresarios, el clero y los medios de información los había arreglado años antes.
6. ¿Por qué el gobernador del Estado de México, el tal Peña Nieto, está en la cabeza de las encuestas, sale cien veces por televisión y es el apoyado por políticos y empresarios? ¿Por qué López Obrador, que no ha descansado de recorrer el país, que durante cinco años no ha parado en visitar pueblo tras pueblo, ciudad tras ciudad, no sale en la TV y se conoce muy poco lo que hace? Porque el poder económico y político es el poder, sus integrantes ya decidieron quien representará sus intereses, se dieron cuenta que el PAN -su otro partido- no pudo gobernar y están dispuestos a darle una patada para sacarlos de Los Pinos. Para ellos el pueblo ya voto, o como si hubiera votado. El PRI debe recuperar la Presidencia porque garantiza mejor las ganancias empresariales y López Obrador tendrá que repetir otra candidatura como Cárdenas lo hizo en tres ocasiones.
7. Los jóvenes, con ese ímpetu que tienen, suelen pensar y gritar: "ningún sexenio más de miseria y hambre para el pueblo"; que "ya basta de tanta imposición y corrupción". Confieso que después del triunfo de la revolución cubana y el surgimiento de muchas guerrillas en América, pensé cuando joven que la revolución en México estaba a la vuelta de la esquina. No le conté los días al gobierno de López Mateos (1958/64), pero pensé que Díaz Ordaz (1964/70), al ser de la derecha extrema, no podría gobernar porque la revolución de los trabajadores lo derrocaría. No tuve en cuenta el enorme poder de los inversionistas yanquis, de los grandes empresarios mexicanos y de los poderosos políticos dispuestos a hacer hasta lo imposible para conservar su sistema de explotación; ellos tienen pilares: la iglesia, los medios de información y el ejército.
8. Los procesos electorales sólo son un camino de lucha, aunque sea el único para los políticos enchufados en el presupuesto y de los que aspiran a cargos de gobierno. Las guerrillas rurales y urbanas también son otro medio para luchar por conquistas el poder.
Las batallas en las calles, las grandes manifestaciones de masas, los plantones, los paros y las huelgas son otra forma en las que se logra confrontar de manera directa al sistema capitalista explotador y opresor. Como hasta hoy se han dado los procesos electorales son una gran farsa y, mientras no logremos levantar un movimiento de masas que intervenga en los comicios, los reglamente de otra manera y obligue a los partidos a responder directamente a los electores, la llamada democracia seguirá siendo un gran fraude para los mexicanos, tal como es toda la llamada democracia mexicana.
1. El 90 por ciento de las veces, desde hace muchas décadas, la gente ha creído y dicho ingenuamente que el día de las elecciones, en las urnas, se elige y se realiza el fraude. De manera ilusa ha pensado siempre que vota con libertad, que decide sin que nadie influya en ella y que el problema es que no cuentan bien los votos y que hacen fraude.
No se da cuenta de los hilos que desde los medios de información, las encuestas, la iglesia, en la calle y en la empresa remueven sus mentes durante meses, y sus pies y manos a la hora de depositar su voto. Mientras sale satisfecha por "votar libremente" en los más altos mandos del país (en la presidencia, en el gobierno de EEUU, en el alto clero y entre los dueños de las empresas y medios de información) ya cuentan con las listas de quienes obtendrán los cargos en el gabinete, las Cámaras y las alcaldías.
2. Una vez el presidente Salinas, en 1994, fue más descarado y cínico: Reunió a los 50 hombres más ricos de México y les dijo: "Señores, durante mi gobierno han ganado los cientos o miles de millones que han querido; ahora ante el peligro que el PRI pierda la presidencia les pido que cada quien entregue 25 millones de pesos o más para nuestra campaña política". Uno de los más ricos se dirigió a sus colegas: "Yo he recibido mucho y daré el doble de lo que me piden, espero que lo mismo hagan todos ustedes". Antes se decía que se gastaba mucho en las campañas, desde 1994 se empezó a demostrar que los miles de millones que se dilapidan en éstas son dos o tres veces superiores a las que se gastan en los EEUU, Inglaterra, Francia u otro país. ¿En que se gastan? En comprar la dignidad, la voluntad, el pensamiento de los electores.
3. Hoy me encontré en La Jornada esta perla que reconfirma las tesis que muchos -yo durante 50 años- hemos repetido mil y una veces para demostrar la farsa de los procesos electorales en México. Señala Ortiz Pinchetti (observador ciudadano que llegó a ser autoridad electoral) "Participé como observador ciudadano en 18 procesos conflictivos y aprendí que los fraudes se cocinan meses antes de la elección. También aprendí que requieren una red de empresarios, clérigos, políticos y comunicadores. Suponer otra cosa es ingenuidad". Porfirio Díaz derrotó durante más de treinta años a sus opositores; el PRI hizo lo mismo con el PAN durante 60 años y el PAN se impuso a López Obrador usando todos los medios a su alcance. Los votos sólo han servido para legalizar lo que la clase dominante ha determinado. ¿Qué el pueblo elige? Es un cinismo ramplón.
4. El 12 de julio, 7 días después de las elecciones de 2006, la revista Rebelión me publicó un artículo en el que explicaba las causas de "la derrota" de López Obrador: exactamente las mismas que Pinchetti explica, idénticas a las que Díaz usó el siglo XIX y el PRI el siglo XX. López Obrador, además que desde dos años antes se determinó que no podía llegar por ningún motivo, se le hizo fraude en las urnas. En los casos de Porfirio Díaz y el PRI, la realidad es que nunca tuvieron oposiciones reales. Don Nicolás de Zúñiga y Miranda sólo jugaba a ser candidato contra Díaz y el PAN -de 1939 a 1985- sólo fue una caricatura de partido subsidiado por el mismo gobierno del PRI. El 99 por ciento de los votos sacados de las urnas favorecieron siempre a Díaz y el 95 por ciento de los votos sacados de las urnas favorecieron siempre al PRI.
5. Como dice Pinchetti, el fraude no se hace en las urnas sino meses antes de las elecciones. La gente vota por quienes salen en la televisión y radio, por los que les dan regalos y les hacen promesas, por quienes les dicen los curas en las iglesias, por los que van adelante en las encuestas, por quienes les empujan sus "líderes naturales", por los que le "recomiendan" los dueños de las empresas en que trabajan, por los que les pagan más dinero por su asistencia a los mítines y llevan más gente, por quienes movilizan a más carros de propaganda, por quienes controlan las bardas y las mantas, etcétera. López Obrador hizo las manifestaciones más gigantescas en todo el país; pero de poco le valió porque el presidente Fox, los inversionistas yanquis, los grandes empresarios, el clero y los medios de información los había arreglado años antes.
6. ¿Por qué el gobernador del Estado de México, el tal Peña Nieto, está en la cabeza de las encuestas, sale cien veces por televisión y es el apoyado por políticos y empresarios? ¿Por qué López Obrador, que no ha descansado de recorrer el país, que durante cinco años no ha parado en visitar pueblo tras pueblo, ciudad tras ciudad, no sale en la TV y se conoce muy poco lo que hace? Porque el poder económico y político es el poder, sus integrantes ya decidieron quien representará sus intereses, se dieron cuenta que el PAN -su otro partido- no pudo gobernar y están dispuestos a darle una patada para sacarlos de Los Pinos. Para ellos el pueblo ya voto, o como si hubiera votado. El PRI debe recuperar la Presidencia porque garantiza mejor las ganancias empresariales y López Obrador tendrá que repetir otra candidatura como Cárdenas lo hizo en tres ocasiones.
7. Los jóvenes, con ese ímpetu que tienen, suelen pensar y gritar: "ningún sexenio más de miseria y hambre para el pueblo"; que "ya basta de tanta imposición y corrupción". Confieso que después del triunfo de la revolución cubana y el surgimiento de muchas guerrillas en América, pensé cuando joven que la revolución en México estaba a la vuelta de la esquina. No le conté los días al gobierno de López Mateos (1958/64), pero pensé que Díaz Ordaz (1964/70), al ser de la derecha extrema, no podría gobernar porque la revolución de los trabajadores lo derrocaría. No tuve en cuenta el enorme poder de los inversionistas yanquis, de los grandes empresarios mexicanos y de los poderosos políticos dispuestos a hacer hasta lo imposible para conservar su sistema de explotación; ellos tienen pilares: la iglesia, los medios de información y el ejército.
8. Los procesos electorales sólo son un camino de lucha, aunque sea el único para los políticos enchufados en el presupuesto y de los que aspiran a cargos de gobierno. Las guerrillas rurales y urbanas también son otro medio para luchar por conquistas el poder.
Las batallas en las calles, las grandes manifestaciones de masas, los plantones, los paros y las huelgas son otra forma en las que se logra confrontar de manera directa al sistema capitalista explotador y opresor. Como hasta hoy se han dado los procesos electorales son una gran farsa y, mientras no logremos levantar un movimiento de masas que intervenga en los comicios, los reglamente de otra manera y obligue a los partidos a responder directamente a los electores, la llamada democracia seguirá siendo un gran fraude para los mexicanos, tal como es toda la llamada democracia mexicana.
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