Teodoro Rentería Arróyave
Habría que hacer un profundo análisis para saber o precisar si el Partido Acción Nacional sufre del síndrome del señorpresidencialismo o de plano carece de capacidad para generar ideas originales, sobre todo ahora que debería se echar a andar todo su aparato político para iniciar una recomposición y así superar la amarga y brutal derrota electoral del pasado 5 de julio.
El Consejo Nacional blanquiazul, después de conocer el resultado del informe que emitió la Comisión de Reflexión y Análisis sobre los Procesos Electorales de 2009, decidió dos acciones, a la par cuando menos equivocadas: la copia al calce de “un decálogo” al mismísimo estilo del presidente Felipe Calderón Hinojosa quien apenas hace unos días formuló el suyo en el mensaje, también de mea culpa, por la pésima situación del país envuelto en todas las crisis posibles.
Y continuar con la política de rijosidad heredada del anterior presidente nacional del PAN, Germán Martínez Cazares; el actual impuesto presidencial, César Nava Vázquez se lanzó a la yugular de los gobernadores a quienes culpó en parte de la derrota panista al expresar que “enfrentarán con decisión y energía a los señores feudales del PRI, para asegurar competencias auténticas democráticas, equitativas y apegadas a derecho” en elecciones futuras.
En momentos en que el aparato gubernamental ha iniciado toda una estrategia para convencer a la oposición, pero sobre todo a la mayoritaria priísta, para que le aprueben cuando menos en parte el “pavoroso” paquete económico, viene esta nueva bravata o provocación al más puro estilo de la “rijogermanomía” implementada y cuyos resultados negativos, tal parece, no asimilan.
No se entiende lo anterior después de que en un acto de verdadero arrepentimiento y remordimiento aceptaron como la principal causa de su derrota electoral el incumplimiento de las promesas de campaña de Felipe Calderón Hinojosa, de manera particular la generación de empleos; y ojo, la vinculación de algunos gobiernos municipales con el crimen organizado.
Además, la falta de operación política del anterior Comité Ejecutivo Nacional, el de Martínez Cázares; la percepción negativa que generaron las alianzas establecidas con los sindicatos del Instituto Mexicano del Seguro Social, de la Secretaría de Educación Pública y el Partido Nueva Alianza, operados estos último por la maestra Elba Esther Gordillo.
Como era de esperarse el exsecretario particular y cuatacho de Felipe Calderón, César Nava, no tardó en tener contestación precisa: el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán lo calificó de "chavo pendenciero", igualito a su antecesor e indicó que el líder nacional del PAN, no ayuda al gobierno federal a lograr los acuerdos que necesita.
¿Pecadillos de juventud? o ¿errores de los imberbes dirigentes azules? Como se quiera, pero no es posible aceptar que se conduzcan con la imitación de todo lo que hace o dice el huésped de Los Pinos, al más puro estilo del “señorpresidentismo”, que por años y años tanto criticaron; y que la herencia rijosa siga siendo guía y doctrina de acción panista. Así, con la “era decálogo” y el modito pleitero, los resultados seguirán siendo magros, el tiempo se los demostrará.
Habría que hacer un profundo análisis para saber o precisar si el Partido Acción Nacional sufre del síndrome del señorpresidencialismo o de plano carece de capacidad para generar ideas originales, sobre todo ahora que debería se echar a andar todo su aparato político para iniciar una recomposición y así superar la amarga y brutal derrota electoral del pasado 5 de julio.
El Consejo Nacional blanquiazul, después de conocer el resultado del informe que emitió la Comisión de Reflexión y Análisis sobre los Procesos Electorales de 2009, decidió dos acciones, a la par cuando menos equivocadas: la copia al calce de “un decálogo” al mismísimo estilo del presidente Felipe Calderón Hinojosa quien apenas hace unos días formuló el suyo en el mensaje, también de mea culpa, por la pésima situación del país envuelto en todas las crisis posibles.
Y continuar con la política de rijosidad heredada del anterior presidente nacional del PAN, Germán Martínez Cazares; el actual impuesto presidencial, César Nava Vázquez se lanzó a la yugular de los gobernadores a quienes culpó en parte de la derrota panista al expresar que “enfrentarán con decisión y energía a los señores feudales del PRI, para asegurar competencias auténticas democráticas, equitativas y apegadas a derecho” en elecciones futuras.
En momentos en que el aparato gubernamental ha iniciado toda una estrategia para convencer a la oposición, pero sobre todo a la mayoritaria priísta, para que le aprueben cuando menos en parte el “pavoroso” paquete económico, viene esta nueva bravata o provocación al más puro estilo de la “rijogermanomía” implementada y cuyos resultados negativos, tal parece, no asimilan.
No se entiende lo anterior después de que en un acto de verdadero arrepentimiento y remordimiento aceptaron como la principal causa de su derrota electoral el incumplimiento de las promesas de campaña de Felipe Calderón Hinojosa, de manera particular la generación de empleos; y ojo, la vinculación de algunos gobiernos municipales con el crimen organizado.
Además, la falta de operación política del anterior Comité Ejecutivo Nacional, el de Martínez Cázares; la percepción negativa que generaron las alianzas establecidas con los sindicatos del Instituto Mexicano del Seguro Social, de la Secretaría de Educación Pública y el Partido Nueva Alianza, operados estos último por la maestra Elba Esther Gordillo.
Como era de esperarse el exsecretario particular y cuatacho de Felipe Calderón, César Nava, no tardó en tener contestación precisa: el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán lo calificó de "chavo pendenciero", igualito a su antecesor e indicó que el líder nacional del PAN, no ayuda al gobierno federal a lograr los acuerdos que necesita.
¿Pecadillos de juventud? o ¿errores de los imberbes dirigentes azules? Como se quiera, pero no es posible aceptar que se conduzcan con la imitación de todo lo que hace o dice el huésped de Los Pinos, al más puro estilo del “señorpresidentismo”, que por años y años tanto criticaron; y que la herencia rijosa siga siendo guía y doctrina de acción panista. Así, con la “era decálogo” y el modito pleitero, los resultados seguirán siendo magros, el tiempo se los demostrará.
Comentarios