Por qué fue posible la alternancia en Sonora

Álvaro Cepeda Neri

No se trata de tener la única interpretación de la alternancia en Sonora, donde el PAN sustituyó al PRI en 37 municipios de los 71 que existen y donde los panistas se llevaron las plazas más importantes: empezando por Hermosillo (con un Javier Gándara, ex priísta, que ya prepara sus ambiciones para la gubernatura estatal para dentro de seis años); Cajeme, mejor conocido por su cabecera: Ciudad Obregón; y otros municipios como Guaymas, Ures, Cananea, etc.

Y que obtuvieron mayoría en la Legislatura local. Pero, tengo una explicación como sonorense atento a las crisis políticas y ulterior desarrollo político, económico y social como cultural de la entidad, que me hace proponer una hipótesis de cómo fue posible ese relevo de partido, ideología y recursos humanos, después de que desde 1946 el PRI había obtenido la gubernatura y la mayoría de las representaciones, no sin tres o cuatro episodios de la oposición.

Prácticamente se fueron poniendo las condiciones para la alternancia desde 1958, cuando en Cajeme (nombre en honor al indio yaqui Cajeme) hubo una rebelión, casi revuelta política, tras la disputa electoral por la presidencia municipal entre el PRI y un candidato independiente (Rafael Contreras) postulado por el Partido Democrático de Cajeme. Aquello terminó en una represión sangrienta, cuyo periodista central fue Bartolomé Delgado de León, autor de una célebre columna política titulada: Y dígalo que yo lo dije.

Después, en 1967, cuando para la contienda por la gubernatura hubo un precandidato sumamente popular por el PRI: Fausto Acosta Romo y a quien hicieron a un lado para imponer a Faustino Félix, lo que generó otra revuelta sangrienta, miles de homicidios, persecuciones y encarcelamientos. Díaz Ordaz era el presidente, que en ese 1967 presagió lo de 1968.

Luego, en 1985, Adalberto Rosas, panista, compitió, después de haber sido presidente municipal de Cajeme (1979-81) por la gubernatura y fue, como consta en los archivos, víctima de un fraude electoral e impusieron a Rodolfo Félix Valdés. Y en 2003 otro panista: Ramón Corral compitiendo contra Robinson-Bours, fue supuestamente superado por 834 votos a favor de Bours en una clara maniobra de fraude electoral.

Así en esos cuatro capítulos: 1958, 1967, 1985 y 2003, se fueron poniendo las condiciones que dieron a la luz la actual alternancia, siendo Sonora la única, de las seis entidades, que perdió el PRI y todo porque Robinson-Bours durante los casi seis años que lleva desgobernando la entidad, se dedicó al botín, la corrupción, el despotismo y demás abusos que colmaron a los ciudadanos sonorenses.

Estos, con la gota de sangre que derramó el vaso, por los niños quemados y lisiados, con más ganas votaron en contra de Bours y su camarilla y a los que les pueden “quitar lo bailado” si los panistas ejecutan justicia y llevan al desgobernador a juicio político, penal y civil por sus desmanes y el incendio de la guardería.

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