Orlando Delgado Selley
La información sobre el comportamiento del producto interno bruto (PIB) en diferentes países ha empezado a mostrar que es posible que la recesión haya terminado. En el segundo trimestre dos importantes economías, la alemana y la francesa, que representan casi el 11 por ciento del PIB mundial, lograron crecer 0.3 por ciento respecto al trimestre anterior, aunque el dato anualizado es el de caídas de 5.9 y 2.6 por ciento, respectivamente. Para la zona del euro el desempeño de las dos mayores economías permitió que en este segundo trimestre respecto al primero del año hubiera una contracción de apenas 0.1 por ciento.
La economía estadunidense, por su parte, en el segundo trimestre respecto del primero se contrajo uno por ciento, bastante menos que lo esperado, en tanto la contracción anual es cercana a 4 por ciento. En los trimestres anteriores la contracción fue de 2.7 en el tercero de 2008 respecto al inmediato anterior, de -5.4 en el cuarto y de -6.4 en el primero del año. Las estimaciones para el tercer trimestre indican un crecimiento de entre uno y 2 por ciento, ya que el dato de julio da cuenta de un incremento del PIB de 2.1 por ciento.
En México, por el contrario, el dato del segundo trimestre muestra una contracción que se profundiza. La caída anualizada de 10.4 en el segundo trimestre es superior al -8.2 observado en el primer trimestre. En la caída de 10.4 hay factores circunstanciales, como el virus H1/N1, pero lo relevante son los estructurales y la eficacia de las acciones desplegadas para atenuar los impactos de la crisis. En Alemania y Francia el crecimiento del producto se asocia a dos factores: la recuperación del consumo privado y el aumento del gasto público impulsado por los importantes paquetes fiscales acordados por los gobiernos de izquierda y de derecha.
En Estados Unidos, en febrero el gobierno de Obama puso en marcha el programa para la recuperación y la reinversión, destinando 787 mil millones de dólares, equivalentes a 87.7 por ciento del PIB mexicano de 2008. Con esta enorme suma, más otras medidas importantes, han evitado que la recesión se profundice y empiezan a preverse resultados favorables. La profundidad de la contracción mexicana, muy superior a la observada en los países emergentes, tiene que ver –según el último Informe sobre la inflación del Banco de México– con la importante contracción del gasto privado y la caída en las exportaciones.
En nuestro caso el gasto público no tiene ninguna incidencia contracíclica. El gasto público se ha estado reduciendo y provoca complicaciones en programas federales y en las finanzas de gobiernos estatales y municipales. El gobierno ha hecho justo lo contrario de lo que están haciendo los gobiernos de Alemania, Francia, Estados Unidos, Brasil, etc. Puede decir que impidió que la contracción fuera más grave, pero lo cierto es que enfrentamos una de las recesiones más profundas del mundo. Lo realmente grave es que no solamente tendremos una caída de la producción superior a 7 por ciento, sino que hay fuertes indicios de que la salida de la crisis será muy complicada para la economía mexicana.
La alta dependencia de la industria respecto al ciclo industrial estadunidense da cuenta de factores que van más allá de la crisis actual. La demanda ha provenido de una industria en transformación, que requerirá nuevos insumos que serán abastecidos por quienes puedan ajustar sus plantas productivas con rapidez y eficiencia. China tiene mayores capacidades que México, lo que significa que nuestro desplazamiento se agudizará. En los bienes industriales finales exportados, el destino han sido consumidores sebreendeudados que en los próximos años ajustarán su demanda.
Las remesas no aumentarán cuando la economía estadunidense se recupere. Por el contrario, incluso con una economía en crecimiento los migrantes mexicanos pudieran seguir teniendo dificultades para ocuparse. El financiamiento internacional hacia México se ha contraído por la crisis y por la percepción de que la inseguridad en el país ha hecho crecer el riesgo. Finalmente, está la escasa capacidad de respuesta del gobierno para enfrentar la crisis. Así que mientras en otros países parece haberse tocado fondo, nosotros podríamos quedarnos en el fondo.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
La información sobre el comportamiento del producto interno bruto (PIB) en diferentes países ha empezado a mostrar que es posible que la recesión haya terminado. En el segundo trimestre dos importantes economías, la alemana y la francesa, que representan casi el 11 por ciento del PIB mundial, lograron crecer 0.3 por ciento respecto al trimestre anterior, aunque el dato anualizado es el de caídas de 5.9 y 2.6 por ciento, respectivamente. Para la zona del euro el desempeño de las dos mayores economías permitió que en este segundo trimestre respecto al primero del año hubiera una contracción de apenas 0.1 por ciento.
La economía estadunidense, por su parte, en el segundo trimestre respecto del primero se contrajo uno por ciento, bastante menos que lo esperado, en tanto la contracción anual es cercana a 4 por ciento. En los trimestres anteriores la contracción fue de 2.7 en el tercero de 2008 respecto al inmediato anterior, de -5.4 en el cuarto y de -6.4 en el primero del año. Las estimaciones para el tercer trimestre indican un crecimiento de entre uno y 2 por ciento, ya que el dato de julio da cuenta de un incremento del PIB de 2.1 por ciento.
En México, por el contrario, el dato del segundo trimestre muestra una contracción que se profundiza. La caída anualizada de 10.4 en el segundo trimestre es superior al -8.2 observado en el primer trimestre. En la caída de 10.4 hay factores circunstanciales, como el virus H1/N1, pero lo relevante son los estructurales y la eficacia de las acciones desplegadas para atenuar los impactos de la crisis. En Alemania y Francia el crecimiento del producto se asocia a dos factores: la recuperación del consumo privado y el aumento del gasto público impulsado por los importantes paquetes fiscales acordados por los gobiernos de izquierda y de derecha.
En Estados Unidos, en febrero el gobierno de Obama puso en marcha el programa para la recuperación y la reinversión, destinando 787 mil millones de dólares, equivalentes a 87.7 por ciento del PIB mexicano de 2008. Con esta enorme suma, más otras medidas importantes, han evitado que la recesión se profundice y empiezan a preverse resultados favorables. La profundidad de la contracción mexicana, muy superior a la observada en los países emergentes, tiene que ver –según el último Informe sobre la inflación del Banco de México– con la importante contracción del gasto privado y la caída en las exportaciones.
En nuestro caso el gasto público no tiene ninguna incidencia contracíclica. El gasto público se ha estado reduciendo y provoca complicaciones en programas federales y en las finanzas de gobiernos estatales y municipales. El gobierno ha hecho justo lo contrario de lo que están haciendo los gobiernos de Alemania, Francia, Estados Unidos, Brasil, etc. Puede decir que impidió que la contracción fuera más grave, pero lo cierto es que enfrentamos una de las recesiones más profundas del mundo. Lo realmente grave es que no solamente tendremos una caída de la producción superior a 7 por ciento, sino que hay fuertes indicios de que la salida de la crisis será muy complicada para la economía mexicana.
La alta dependencia de la industria respecto al ciclo industrial estadunidense da cuenta de factores que van más allá de la crisis actual. La demanda ha provenido de una industria en transformación, que requerirá nuevos insumos que serán abastecidos por quienes puedan ajustar sus plantas productivas con rapidez y eficiencia. China tiene mayores capacidades que México, lo que significa que nuestro desplazamiento se agudizará. En los bienes industriales finales exportados, el destino han sido consumidores sebreendeudados que en los próximos años ajustarán su demanda.
Las remesas no aumentarán cuando la economía estadunidense se recupere. Por el contrario, incluso con una economía en crecimiento los migrantes mexicanos pudieran seguir teniendo dificultades para ocuparse. El financiamiento internacional hacia México se ha contraído por la crisis y por la percepción de que la inseguridad en el país ha hecho crecer el riesgo. Finalmente, está la escasa capacidad de respuesta del gobierno para enfrentar la crisis. Así que mientras en otros países parece haberse tocado fondo, nosotros podríamos quedarnos en el fondo.
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