Teodoro Rentería Arróyave
Qué fácil es criticar al Procurador General de la República, Eduardo Medina Mora, cuando es pública la noticia de que abandona el puesto y acepta el de compensación de embajador, posiblemente en Inglaterra.
Qué fácil va a ser elogiar al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien le ganó la carrera a Medina Mora en el ánimo presidencial, sobre todo por los últimos fracasos de la procuración de justicia federal.
Nadie antes se solidarizó con los periodistas, que insistentemente han denunciado la impunidad en la que yacen los 60 asesinatos y las 9 desapariciones forzadas de comunicadores, ocurridas en los últimos 9 años de gobiernos panistas.
Las críticas son de los polos opuestos: de la derecha entronizada en el Gobierno y de la izquierda que insiste en su “Gobierno Legitimo•, algo inimaginable
Los coordinadores parlamentarios de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática en el Senado de la República le tiraron directo al negro. Desde luego que hay tela de donde cortar por las declaraciones del procurador Medina Mora, quien acepta que “en el país existe violencia pero hace 15 años era mayor”.
El presidente del Senado, el panista Gustavo Madero, dijo que en el caso de Chihuahua la violencia es tan cruda y cruel que ni siquiera en la Revolución se vivió algo así; por su parte el perredista Carlos Navarrete cuestionó lo que llamó las palabras de despedida del procurador y advirtió que si el diagnostico que tienen en el gobierno es color de rosa, se entiende, porque las acciones contra el crimen no son las adecuadas.
Este miércoles la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió su Declaración General número 17, en toda su historia, misma que trata las agresiones a los periodistas que tienen como objeto socavar las libertades de prensa y expresión.
Recomendación que fundamentalmente va dirigida a revertir la impunidad imperante en el país, y el fenómeno no se limita al gremio periodístico, es un flagelo que pega a todos los habitantes de esta dolorida nación.
De acuerdo, reprobadas las dependencias involucradas en el “Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad” firmado hace ya casi un año, según el informe presentado por la organización ciudadana, México Unido Contra la Delincuencia.
De ninguna manera nos podemos limitar a esas críticas al saliente procurador, Eduardo Medina Mora y a la reprobación de las instituciones responsables de la seguridad nacional; tenemos que seguir en la lucha por superar la inercia de la irresponsabilidad y de la corrupción gubernamental, ese es, no nos equivoquemos, el verdadero problema de México.
Qué fácil es criticar al Procurador General de la República, Eduardo Medina Mora, cuando es pública la noticia de que abandona el puesto y acepta el de compensación de embajador, posiblemente en Inglaterra.
Qué fácil va a ser elogiar al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien le ganó la carrera a Medina Mora en el ánimo presidencial, sobre todo por los últimos fracasos de la procuración de justicia federal.
Nadie antes se solidarizó con los periodistas, que insistentemente han denunciado la impunidad en la que yacen los 60 asesinatos y las 9 desapariciones forzadas de comunicadores, ocurridas en los últimos 9 años de gobiernos panistas.
Las críticas son de los polos opuestos: de la derecha entronizada en el Gobierno y de la izquierda que insiste en su “Gobierno Legitimo•, algo inimaginable
Los coordinadores parlamentarios de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática en el Senado de la República le tiraron directo al negro. Desde luego que hay tela de donde cortar por las declaraciones del procurador Medina Mora, quien acepta que “en el país existe violencia pero hace 15 años era mayor”.
El presidente del Senado, el panista Gustavo Madero, dijo que en el caso de Chihuahua la violencia es tan cruda y cruel que ni siquiera en la Revolución se vivió algo así; por su parte el perredista Carlos Navarrete cuestionó lo que llamó las palabras de despedida del procurador y advirtió que si el diagnostico que tienen en el gobierno es color de rosa, se entiende, porque las acciones contra el crimen no son las adecuadas.
Este miércoles la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió su Declaración General número 17, en toda su historia, misma que trata las agresiones a los periodistas que tienen como objeto socavar las libertades de prensa y expresión.
Recomendación que fundamentalmente va dirigida a revertir la impunidad imperante en el país, y el fenómeno no se limita al gremio periodístico, es un flagelo que pega a todos los habitantes de esta dolorida nación.
De acuerdo, reprobadas las dependencias involucradas en el “Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad” firmado hace ya casi un año, según el informe presentado por la organización ciudadana, México Unido Contra la Delincuencia.
De ninguna manera nos podemos limitar a esas críticas al saliente procurador, Eduardo Medina Mora y a la reprobación de las instituciones responsables de la seguridad nacional; tenemos que seguir en la lucha por superar la inercia de la irresponsabilidad y de la corrupción gubernamental, ese es, no nos equivoquemos, el verdadero problema de México.
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