ÁLVARO DELGADO
Algunos militantes del PAN se deslindan del presidente Felipe Calderón en su intento por ungir como próximo líder nacional del partido a César Nava y le espetan, indignados: “un candidato único no se elige”. Además le recuerdan que Acción Nacional no es un partido de Estado, al tiempo que le advierten que quizá su candidato no obtenga las dos terceras partes de los votos de los consejeros nacionales panistas. De suceder lo anterior, sería la catástrofe...
Convertida la residencia oficial de Los Pinos en sede alterna del Partido Acción Nacional (PAN), a donde hizo desfilar a numerosos correligionarios, Felipe Calderón ha conducido la unción de César Nava como presidente de esa estructura partidaria y administra también, al margen de los órganos estatutarios, el análisis de la catástrofe electoral, como en la reunión “secreta” a la que convocó en el Estado de México.
Uno a uno, días tras día desde el 5 de julio, cuando sobrevino la debacle electoral, comparecieron ante Calderón numerosos panistas como Germán Martínez –quien le presentó su renuncia a la presidencia del PAN antes que a su partido–, los gobernadores –en dos ocasiones– y los entonces prospectos a la sucesión: Nava, Héctor Larios, Ernesto Ruffo y hasta Josefina Vázquez Mota.
Pero, también, hizo llamar a adversarios internos como el senador Santiago Creel y el diputado electo Javier Corral, quienes inclusive –junto con el senador Ricardo García Cervantes– concurrieron al cónclave celebrado el sábado 25 y parte del domingo 26 de julio, en el Centro Nestlé de Formación, en Ocoyoacac, de cuya deliberación se entregará un documento al Consejo Nacional, la instancia donde estatutariamente debe darse esa discusión.
Convocada por el propio Calderón, según declaró a la agencia Notimex el secretario general del PAN, Rogelio Carbajal, en la reunión –a la que asistió Vicente Fox– se hizo acompañar de un grupo de funcionarios encabezados por la jefa de la Oficina de la Presidencia, Patricia Flores, y sus asesoras Alejandra Sota y Sofía Frech.
Pese a ello, y en lo que ha sido el único pronunciamiento público sobre su partido desde la elección del 5 de julio, Calderón afirmó que es respetuoso de la vida interna del PAN y calificó de “injusto” ser señalado como autor de la imposición de Nava, su exsecretario particular que, este sábado 8, busca asumir el cargo, en una incierta sesión del Consejo Nacional.
Sin embargo, la palabra presidencial no tiene credibilidad entre consejeros opositores a él, como el diputado Juan José Rodríguez Prats, el principal historiador vivo del PAN, pese a sus casi tres décadas de militancia priista:
“¡Nunca había visto yo, en 40 años de vida política, un proceso tan veloz de desmemoria y olvido como el PAN lo ha tenido de su tradición y de sus principios!”
Manuel Espino, expresidente del PAN y quien fue excluido de la reunión convocada por Calderón, afirma que la imposición de Nava es inequívoca y el encuentro en Ocoyoacac sólo es parte de la estrategia. “Fue una reunión al más puro estilo de El Yunque: secreta y selectiva.”
Según él, ante la oposición de Martínez a celebrar esa reunión, Luis Felipe Bravo Mena, secretario particular de Calderón, se encargó de convocar a los invitados. “Fue para definir una jugada que habrá de implementarse en el partido, pero que se lleva a cabo en un espacio que no es institucional, de espaldas al Consejo Nacional”.
–¿Esa reunión resuelve la crisis en el PAN?
–No. Esa reunión, en vez de resolver, complica, porque da para el sospechosismo. Me parece muy extraño que quienes fueron invitados a esa reunión parecen haber hecho votos de silencio. A algunos los vi muy decididos a defender la dignidad del partido, y ahora los veo muy callados.
–¿Como Creel y García Cervantes…?
–No voy a mencionar nombres, pero sí lo que dijo el presidente de que es injusto que se le atribuya la imposición de Nava. Lo que es injusto para el partido es pretender disimular o negar lo que es evidente, lo que se puede constatar por hechos consumados.
Algunos militantes del PAN se deslindan del presidente Felipe Calderón en su intento por ungir como próximo líder nacional del partido a César Nava y le espetan, indignados: “un candidato único no se elige”. Además le recuerdan que Acción Nacional no es un partido de Estado, al tiempo que le advierten que quizá su candidato no obtenga las dos terceras partes de los votos de los consejeros nacionales panistas. De suceder lo anterior, sería la catástrofe...
Convertida la residencia oficial de Los Pinos en sede alterna del Partido Acción Nacional (PAN), a donde hizo desfilar a numerosos correligionarios, Felipe Calderón ha conducido la unción de César Nava como presidente de esa estructura partidaria y administra también, al margen de los órganos estatutarios, el análisis de la catástrofe electoral, como en la reunión “secreta” a la que convocó en el Estado de México.
Uno a uno, días tras día desde el 5 de julio, cuando sobrevino la debacle electoral, comparecieron ante Calderón numerosos panistas como Germán Martínez –quien le presentó su renuncia a la presidencia del PAN antes que a su partido–, los gobernadores –en dos ocasiones– y los entonces prospectos a la sucesión: Nava, Héctor Larios, Ernesto Ruffo y hasta Josefina Vázquez Mota.
Pero, también, hizo llamar a adversarios internos como el senador Santiago Creel y el diputado electo Javier Corral, quienes inclusive –junto con el senador Ricardo García Cervantes– concurrieron al cónclave celebrado el sábado 25 y parte del domingo 26 de julio, en el Centro Nestlé de Formación, en Ocoyoacac, de cuya deliberación se entregará un documento al Consejo Nacional, la instancia donde estatutariamente debe darse esa discusión.
Convocada por el propio Calderón, según declaró a la agencia Notimex el secretario general del PAN, Rogelio Carbajal, en la reunión –a la que asistió Vicente Fox– se hizo acompañar de un grupo de funcionarios encabezados por la jefa de la Oficina de la Presidencia, Patricia Flores, y sus asesoras Alejandra Sota y Sofía Frech.
Pese a ello, y en lo que ha sido el único pronunciamiento público sobre su partido desde la elección del 5 de julio, Calderón afirmó que es respetuoso de la vida interna del PAN y calificó de “injusto” ser señalado como autor de la imposición de Nava, su exsecretario particular que, este sábado 8, busca asumir el cargo, en una incierta sesión del Consejo Nacional.
Sin embargo, la palabra presidencial no tiene credibilidad entre consejeros opositores a él, como el diputado Juan José Rodríguez Prats, el principal historiador vivo del PAN, pese a sus casi tres décadas de militancia priista:
“¡Nunca había visto yo, en 40 años de vida política, un proceso tan veloz de desmemoria y olvido como el PAN lo ha tenido de su tradición y de sus principios!”
Manuel Espino, expresidente del PAN y quien fue excluido de la reunión convocada por Calderón, afirma que la imposición de Nava es inequívoca y el encuentro en Ocoyoacac sólo es parte de la estrategia. “Fue una reunión al más puro estilo de El Yunque: secreta y selectiva.”
Según él, ante la oposición de Martínez a celebrar esa reunión, Luis Felipe Bravo Mena, secretario particular de Calderón, se encargó de convocar a los invitados. “Fue para definir una jugada que habrá de implementarse en el partido, pero que se lleva a cabo en un espacio que no es institucional, de espaldas al Consejo Nacional”.
–¿Esa reunión resuelve la crisis en el PAN?
–No. Esa reunión, en vez de resolver, complica, porque da para el sospechosismo. Me parece muy extraño que quienes fueron invitados a esa reunión parecen haber hecho votos de silencio. A algunos los vi muy decididos a defender la dignidad del partido, y ahora los veo muy callados.
–¿Como Creel y García Cervantes…?
–No voy a mencionar nombres, pero sí lo que dijo el presidente de que es injusto que se le atribuya la imposición de Nava. Lo que es injusto para el partido es pretender disimular o negar lo que es evidente, lo que se puede constatar por hechos consumados.
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