Teodoro Rentería Arróyave
Abrimos en la tarde de la víspera los correos electrónicos y nos encontramos uno más que nos deja electrizados, nos referimos al de la muy querida colega Nancy Azpilcueta, autora y directora de la revista electrónica “RazonEs de Ser” y premio México de Periodismo, porque la misma ha cambiado de sede; de Torreón, Coahuila, hoy la recibimos desde Buenos Aires, Argentina.
En otras circunstancias nos felicitaríamos de la nueva residencia donde tenemos tanto amigos, en primer lugar el muy apreciado y también respetado colega, Juan Carlos Camaño, presidente de nuestra muy querida Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP, desafortunadamente se trata de un autoexilio, quien al igual que muchos compañeros, huyen del país para asegurar patrimonio e integridad física.
Este espacio lo hemos cedido en varias ocasiones, hoy como nunca convencidos lo entregamos a Nancy para que sea ella misma la que nos explique el drama de una vida que sólo estaba empeñada en el profesionalismo al servicio de la sociedad, en una especie de carta abierta que titula: Eso digo yo…
“Esta vez –relata-, no vine por quince días a Buenos Aires, Argentina. Esta vez la estadía puede ser de quince, treinta o cincuenta meses, o hasta podrían ser quince años, o para toda la vida.
Esta vez la visita es más un autoexilio razonado porque en México (tan lindo y tan querido) ya no se puede ser periodista sin mordaza. México es el segundo país más peligroso del mundo –después de Irak- para ejercer el periodismo. En México cada día es más difícil vivir cuando se trata de expresar ideas y tratar de despertar conciencias.
Pero en Coahuila la situación no es menos conflictiva. Ahí no sólo hay una guerra abierta por el poder de los cárteles del narcotráfico o los grupos del crimen organizado. En Coahuila la guerra va más allá de las armas. En esa entidad se libra una lucha de cacicazgos donde, por debajo de la mesa, luchan y patalean por el poder varios grupos: el gobierno, los partidos políticos, el hampa, porque todos necesitan del poder para sentar sus reales sobre una población que sigue disimulando, haciendo como que no sabe lo que ocurre.
Lo más peligroso es que el crimen organizado se infiltra en todos los grupos creando las condiciones necesarias para allegarse el poder político necesario para consolidarse como la fuerza caciquil más importante en una zona geográfica importante, rica y estratégica para sus operaciones.
Días antes de emprender el camino de este exilio voluntario, distintas fuentes hablaban ya de la existencia de alianzas entre grupos delictivos y autoridades estatales lo que, a estas alturas hace pensar que ya nada es imposible, más todavía cuando actores políticos de distintas entidades mexicanas son asesinados como ocurrió semanas atrás en el estado de Guerrero con el presidente del Congreso local Armando Chavarría, o lo sucedido el sábado pasado a un candidato a diputado en Tabasco, que fue asesinado junto con su familia”.
Efectivamente “en ese México ya no se puede sobrevivir”. Sin embargo como lo hemos dicho no podemos bajar la guardia, Nancy y Daniel Eduardo Raddi, como lo hemos sugerido se ponen a salvo de cualquier posible agresión, nosotros que como siempre insistiremos ante las autoridades, desde el presidente de la República, para que termine este acoso contra los comunicadores. Hago conciencia Presidente, como pretenden los grupos de presión, qué sería de nuestro país sin periodistas y sin medios, sólo los cínicos aplaudirían ese estadio de la mordaza facilitadota de sus inconfesables intereses.
Abrimos en la tarde de la víspera los correos electrónicos y nos encontramos uno más que nos deja electrizados, nos referimos al de la muy querida colega Nancy Azpilcueta, autora y directora de la revista electrónica “RazonEs de Ser” y premio México de Periodismo, porque la misma ha cambiado de sede; de Torreón, Coahuila, hoy la recibimos desde Buenos Aires, Argentina.
En otras circunstancias nos felicitaríamos de la nueva residencia donde tenemos tanto amigos, en primer lugar el muy apreciado y también respetado colega, Juan Carlos Camaño, presidente de nuestra muy querida Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP, desafortunadamente se trata de un autoexilio, quien al igual que muchos compañeros, huyen del país para asegurar patrimonio e integridad física.
Este espacio lo hemos cedido en varias ocasiones, hoy como nunca convencidos lo entregamos a Nancy para que sea ella misma la que nos explique el drama de una vida que sólo estaba empeñada en el profesionalismo al servicio de la sociedad, en una especie de carta abierta que titula: Eso digo yo…
“Esta vez –relata-, no vine por quince días a Buenos Aires, Argentina. Esta vez la estadía puede ser de quince, treinta o cincuenta meses, o hasta podrían ser quince años, o para toda la vida.
Esta vez la visita es más un autoexilio razonado porque en México (tan lindo y tan querido) ya no se puede ser periodista sin mordaza. México es el segundo país más peligroso del mundo –después de Irak- para ejercer el periodismo. En México cada día es más difícil vivir cuando se trata de expresar ideas y tratar de despertar conciencias.
Pero en Coahuila la situación no es menos conflictiva. Ahí no sólo hay una guerra abierta por el poder de los cárteles del narcotráfico o los grupos del crimen organizado. En Coahuila la guerra va más allá de las armas. En esa entidad se libra una lucha de cacicazgos donde, por debajo de la mesa, luchan y patalean por el poder varios grupos: el gobierno, los partidos políticos, el hampa, porque todos necesitan del poder para sentar sus reales sobre una población que sigue disimulando, haciendo como que no sabe lo que ocurre.
Lo más peligroso es que el crimen organizado se infiltra en todos los grupos creando las condiciones necesarias para allegarse el poder político necesario para consolidarse como la fuerza caciquil más importante en una zona geográfica importante, rica y estratégica para sus operaciones.
Días antes de emprender el camino de este exilio voluntario, distintas fuentes hablaban ya de la existencia de alianzas entre grupos delictivos y autoridades estatales lo que, a estas alturas hace pensar que ya nada es imposible, más todavía cuando actores políticos de distintas entidades mexicanas son asesinados como ocurrió semanas atrás en el estado de Guerrero con el presidente del Congreso local Armando Chavarría, o lo sucedido el sábado pasado a un candidato a diputado en Tabasco, que fue asesinado junto con su familia”.
Efectivamente “en ese México ya no se puede sobrevivir”. Sin embargo como lo hemos dicho no podemos bajar la guardia, Nancy y Daniel Eduardo Raddi, como lo hemos sugerido se ponen a salvo de cualquier posible agresión, nosotros que como siempre insistiremos ante las autoridades, desde el presidente de la República, para que termine este acoso contra los comunicadores. Hago conciencia Presidente, como pretenden los grupos de presión, qué sería de nuestro país sin periodistas y sin medios, sólo los cínicos aplaudirían ese estadio de la mordaza facilitadota de sus inconfesables intereses.
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